¡Ay, Dios mío! Esto que pasó en Estados Unidos da pa' pensar... Resulta que una mamita se dedicó a atormentar a su propia hija por internet durante meses, creando perfiles falsos y mandándole mensajes horribles. Una verdadera torta, ¿eh? El caso salió a luz porque la muchacha, que tenía 14 años para empezar, estaba sufriendo muchísimo y la familia no lograba entender qué pasaba.
Al principio, todos pensaron que era algún acosador externo, un wey loco que andaba persiguiendo a la jovencita. Sus papás, preocupadísimos, participaron en todas las reuniones de la escuela buscando soluciones. ¡Imagínate la sorpresa cuando descubrieron que la mismísima Kendra Licari, la madre, era la responsable de todo ese tormento!
La investigación fue pa' llorar, ¡qué despiche! La policía local intentó rastrear los mensajes, pero la señora se escondía detrás de números falsos y herramientas técnicas. Hasta pidieron ayuda al FBI, porque la cosa se puso más complicada de lo que se pensaba. Pero los agentes federales lograron desenmascararla, encontrando pruebas irrefutables que la ligaban con los perfiles falsos.
Cuando salió a la luz la verdad, ¡qué sal! Todos quedaron boquiabiertos. La magnitud del caso es impresionante; mantuvo ese hostigamiento durante casi dos años. Algunos psicólogos dicen que podría tratarse de una forma extrema de Síndrome de Munchausen por poder, donde la persona busca manipular a otra a través del sufrimiento. Un brete, sinceramente.
La señora recibió una condena de cinco años de prisión por acosar a su hija y otro período adicional por molestar al novio de ésta. No solo se llevó una pena considerable, sino que también destruyó su familia. Su esposo, Shawn Licari, le quitó la custodia a ella y ahora él es quien está cuidando de Lauryn, su hija. Imagínate el golpe emocional que eso dejó en la muchacha...
Este caso ha levantado polvareda en Estados Unidos sobre el rol de los padres en la era digital. Se habla mucho del ciberacoso, pero pocas veces se piensa que el agresor puede estar precisamente en la casa. Aquí en Costa Rica, aunque parezca extremo, nos hace reflexionar sobre la importancia de prestar atención al comportamiento de nuestros hijos y detectar posibles señales de alerta, especialmente con tanto celular y computadora en manos de los jóvenes.
Y ojo, que esto no es cuento. Los datos del Ministerio de Educación y el PANI muestran un incremento constante en las denuncias de hostigamiento online entre adolescentes. El fácil acceso a los celulares, las aplicaciones que permiten crear identidades falsas y la falta de controles parentales hacen que estas situaciones sean más propensas a ocurrir. Ya no basta con decir 'ten cuidado', tenemos que estar pendientes de lo que pasa en esos mundos virtuales.
Ahora, Lauryn, que ya tiene 17 años, dice que todavía está luchando por superar lo que vivió y planea estudiar criminología. Incluso hicieron un documental sobre el caso en Netflix, llamado “Unknown Number: The High School Catfish”. ¿Pero dime tú, compa?: Con tanta tecnología y anonimato en línea, ¿crees que los padres estamos realmente preparados para proteger a nuestros hijos del ciberacoso, incluso cuando este viene de dentro del propio hogar?
Al principio, todos pensaron que era algún acosador externo, un wey loco que andaba persiguiendo a la jovencita. Sus papás, preocupadísimos, participaron en todas las reuniones de la escuela buscando soluciones. ¡Imagínate la sorpresa cuando descubrieron que la mismísima Kendra Licari, la madre, era la responsable de todo ese tormento!
La investigación fue pa' llorar, ¡qué despiche! La policía local intentó rastrear los mensajes, pero la señora se escondía detrás de números falsos y herramientas técnicas. Hasta pidieron ayuda al FBI, porque la cosa se puso más complicada de lo que se pensaba. Pero los agentes federales lograron desenmascararla, encontrando pruebas irrefutables que la ligaban con los perfiles falsos.
Cuando salió a la luz la verdad, ¡qué sal! Todos quedaron boquiabiertos. La magnitud del caso es impresionante; mantuvo ese hostigamiento durante casi dos años. Algunos psicólogos dicen que podría tratarse de una forma extrema de Síndrome de Munchausen por poder, donde la persona busca manipular a otra a través del sufrimiento. Un brete, sinceramente.
La señora recibió una condena de cinco años de prisión por acosar a su hija y otro período adicional por molestar al novio de ésta. No solo se llevó una pena considerable, sino que también destruyó su familia. Su esposo, Shawn Licari, le quitó la custodia a ella y ahora él es quien está cuidando de Lauryn, su hija. Imagínate el golpe emocional que eso dejó en la muchacha...
Este caso ha levantado polvareda en Estados Unidos sobre el rol de los padres en la era digital. Se habla mucho del ciberacoso, pero pocas veces se piensa que el agresor puede estar precisamente en la casa. Aquí en Costa Rica, aunque parezca extremo, nos hace reflexionar sobre la importancia de prestar atención al comportamiento de nuestros hijos y detectar posibles señales de alerta, especialmente con tanto celular y computadora en manos de los jóvenes.
Y ojo, que esto no es cuento. Los datos del Ministerio de Educación y el PANI muestran un incremento constante en las denuncias de hostigamiento online entre adolescentes. El fácil acceso a los celulares, las aplicaciones que permiten crear identidades falsas y la falta de controles parentales hacen que estas situaciones sean más propensas a ocurrir. Ya no basta con decir 'ten cuidado', tenemos que estar pendientes de lo que pasa en esos mundos virtuales.
Ahora, Lauryn, que ya tiene 17 años, dice que todavía está luchando por superar lo que vivió y planea estudiar criminología. Incluso hicieron un documental sobre el caso en Netflix, llamado “Unknown Number: The High School Catfish”. ¿Pero dime tú, compa?: Con tanta tecnología y anonimato en línea, ¿crees que los padres estamos realmente preparados para proteger a nuestros hijos del ciberacoso, incluso cuando este viene de dentro del propio hogar?