Maes, seamos honestos. Cada vez que Hacienda anuncia un "nuevo sistema", a más de uno se le para el pelo. Y ahora con esta vara del Tribu-CR, que empieza a regir ya casi, el 6 de octubre, la historia se repite. Si uno bretea en una transnacional con un ejército de contadores, pues todo bien, es un trámite más. Pero para una pyme, donde a veces el dueño es el que hace de contador, mensajero y hasta el que limpia... diay, la cosa se pone color de hormiga. Pasar de un sistema que medio entendíamos a uno nuevo, con cambios y mañas diferentes, puede significar un dolor de cabeza monumental o, peor aún, una multa por jalarse una torta sin querer.
El verdadero despiche es ese: la brecha. Mientras unos pueden pagar asesorías carísimas para que les expliquen con manzanas el nuevo chunche de Hacienda Digital, el pequeño y mediano empresario se queda viendo para el ciprés, haciendo números para ver si le alcanza para contratar a alguien o si le toca, una vez más, quemarse las pestañas tratando de descifrar el manual. Es una realidad que a menudo se ignora, pero que define si un pequeño negocio sobrevive o se va al traste por un trámite que no pudo cumplir a tiempo. Es la clásica historia del pez grande comiéndose al chico, pero en versión tributaria.
Pero tranquilos, que no panda el cúnico. Aquí es donde la Universidad Nacional se pone la 10 y sale al rescate. ¡Qué tuanis ver a la U pública arrimando el hombro de esta manera! En una jugada maestra, la Escuela de Administración de la UNA, en yunta con el propio Ministerio de Hacienda, va a dar talleres completamente gratis para explicar cómo funciona Tribu-CR. La iniciativa, que forma parte del Núcleo de Asistencia Fiscal (NAF), está pensada justamente para esa gente que más lo necesita: los valientes de las pymes que la pulscan día a día. Esto demuestra que la universidad es mucho más que aulas y títulos; es un motor de apoyo para la comunidad.
La vara es así de sencilla: los talleres serán el viernes 10, sábado 11 y lunes 13 de octubre, en un horario súper amplio de 8 de la mañana a 4 de la tarde. Van a habilitar seis sesiones de 50 minutos cada día, para que la gente pueda ir en el chance que tenga. Lo mejor es que no van a estar solos, los talleres los darán funcionarios de Hacienda (¡directo de la fuente!) y estudiantes de la U que ya están empapados del tema. Además, para los que quieran profundizar, también van a dar dos charlas extra, una sobre el Régimen Simplificado y otra sobre la Oficina Virtual. Ojo, eso sí: los cupos son limitados, así que si les interesa, pónganse las pilas y apúntense ya.
Al final, esta noticia es un respiro. Más allá del taller en sí, es un gesto que vale oro. Como dijo el académico a cargo, Jorge Montoya, esto va más allá de enseñar a usar una herramienta; se trata de fortalecer la cultura tributaria y de que la universidad cumpla su rol social. Es la academia y el Estado trabajando juntos para que el sistema no se trague a los más pequeños. Es una señal de que, a pesar de los enredos burocráticos, todavía hay gente e instituciones dispuestas a facilitar las cosas, a tender un puente donde antes solo había un abismo. Ahora la bola está en la cancha de las pymes para que aprovechen esta oportunidad.
¿Qué opinan ustedes, foreros? ¿Es un simple paliativo o de verdad un ejemplo de cómo la academia y el Estado deberían bretear juntos? ¿Les parece suficiente ayuda o Hacienda debería simplificar más el chunche desde el inicio?
El verdadero despiche es ese: la brecha. Mientras unos pueden pagar asesorías carísimas para que les expliquen con manzanas el nuevo chunche de Hacienda Digital, el pequeño y mediano empresario se queda viendo para el ciprés, haciendo números para ver si le alcanza para contratar a alguien o si le toca, una vez más, quemarse las pestañas tratando de descifrar el manual. Es una realidad que a menudo se ignora, pero que define si un pequeño negocio sobrevive o se va al traste por un trámite que no pudo cumplir a tiempo. Es la clásica historia del pez grande comiéndose al chico, pero en versión tributaria.
Pero tranquilos, que no panda el cúnico. Aquí es donde la Universidad Nacional se pone la 10 y sale al rescate. ¡Qué tuanis ver a la U pública arrimando el hombro de esta manera! En una jugada maestra, la Escuela de Administración de la UNA, en yunta con el propio Ministerio de Hacienda, va a dar talleres completamente gratis para explicar cómo funciona Tribu-CR. La iniciativa, que forma parte del Núcleo de Asistencia Fiscal (NAF), está pensada justamente para esa gente que más lo necesita: los valientes de las pymes que la pulscan día a día. Esto demuestra que la universidad es mucho más que aulas y títulos; es un motor de apoyo para la comunidad.
La vara es así de sencilla: los talleres serán el viernes 10, sábado 11 y lunes 13 de octubre, en un horario súper amplio de 8 de la mañana a 4 de la tarde. Van a habilitar seis sesiones de 50 minutos cada día, para que la gente pueda ir en el chance que tenga. Lo mejor es que no van a estar solos, los talleres los darán funcionarios de Hacienda (¡directo de la fuente!) y estudiantes de la U que ya están empapados del tema. Además, para los que quieran profundizar, también van a dar dos charlas extra, una sobre el Régimen Simplificado y otra sobre la Oficina Virtual. Ojo, eso sí: los cupos son limitados, así que si les interesa, pónganse las pilas y apúntense ya.
Al final, esta noticia es un respiro. Más allá del taller en sí, es un gesto que vale oro. Como dijo el académico a cargo, Jorge Montoya, esto va más allá de enseñar a usar una herramienta; se trata de fortalecer la cultura tributaria y de que la universidad cumpla su rol social. Es la academia y el Estado trabajando juntos para que el sistema no se trague a los más pequeños. Es una señal de que, a pesar de los enredos burocráticos, todavía hay gente e instituciones dispuestas a facilitar las cosas, a tender un puente donde antes solo había un abismo. Ahora la bola está en la cancha de las pymes para que aprovechen esta oportunidad.
¿Qué opinan ustedes, foreros? ¿Es un simple paliativo o de verdad un ejemplo de cómo la academia y el Estado deberían bretear juntos? ¿Les parece suficiente ayuda o Hacienda debería simplificar más el chunche desde el inicio?