¡Ay, Dios mío! La cosa está dura, pura y dura, compas. La expresidenta Laura Chinchilla soltó la bomba hace unos días: el fentanilo podría ser nuestro peor problema, y no estamos hablando de un simple susto. Según ella, nos espera el 'verdadero infierno' si no le ponemosle freno a esta vaina. Y vaya que tenemos razón para preocuparnos, porque la situación en gringolandia es de película de terror.
Este fentanilo, para los que no estén al tanto, es una droga sintética que daña más que una limada en medio del parque central. Es cien veces más potente que la morfina, chiquito pero matador. Una pizca minúscula y te vas directo al otro barrio. Lo peor es que muchos ni se imaginan que lo están consumiendo, porque los traficantes lo meten en otras cosas para hacer más plata. ¡Qué chispa tan descarada!
En Estados Unidos, donde siempre les pasa primero, este brete ya dejó miles de familias destrozadas. Jóvenes, papás, mamás... todos cayendo víctimas de sobredosis accidentales. Los hospitales andan reventados, los servicios de emergencia corriendo de un lado a otro, y las comunidades lamentándose. Ver esas imágenes da escalofríos, diay, y nos recuerda que esto no es cuento chino.
Pero lo que realmente me tiene inquieto es cómo se produce esta vaina. Chinchilla dijo que 'los tipos se pueden acomodar en la cocina de cualquier casa'. ¡Imagínate! No necesitas plantaciones enormes ni rutas complicadas como con la cocaína. Unas cuantas químicas básicas y listo, cualquiera con ganas de hacer daño puede empezar a fabricar fentanilo acá mismo. Esto sí que es preocupante, mae.
Michael Soto, el subdirector del OIJ, lo puso clarito: cuando empiece a venirlo producido a gran escala, “va a ser muy complicado para el país, va a ser muy severo”. Ya lo dije, ¡qué preocupación! Y no podemos esperar a que eso pase para ponernos las pilas. Tenemos que actuar ahora, antes de que la situación se salga de control. Este no es un asunto para echar a perder, brete.
Y ojo, esto no es solo problema del gobierno. Todos tenemos que poner el grano de arena. Las empresas de seguridad, los colegios, los medios de comunicación, las organizaciones sociales… ¡todos! Tenemos que crear conciencia, educar a nuestros jóvenes, y denunciar cualquier sospecha. La prevención es clave, pura verdá.
Costa Rica tuvo la suerte de ver lo que pasó afuera. Aprendimos de los errores de otros países y todavía tenemos tiempo de actuar preventivamente. Vamos a demostrar que somos un pueblo astuto, que sabemos salir adelante hasta en las peores situaciones. ¡A darle con todo!
Entonces, compas, mi pregunta para ustedes es: ¿Qué medidas específicas creen que debemos tomar como sociedad para prevenir la llegada y distribución del fentanilo a Costa Rica? ¿Cuál debería ser la prioridad: fortalecer los controles fronterizos, invertir en programas educativos, o enfocarnos en la rehabilitación de drogadictos? ¡Déjenme sus opiniones en los comentarios!
Este fentanilo, para los que no estén al tanto, es una droga sintética que daña más que una limada en medio del parque central. Es cien veces más potente que la morfina, chiquito pero matador. Una pizca minúscula y te vas directo al otro barrio. Lo peor es que muchos ni se imaginan que lo están consumiendo, porque los traficantes lo meten en otras cosas para hacer más plata. ¡Qué chispa tan descarada!
En Estados Unidos, donde siempre les pasa primero, este brete ya dejó miles de familias destrozadas. Jóvenes, papás, mamás... todos cayendo víctimas de sobredosis accidentales. Los hospitales andan reventados, los servicios de emergencia corriendo de un lado a otro, y las comunidades lamentándose. Ver esas imágenes da escalofríos, diay, y nos recuerda que esto no es cuento chino.
Pero lo que realmente me tiene inquieto es cómo se produce esta vaina. Chinchilla dijo que 'los tipos se pueden acomodar en la cocina de cualquier casa'. ¡Imagínate! No necesitas plantaciones enormes ni rutas complicadas como con la cocaína. Unas cuantas químicas básicas y listo, cualquiera con ganas de hacer daño puede empezar a fabricar fentanilo acá mismo. Esto sí que es preocupante, mae.
Michael Soto, el subdirector del OIJ, lo puso clarito: cuando empiece a venirlo producido a gran escala, “va a ser muy complicado para el país, va a ser muy severo”. Ya lo dije, ¡qué preocupación! Y no podemos esperar a que eso pase para ponernos las pilas. Tenemos que actuar ahora, antes de que la situación se salga de control. Este no es un asunto para echar a perder, brete.
Y ojo, esto no es solo problema del gobierno. Todos tenemos que poner el grano de arena. Las empresas de seguridad, los colegios, los medios de comunicación, las organizaciones sociales… ¡todos! Tenemos que crear conciencia, educar a nuestros jóvenes, y denunciar cualquier sospecha. La prevención es clave, pura verdá.
Costa Rica tuvo la suerte de ver lo que pasó afuera. Aprendimos de los errores de otros países y todavía tenemos tiempo de actuar preventivamente. Vamos a demostrar que somos un pueblo astuto, que sabemos salir adelante hasta en las peores situaciones. ¡A darle con todo!
Entonces, compas, mi pregunta para ustedes es: ¿Qué medidas específicas creen que debemos tomar como sociedad para prevenir la llegada y distribución del fentanilo a Costa Rica? ¿Cuál debería ser la prioridad: fortalecer los controles fronterizos, invertir en programas educativos, o enfocarnos en la rehabilitación de drogadictos? ¡Déjenme sus opiniones en los comentarios!