¡Ay, Dios mío! Esto sí que se puso feo en Guanacaste. Las lluvias de estos días han sido una verdadera torta, dejando familias enteras sin poder estar en sus casas y con incertidumbre sobre qué va a pasar. La Cruz Roja ha estado trabajando sin parar, y los videos que circulan por WhatsApp dan escalofrio, pa' que les digas.
Desde la tarde del jueves, el cielo se vino abajo sobre varias comunidades nicoyanas y de Santa Cruz. Según datos oficiales, hemos tenido 65 incidentes reportados, desde árboles caídos hasta viviendas inundadas hasta el techo. ¡Imagínate! Puras ramas y lodo entrando por todos lados, eso no le pega a nadie.
Las zonas más afectadas fueron Curime y Casitas en Nicoya, donde tuvieron que evacuar a 17 y 25 personas respectivamente. Una familia más tuvo que salir de Paraíso, en Santa Cruz. Se dice que algunas casas quedaron con varios pies de agua adentro, y la corriente estaba tan fuerte que hasta los carros se estaban yendo al río. Por fortuna, nadie resultó herido grave, pero el susto nos dio a todos los que vivimos acá. Que salado, así no hay quien pueda dormir tranquilo.
Los equipos de rescate de la Cruz Roja estuvieron moviéndose a toda máquina, ayudando a las familias a sacar sus pertenencias y trasladarlas a lugares seguros. Vimos fotos de vecinos ayudándose entre ellos, llevándose colchones, ropa y lo poco que podían salvar. Eso sí da esperanza, ver cómo nos apoyamos cuando más lo necesitamos. Un abrazo solidario para todos los afectados, que pronto puedan volver a tener tranquilidad en sus hogares.
Pero la preocupación no termina ahí, porque las autoridades meteorológicas advierten que las lluvias podrían continuar durante este fin de semana. Con la tierra ya empapada, cualquier aguacero podría provocar nuevos deslizamientos y crecidas repentinas de ríos y quebradas. Los técnicos están monitoreando la situación de cerca y haciendo evaluaciones de riesgo en las áreas vulnerables, pa' intentar prevenir lo peor.
En medio de tanta calamidad, es importante recordar que la prevención es clave. Las autoridades hacen un llamado a la población para que evite caminar o transitar por zonas inundadas, porque incluso si parece poca agua, puede haber huecos peligrosos que no vemos. Y también piden extremar las precauciones al conducir, porque un carro puede ser arrastrado fácilmente por la corriente si intenta cruzar un río o una calle anegada. Mejor quedarse en casa y esperar a que pase la tormenta, ¡eso es lo prudente!
Además de los esfuerzos de la Cruz Roja, varias organizaciones sociales y empresas privadas están colaborando con donativos de alimentos, ropa y artículos de higiene para ayudar a las familias damnificadas. La solidaridad tica siempre sale a relucir en estos momentos difíciles, y eso nos llena de orgullo. Es bueno saber que tenemos unos buenos corazones en este país, dispuestos a echarle una mano al necesitado. De verdad, un ejemplo a seguir.
Ahora bien, con tanta lluvia y tantas dificultades, me pregunto: ¿Cómo podemos, como sociedad costarricense, prepararnos mejor para enfrentar estos fenómenos climáticos extremos que parecen estar volviéndose cada vez más frecuentes? ¿Será que necesitamos invertir más en sistemas de drenaje, mejorar la planificación urbana o fortalecer las medidas de protección costera? ¡Déjanos tus ideas en los comentarios!
Desde la tarde del jueves, el cielo se vino abajo sobre varias comunidades nicoyanas y de Santa Cruz. Según datos oficiales, hemos tenido 65 incidentes reportados, desde árboles caídos hasta viviendas inundadas hasta el techo. ¡Imagínate! Puras ramas y lodo entrando por todos lados, eso no le pega a nadie.
Las zonas más afectadas fueron Curime y Casitas en Nicoya, donde tuvieron que evacuar a 17 y 25 personas respectivamente. Una familia más tuvo que salir de Paraíso, en Santa Cruz. Se dice que algunas casas quedaron con varios pies de agua adentro, y la corriente estaba tan fuerte que hasta los carros se estaban yendo al río. Por fortuna, nadie resultó herido grave, pero el susto nos dio a todos los que vivimos acá. Que salado, así no hay quien pueda dormir tranquilo.
Los equipos de rescate de la Cruz Roja estuvieron moviéndose a toda máquina, ayudando a las familias a sacar sus pertenencias y trasladarlas a lugares seguros. Vimos fotos de vecinos ayudándose entre ellos, llevándose colchones, ropa y lo poco que podían salvar. Eso sí da esperanza, ver cómo nos apoyamos cuando más lo necesitamos. Un abrazo solidario para todos los afectados, que pronto puedan volver a tener tranquilidad en sus hogares.
Pero la preocupación no termina ahí, porque las autoridades meteorológicas advierten que las lluvias podrían continuar durante este fin de semana. Con la tierra ya empapada, cualquier aguacero podría provocar nuevos deslizamientos y crecidas repentinas de ríos y quebradas. Los técnicos están monitoreando la situación de cerca y haciendo evaluaciones de riesgo en las áreas vulnerables, pa' intentar prevenir lo peor.
En medio de tanta calamidad, es importante recordar que la prevención es clave. Las autoridades hacen un llamado a la población para que evite caminar o transitar por zonas inundadas, porque incluso si parece poca agua, puede haber huecos peligrosos que no vemos. Y también piden extremar las precauciones al conducir, porque un carro puede ser arrastrado fácilmente por la corriente si intenta cruzar un río o una calle anegada. Mejor quedarse en casa y esperar a que pase la tormenta, ¡eso es lo prudente!
Además de los esfuerzos de la Cruz Roja, varias organizaciones sociales y empresas privadas están colaborando con donativos de alimentos, ropa y artículos de higiene para ayudar a las familias damnificadas. La solidaridad tica siempre sale a relucir en estos momentos difíciles, y eso nos llena de orgullo. Es bueno saber que tenemos unos buenos corazones en este país, dispuestos a echarle una mano al necesitado. De verdad, un ejemplo a seguir.
Ahora bien, con tanta lluvia y tantas dificultades, me pregunto: ¿Cómo podemos, como sociedad costarricense, prepararnos mejor para enfrentar estos fenómenos climáticos extremos que parecen estar volviéndose cada vez más frecuentes? ¿Será que necesitamos invertir más en sistemas de drenaje, mejorar la planificación urbana o fortalecer las medidas de protección costera? ¡Déjanos tus ideas en los comentarios!