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Da vergüenza, en plena Semana Santa.
Gitanos expulsados del templo · ELPAÍS.com
El Vaticano acoge en la basílica de San Pablo a 150 rumanos, pero les niega la entrada a la misa y les ofrece 500 euros para que vuelvan a su país.- Cáritas se hace cargo de realojar a los 'sin techo' tras la negativa del Ayuntamiento
Gitanos expulsados del templo · ELPAÍS.com
El Vaticano acoge en la basílica de San Pablo a 150 rumanos, pero les niega la entrada a la misa y les ofrece 500 euros para que vuelvan a su país.- Cáritas se hace cargo de realojar a los 'sin techo' tras la negativa del Ayuntamiento
MIGUEL MORA | Roma 24/04/2011
Un grupo de unos 150 ciudadanos gitanos rumanos, desalojados esta semana de sus chabolas de Casal Bruciato por el Ayuntamiento de Roma, se refugiaron el Viernes Santo en la basílica de San Pablo Extramuros, en territorio de la Santa Sede. Este domingo por la mañana, mientras el Papa exhortaba desde San Pedro a los europeos a acoger a los prófugos de Libia, África y Oriente Medio, las familias gitanas habían sido divididas, y una treintena de mujeres y niños rumanos de etnia rom se recuperaban de una noche pasada al raso, bajo la lluvia, en el parque adyacente a la basílica de San Pablo.
Dentro, el párroco ofició la misa de Pascua sin hacer referencia a los gitanos, que el sábado no pudieron asistir a la vigilia porque los agentes de la gendarmería vaticana les negaron la entrada en el templo. Las puertas de la basílica se cerraron entre las protestas de algunos fieles y gritos de "vergüenza, vergüenza".
"Fue inhumano e inaceptable", comentaban miembros de las ONG que acudieron a solidarizarse con los sin techo. "Los gendarmes vaticanos filtraron el acceso a la basílica. No a los gitanos, mujeres y niños incluidos, no a los activistas y sí a los peregrinos".
Lo que parecía iba a ser una Pascua ecuménica y solidaria derivó en escenas de tensión y desconcierto. Algunos fieles italianos y extranjeros, al observar la segregación, decidieron no entrar en la basílica.
El alcalde de Roma, Gianni Alemanno, comprometido a fondo con su política de desalojos forzosos sin conceder alternativas de acogida, prometió 500 euros por familia a los gitanos que aceptaran ser repatriados a Rumanía, y el cardenal vicario, Agostino Vallini, se sumó a la iniciativa añadiendo 500 euros más. De los 150 refugiados, solo 23 aceptaron ser repatriados, 11 adultos y 12 niños.
El centenar restante seguían pasada la noche del sábado y buena parte del domingo divididos en dos grupos: 80 estaban en los locales de la basílica, custodiada por agentes vaticanos, y una treintena de mujeres y niños dormitaban y comían huevos de pascua en el jardín vecino.
Finalmente, ya en la tarde del domingo, salieron en autobuses hacia unos locales de Cáritas y el Papa envió a través del sustituto del secretario de Estado un mensaje de apoyo en el que expresa a los gitanos su personal cercanía. El Vaticano ha emitido también una nota en la que asegura que espera que la disponibilidad de Cáritas anticipe "una instalación estable adecuada".
vía Gitanos expulsados del temploUn grupo de unos 150 ciudadanos gitanos rumanos, desalojados esta semana de sus chabolas de Casal Bruciato por el Ayuntamiento de Roma, se refugiaron el Viernes Santo en la basílica de San Pablo Extramuros, en territorio de la Santa Sede. Este domingo por la mañana, mientras el Papa exhortaba desde San Pedro a los europeos a acoger a los prófugos de Libia, África y Oriente Medio, las familias gitanas habían sido divididas, y una treintena de mujeres y niños rumanos de etnia rom se recuperaban de una noche pasada al raso, bajo la lluvia, en el parque adyacente a la basílica de San Pablo.
Dentro, el párroco ofició la misa de Pascua sin hacer referencia a los gitanos, que el sábado no pudieron asistir a la vigilia porque los agentes de la gendarmería vaticana les negaron la entrada en el templo. Las puertas de la basílica se cerraron entre las protestas de algunos fieles y gritos de "vergüenza, vergüenza".
"Fue inhumano e inaceptable", comentaban miembros de las ONG que acudieron a solidarizarse con los sin techo. "Los gendarmes vaticanos filtraron el acceso a la basílica. No a los gitanos, mujeres y niños incluidos, no a los activistas y sí a los peregrinos".
Lo que parecía iba a ser una Pascua ecuménica y solidaria derivó en escenas de tensión y desconcierto. Algunos fieles italianos y extranjeros, al observar la segregación, decidieron no entrar en la basílica.
El alcalde de Roma, Gianni Alemanno, comprometido a fondo con su política de desalojos forzosos sin conceder alternativas de acogida, prometió 500 euros por familia a los gitanos que aceptaran ser repatriados a Rumanía, y el cardenal vicario, Agostino Vallini, se sumó a la iniciativa añadiendo 500 euros más. De los 150 refugiados, solo 23 aceptaron ser repatriados, 11 adultos y 12 niños.
El centenar restante seguían pasada la noche del sábado y buena parte del domingo divididos en dos grupos: 80 estaban en los locales de la basílica, custodiada por agentes vaticanos, y una treintena de mujeres y niños dormitaban y comían huevos de pascua en el jardín vecino.
Finalmente, ya en la tarde del domingo, salieron en autobuses hacia unos locales de Cáritas y el Papa envió a través del sustituto del secretario de Estado un mensaje de apoyo en el que expresa a los gitanos su personal cercanía. El Vaticano ha emitido también una nota en la que asegura que espera que la disponibilidad de Cáritas anticipe "una instalación estable adecuada".