¡Ay, papá! La crema y la nata del tenis mundial amanecieron con una noticia que les dejó el alma en vilo: falleció Nikola Pilic, la leyenda croata que además fue mentor de figuras como Novak Djokovic. Este señor, con sus 87 añitos, dejó una huella imborrable en el deporte y nos deja a todos pensando qué grande fue su aporte. ¡Una pena tremenda, diay!
Para los que no andaban metidos en el tenis hace décadas, Pilic era un nombre que resonaba con fuerza. Comenzó a darle duro a la pelota allá por 1953 en Split, Croacia, y rapidito demostró que tenía el don. Con apenas 21 años ya estaba representando a Yugoslavia en torneos juveniles. Imagínate el talento que tenía el compa ese.
Y ni hablar de sus triunfos a nivel nacional. ¡Cinco campeonatos de Yugoslavia en individuales! (1962, 1963, 1964, 1966 y 1967) y siete en dobles. Pero eso no era todo, el churrito llegó cuando alcanzó la final de Roland Garros en 1973, aunque ahí sí se topó con Ilie Nastase, quien lo derrotó en tres sets. Ahí te das cuenta que el tipo era de los buenos, porque llegar a la final de Roland Garros no es broma.
Pero la vara más cargada que dejó Pilic fue su faceta como entrenador. ¡El compa tenía mano para sacar lo mejor de los cracks! Trabajó con Goran Ivanišević, Michael Stich, Boris Becker... pero quizás su legado más importante es haber sido mentor de Novak Djokovic. Según cuentan, fue Jelena Gencic, la primera entrenadora de Djokovic, quien lo mandó a la academia de Pilic en Munich para pulir su juego. ¡Y mira ahora cómo le ha ido al serbio! Un éxito rotundo gracias también al consejo de Pilic.
Lo que realmente me quedó grabado es que Pilic es el único capitán que ha llevado a tres países distintos a levantar la Copa Davis: Alemania (en 1988, 1989 y 1993), Croacia (en 2005) y Serbia (en 2010). ¡Eso es pura gallardía, mae! La Federación Croata de Tenis lo definió como “uno de los mayores jugadores y entrenadores que el tenis croata haya dado”. Y vaya que lo merecía.
Ahora, muchos se preguntarán, ¿qué queda de Pilic? Queda un ejemplo de dedicación, perseverancia y pasión por el tenis. Su capacidad para identificar y desarrollar talento es algo admirable. Además, su visión estratégica como capitán de la Copa Davis demuestra que era un verdadero líder dentro y fuera de la cancha. ¡Un personaje completo, sin lugar a dudas!
Este caso nos recuerda la importancia del rol de los mentores en la vida de los deportistas. Pilic no solo enseñó técnica y táctica, sino que también transmitió valores como disciplina, respeto y humildad. Valores fundamentales para alcanzar el éxito en cualquier ámbito de la vida, no solo en el deporte. Es como dicen, si tienes un buen maestro, vas camino seguro.
Definitivamente, la partida de Nikola Pilic deja un vacío enorme en el mundo del tenis. Sus logros y su legado perdurarán por siempre. Pero me pregunto, ¿cree usted que la influencia de Pilic en el desarrollo de Novak Djokovic ha sido subestimada por los medios y los aficionados? ¿Deberíamos darle aún más crédito a los mentores que moldean a las nuevas generaciones de atletas?
Para los que no andaban metidos en el tenis hace décadas, Pilic era un nombre que resonaba con fuerza. Comenzó a darle duro a la pelota allá por 1953 en Split, Croacia, y rapidito demostró que tenía el don. Con apenas 21 años ya estaba representando a Yugoslavia en torneos juveniles. Imagínate el talento que tenía el compa ese.
Y ni hablar de sus triunfos a nivel nacional. ¡Cinco campeonatos de Yugoslavia en individuales! (1962, 1963, 1964, 1966 y 1967) y siete en dobles. Pero eso no era todo, el churrito llegó cuando alcanzó la final de Roland Garros en 1973, aunque ahí sí se topó con Ilie Nastase, quien lo derrotó en tres sets. Ahí te das cuenta que el tipo era de los buenos, porque llegar a la final de Roland Garros no es broma.
Pero la vara más cargada que dejó Pilic fue su faceta como entrenador. ¡El compa tenía mano para sacar lo mejor de los cracks! Trabajó con Goran Ivanišević, Michael Stich, Boris Becker... pero quizás su legado más importante es haber sido mentor de Novak Djokovic. Según cuentan, fue Jelena Gencic, la primera entrenadora de Djokovic, quien lo mandó a la academia de Pilic en Munich para pulir su juego. ¡Y mira ahora cómo le ha ido al serbio! Un éxito rotundo gracias también al consejo de Pilic.
Lo que realmente me quedó grabado es que Pilic es el único capitán que ha llevado a tres países distintos a levantar la Copa Davis: Alemania (en 1988, 1989 y 1993), Croacia (en 2005) y Serbia (en 2010). ¡Eso es pura gallardía, mae! La Federación Croata de Tenis lo definió como “uno de los mayores jugadores y entrenadores que el tenis croata haya dado”. Y vaya que lo merecía.
Ahora, muchos se preguntarán, ¿qué queda de Pilic? Queda un ejemplo de dedicación, perseverancia y pasión por el tenis. Su capacidad para identificar y desarrollar talento es algo admirable. Además, su visión estratégica como capitán de la Copa Davis demuestra que era un verdadero líder dentro y fuera de la cancha. ¡Un personaje completo, sin lugar a dudas!
Este caso nos recuerda la importancia del rol de los mentores en la vida de los deportistas. Pilic no solo enseñó técnica y táctica, sino que también transmitió valores como disciplina, respeto y humildad. Valores fundamentales para alcanzar el éxito en cualquier ámbito de la vida, no solo en el deporte. Es como dicen, si tienes un buen maestro, vas camino seguro.
Definitivamente, la partida de Nikola Pilic deja un vacío enorme en el mundo del tenis. Sus logros y su legado perdurarán por siempre. Pero me pregunto, ¿cree usted que la influencia de Pilic en el desarrollo de Novak Djokovic ha sido subestimada por los medios y los aficionados? ¿Deberíamos darle aún más crédito a los mentores que moldean a las nuevas generaciones de atletas?