Bueno, bueno, maes, pónganse cómodos porque la última vara que se sacó de la manga el Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) está para conversarla con un buen cafecito. Resulta que a partir de ya, podemos andar la cédula de identidad en el celular. ¡Qué chiva! Se llama Identidad Digital Costarricense (o IDC, para los compas) y la idea es que ese chunche plástico que siempre se nos pierde o se nos quiebra tenga su gemelo digital. La movida cuesta ¢2600 y, ojo, es totalmente voluntaria. Nadie los va a obligar a dejar el plástico, pero la opción de modernizarse ya está sobre la mesa.
Ahora, vamos a lo que importa: ¿para qué sirve este nuevo chereque? Según el TSE, esta cédula digital tiene el mismo valor legal que la física. Esto significa que, en teoría, uno puede ir al banco, a hacer un trámite en una institución pública o hasta donde un notario y enseñar el celular. ¡Qué nivel! Se acabó el drama de "¡mae, dejé la billetera en la casa!". La idea de no tener que andar el plástico para todo es qué carga, especialmente para los que vivimos pegados al teléfono. Además, le metieron un montón de sistemas de seguridad con biometría y criptografía para que solo el dueño pueda usarla, así que no es como que cualquiera puede abrir la aplicación y hacerse pasar por uno.
Pero diay, como todo en Tiquicia, la vara tiene sus detallitos. No se emocionen pensando que van a ir a votar en las elecciones del 2026 mostrando el código QR. Para eso, nanai. El padrón ya se está cocinando y solo va a funcionar con la cédula de toda la vida. Otro punto importante es que la versión digital no trae el famoso número consecutivo del plástico, ese que piden para trámites como el de Tribu-CR en Hacienda. Así que, por ahora, para ciertos bretes, todavía vamos a depender del documento físico. ¡Qué torta para los que ya soñaban con dejar la billetera agarrando polvo! Además, el TSE dio seis meses para que las empresas y el gobierno se pongan las pilas y actualicen sus sistemas, así que puede que al principio uno llegue muy moderno a un lugar y le salgan con que "eso aquí todavía no funciona".
La seguridad es un tema que, por supuesto, a todos nos preocupa. ¿Qué pasa si me roban el celular? ¿Ya valió todo? Pues parece que no. El TSE promete que uno puede reportarlo de inmediato para que cancelen la cédula digital de ese dispositivo y activarla en uno nuevo sin costo. Es más, hasta sacaron una app de verificación gratis para que los bancos, comercios o cualquier persona pueda escanear el código y asegurarse de que la cédula que le están mostrando es legítima y no una captura de pantalla. En esa parte, parece que sí hicieron bien la tarea. Detrás de todo este proyecto está una empresa conformada, entre otros, por Racsa, así que hay músculo local metido en el asunto.
El plan a futuro suena todavía más interesante. El objetivo final, según dicen, es crear una "billetera digital" donde uno no solo ande la cédula, sino también la licencia de conducir, el carné del seguro y otros documentos importantes. Imagínense el nivel de no tener que cargar con un montón de plásticos para todo lado. Incluso están viendo cómo extender la identidad digital a menores de edad sin costo. La verdad, la vara promete. Es un paso lógico en un mundo donde ya hacemos todo con el teléfono. Pero como siempre, la ejecución es la que manda. Ahora, la pregunta del millón para el foro: ¿Ustedes se van a mandar a sacar esta cédula digital de una vez, o van a esperar a que el despiche inicial pase y funcione en todo lado? ¿Creen que los ¢2600 valen la pena ya mismo? ¡Los leo!
Ahora, vamos a lo que importa: ¿para qué sirve este nuevo chereque? Según el TSE, esta cédula digital tiene el mismo valor legal que la física. Esto significa que, en teoría, uno puede ir al banco, a hacer un trámite en una institución pública o hasta donde un notario y enseñar el celular. ¡Qué nivel! Se acabó el drama de "¡mae, dejé la billetera en la casa!". La idea de no tener que andar el plástico para todo es qué carga, especialmente para los que vivimos pegados al teléfono. Además, le metieron un montón de sistemas de seguridad con biometría y criptografía para que solo el dueño pueda usarla, así que no es como que cualquiera puede abrir la aplicación y hacerse pasar por uno.
Pero diay, como todo en Tiquicia, la vara tiene sus detallitos. No se emocionen pensando que van a ir a votar en las elecciones del 2026 mostrando el código QR. Para eso, nanai. El padrón ya se está cocinando y solo va a funcionar con la cédula de toda la vida. Otro punto importante es que la versión digital no trae el famoso número consecutivo del plástico, ese que piden para trámites como el de Tribu-CR en Hacienda. Así que, por ahora, para ciertos bretes, todavía vamos a depender del documento físico. ¡Qué torta para los que ya soñaban con dejar la billetera agarrando polvo! Además, el TSE dio seis meses para que las empresas y el gobierno se pongan las pilas y actualicen sus sistemas, así que puede que al principio uno llegue muy moderno a un lugar y le salgan con que "eso aquí todavía no funciona".
La seguridad es un tema que, por supuesto, a todos nos preocupa. ¿Qué pasa si me roban el celular? ¿Ya valió todo? Pues parece que no. El TSE promete que uno puede reportarlo de inmediato para que cancelen la cédula digital de ese dispositivo y activarla en uno nuevo sin costo. Es más, hasta sacaron una app de verificación gratis para que los bancos, comercios o cualquier persona pueda escanear el código y asegurarse de que la cédula que le están mostrando es legítima y no una captura de pantalla. En esa parte, parece que sí hicieron bien la tarea. Detrás de todo este proyecto está una empresa conformada, entre otros, por Racsa, así que hay músculo local metido en el asunto.
El plan a futuro suena todavía más interesante. El objetivo final, según dicen, es crear una "billetera digital" donde uno no solo ande la cédula, sino también la licencia de conducir, el carné del seguro y otros documentos importantes. Imagínense el nivel de no tener que cargar con un montón de plásticos para todo lado. Incluso están viendo cómo extender la identidad digital a menores de edad sin costo. La verdad, la vara promete. Es un paso lógico en un mundo donde ya hacemos todo con el teléfono. Pero como siempre, la ejecución es la que manda. Ahora, la pregunta del millón para el foro: ¿Ustedes se van a mandar a sacar esta cédula digital de una vez, o van a esperar a que el despiche inicial pase y funcione en todo lado? ¿Creen que los ¢2600 valen la pena ya mismo? ¡Los leo!