¡Ay, mi gente! Prepárense porque el Lincoln School va a estar encendido este octubre. No se trata de pura clase y deberes, sino de meterle duro a la tecnología y darle una vuelta de rosca a la innovación. Parece que van a convertir el colegio en una especie de Silicon Valley en miniatura, y eso es súper chiva para los jóvenes interesados en este brete.
Todo esto arranca con la Lincoln Tech Week, del 1 al 3 de octubre. Imagínense talleres, conferencias y un ambiente lleno de códigos y robots. No cualquier vaina, sino enfocado en robótica, programación e inteligencia artificial. El lema es “la tecnología es para todos”, y eso ya suena a que quieren romper con la idea de que esto es solo para unos cuantos nerds encerrados en un cuarto. ¡Al contrario!
Carolyn Hernández, la coordinadora de Lincoln, dice que la programación y la IA no son cosas inalcanzables; son herramientas que los estudiantes pueden tomar en sus manos y empezar a crear. Y no vamos a mentirnos, el mundo necesita jóvenes que sepan desenvolverse en este terreno. Porque aunque algunos nos resistamos, la tecnología llegó para quedarse, diay.
Para darle más sabor a la cosa, van a invitar a especialistas nacionales y ex alumnos que ya están metidos en el sector tecnológico. Estos mae van a contar sus experiencias y mostrar cómo se desarrolla software, cómo se innova en hardware y cómo se aplican esas inteligencias artificiales que tanto vemos en las películas. Eso sí que es aprendizaje directo, ponerlos en contacto con la realidad del mercado laboral.
Pero ahí no termina la cosa. Después de la Tech Week, el Lincoln School se convierte en sede del NASA Space Apps Challenge. ¡Imaginen eso! Un hackathon global respaldado por la propia NASA. ¿Quién diría que veríamos esto en Costa Rica? La participación es gratis, presencial y abierta a todos los estudiantes del país, sin importar la edad. ¡Eso es democratizar el acceso a la ciencia y la tecnología!
Y qué tienen que hacer estos jóvenes? Pues formar equipos de hasta seis personas y enfrentar retos propuestos por la NASA. El objetivo es proponer soluciones innovadoras a problemas reales. Los mejores equipos serán nombrados Global Nominees de Costa Rica, lo que les dará visibilidad internacional y la posibilidad de presentar sus ideas directamente a expertos del Instituto Costarricense de Aeronáutica (ICA). ¡Una oportunidad de oro para impulsar sus carreras!
Hernández, la coordinadora, explica que esta alianza con la NASA permite a los jóvenes enfrentarse a problemáticas globales, potenciar su creatividad, mejorar su trabajo en equipo y desarrollar resiliencia. Básicamente, prepararlos para enfrentar los desafíos del siglo XXI. Y es verdad, los tiempos cambian y nosotros tenemos que adaptarnos si queremos seguir siendo competitivos en el mundo.
En resumen, el Lincoln School está haciendo una apuesta fuerte por integrar la tecnología en la educación. Quieren demostrar que la innovación está al alcance de todos y que puede transformar nuestra sociedad. Ahora me pregunto, ¿cree usted que iniciativas como esta son suficientes para cerrar la brecha digital en Costa Rica y asegurar que nuestros jóvenes tengan las habilidades necesarias para prosperar en el futuro? ¡Déjeme sus opiniones en el foro!
Todo esto arranca con la Lincoln Tech Week, del 1 al 3 de octubre. Imagínense talleres, conferencias y un ambiente lleno de códigos y robots. No cualquier vaina, sino enfocado en robótica, programación e inteligencia artificial. El lema es “la tecnología es para todos”, y eso ya suena a que quieren romper con la idea de que esto es solo para unos cuantos nerds encerrados en un cuarto. ¡Al contrario!
Carolyn Hernández, la coordinadora de Lincoln, dice que la programación y la IA no son cosas inalcanzables; son herramientas que los estudiantes pueden tomar en sus manos y empezar a crear. Y no vamos a mentirnos, el mundo necesita jóvenes que sepan desenvolverse en este terreno. Porque aunque algunos nos resistamos, la tecnología llegó para quedarse, diay.
Para darle más sabor a la cosa, van a invitar a especialistas nacionales y ex alumnos que ya están metidos en el sector tecnológico. Estos mae van a contar sus experiencias y mostrar cómo se desarrolla software, cómo se innova en hardware y cómo se aplican esas inteligencias artificiales que tanto vemos en las películas. Eso sí que es aprendizaje directo, ponerlos en contacto con la realidad del mercado laboral.
Pero ahí no termina la cosa. Después de la Tech Week, el Lincoln School se convierte en sede del NASA Space Apps Challenge. ¡Imaginen eso! Un hackathon global respaldado por la propia NASA. ¿Quién diría que veríamos esto en Costa Rica? La participación es gratis, presencial y abierta a todos los estudiantes del país, sin importar la edad. ¡Eso es democratizar el acceso a la ciencia y la tecnología!
Y qué tienen que hacer estos jóvenes? Pues formar equipos de hasta seis personas y enfrentar retos propuestos por la NASA. El objetivo es proponer soluciones innovadoras a problemas reales. Los mejores equipos serán nombrados Global Nominees de Costa Rica, lo que les dará visibilidad internacional y la posibilidad de presentar sus ideas directamente a expertos del Instituto Costarricense de Aeronáutica (ICA). ¡Una oportunidad de oro para impulsar sus carreras!
Hernández, la coordinadora, explica que esta alianza con la NASA permite a los jóvenes enfrentarse a problemáticas globales, potenciar su creatividad, mejorar su trabajo en equipo y desarrollar resiliencia. Básicamente, prepararlos para enfrentar los desafíos del siglo XXI. Y es verdad, los tiempos cambian y nosotros tenemos que adaptarnos si queremos seguir siendo competitivos en el mundo.
En resumen, el Lincoln School está haciendo una apuesta fuerte por integrar la tecnología en la educación. Quieren demostrar que la innovación está al alcance de todos y que puede transformar nuestra sociedad. Ahora me pregunto, ¿cree usted que iniciativas como esta son suficientes para cerrar la brecha digital en Costa Rica y asegurar que nuestros jóvenes tengan las habilidades necesarias para prosperar en el futuro? ¡Déjeme sus opiniones en el foro!
