El reciente fallecimiento de 14 animales durante el traslado desde el Zoológico Simón Bolívar al Centro de Rescate de ZooAve ha desatado una fuerte polémica en Costa Rica. La fundación FUNDAZOO, que anteriormente administraba el zoológico, había advertido repetidamente sobre los riesgos de esta operación, pero sus preocupaciones fueron desestimadas, resultando en una tragedia que podría haberse evitado.
Isabel Hagnauer, veterinaria de ZooAve, informó que los animales, principalmente aves, presentaban diversas complicaciones de salud y hasta 56 tipos diferentes de lesiones. La falta de expedientes médicos de los animales complicó aún más la identificación de las causas específicas de las muertes. Durante el traslado, un animal murió, mientras que otros 13 fallecieron en el período de cuarentena.
El traslado involucró a un total de 193 animales. De estos, 75 deben permanecer en un santuario, 35 pueden ser liberados, 27 continúan en rehabilitación y 42 requieren nuevas valoraciones. El Sistema Nacional de Áreas de Conservación (SINAC) será el encargado de decidir el futuro de los animales que necesitan un santuario y coordinar la liberación de los demás.
FUNDAZOO había levantado la voz desde el principio, argumentando que el traslado masivo era innecesario y peligroso. La fundación insistió en que muchas de las especies en el zoológico tenían necesidades específicas y requerían cuidados especiales que no podrían ser proporcionados durante el traslado o en el nuevo lugar. Sin embargo, las autoridades decidieron proceder, desestimando las advertencias de los expertos.
La negligencia en la gestión del traslado y la falta de preparación para asegurar el bienestar de los animales han sido ampliamente criticadas. Este evento ha puesto de manifiesto la necesidad de una revisión exhaustiva de las políticas y procedimientos relacionados con la conservación y manejo de la vida silvestre en cautiverio. Además, ha generado un debate sobre la ética y la responsabilidad de las autoridades en la toma de decisiones que afectan directamente a los seres vivos bajo su cuidado.
Las consecuencias de esta tragedia van más allá de la pérdida de vidas animales. Reflejan una falla sistémica en la administración y protección de la fauna silvestre en Costa Rica. La comunidad exige respuestas claras y acciones concretas para garantizar que incidentes como este no se repitan en el futuro. Es imperativo que se realicen investigaciones exhaustivas para determinar las responsabilidades y se implementen medidas correctivas.
Este incidente también pone en el foco la importancia de escuchar y valorar las opiniones de los expertos en conservación. La desestimación de las advertencias de FUNDAZOO no solo resultó en la pérdida de 14 vidas animales, sino que también ha socavado la confianza pública en las instituciones responsables de la protección de la vida silvestre. Es necesario un cambio de enfoque hacia una gestión más transparente, informada y sensible a las necesidades de los animales.
La muerte de estos animales no debe quedar impune. Las autoridades deben tomar medidas inmediatas para revisar y mejorar los protocolos de traslado y cuidado de los animales en cautiverio. Solo a través de una acción decisiva y un compromiso real con la conservación de la vida silvestre se podrá honrar la memoria de estos 14 animales y evitar que su sacrificio sea en vano.
La tragedia ocurrida en el Zoológico Simón Bolívar debe servir como un recordatorio de la importancia de la ética, la responsabilidad y el respeto en la gestión de la fauna silvestre.
Isabel Hagnauer, veterinaria de ZooAve, informó que los animales, principalmente aves, presentaban diversas complicaciones de salud y hasta 56 tipos diferentes de lesiones. La falta de expedientes médicos de los animales complicó aún más la identificación de las causas específicas de las muertes. Durante el traslado, un animal murió, mientras que otros 13 fallecieron en el período de cuarentena.
El traslado involucró a un total de 193 animales. De estos, 75 deben permanecer en un santuario, 35 pueden ser liberados, 27 continúan en rehabilitación y 42 requieren nuevas valoraciones. El Sistema Nacional de Áreas de Conservación (SINAC) será el encargado de decidir el futuro de los animales que necesitan un santuario y coordinar la liberación de los demás.
FUNDAZOO había levantado la voz desde el principio, argumentando que el traslado masivo era innecesario y peligroso. La fundación insistió en que muchas de las especies en el zoológico tenían necesidades específicas y requerían cuidados especiales que no podrían ser proporcionados durante el traslado o en el nuevo lugar. Sin embargo, las autoridades decidieron proceder, desestimando las advertencias de los expertos.
La negligencia en la gestión del traslado y la falta de preparación para asegurar el bienestar de los animales han sido ampliamente criticadas. Este evento ha puesto de manifiesto la necesidad de una revisión exhaustiva de las políticas y procedimientos relacionados con la conservación y manejo de la vida silvestre en cautiverio. Además, ha generado un debate sobre la ética y la responsabilidad de las autoridades en la toma de decisiones que afectan directamente a los seres vivos bajo su cuidado.
Las consecuencias de esta tragedia van más allá de la pérdida de vidas animales. Reflejan una falla sistémica en la administración y protección de la fauna silvestre en Costa Rica. La comunidad exige respuestas claras y acciones concretas para garantizar que incidentes como este no se repitan en el futuro. Es imperativo que se realicen investigaciones exhaustivas para determinar las responsabilidades y se implementen medidas correctivas.
Este incidente también pone en el foco la importancia de escuchar y valorar las opiniones de los expertos en conservación. La desestimación de las advertencias de FUNDAZOO no solo resultó en la pérdida de 14 vidas animales, sino que también ha socavado la confianza pública en las instituciones responsables de la protección de la vida silvestre. Es necesario un cambio de enfoque hacia una gestión más transparente, informada y sensible a las necesidades de los animales.
La muerte de estos animales no debe quedar impune. Las autoridades deben tomar medidas inmediatas para revisar y mejorar los protocolos de traslado y cuidado de los animales en cautiverio. Solo a través de una acción decisiva y un compromiso real con la conservación de la vida silvestre se podrá honrar la memoria de estos 14 animales y evitar que su sacrificio sea en vano.
La tragedia ocurrida en el Zoológico Simón Bolívar debe servir como un recordatorio de la importancia de la ética, la responsabilidad y el respeto en la gestión de la fauna silvestre.