Clipper: El marxismo parte como premisa que la religión es el opio de los pueblos, queriendo decir que es un instrumento de las clases dominantes para corromper la mente del santo proletariado. Obviamente, que existe un trasfondo religioso en esas persecuciones y también político. Ambos aspectos con consustanciales en sí mismos, porque son base filosófica del marxismo. En simples palabras, es una política ateista porque requiere desterrar la religión de la sociedad para poder construir el "nuevo hombre". La tolerancia religiosa, si acaso se da, es una táctica meramente, para permitir la alianza temporal con algunos sectores "pequeño burgueses" y grupos religiosos tipo "Teología de la Liberación" que son útiles en la etapa de transición, primero en la lucha por tomar el poder y luego en el socialismo, pero se parte que la religión no existirá cuando se construya el comunismo. Solo leamos un poco a Vladimir Ulianov conocido popularmente como Lenín.
Creo que usted está en lo correcto don G ELIZONDO al describir la relación marxismo-religión, sin embargo a pesar de que la parafernalia del opio de los pueblos es de origen marxista, la lucidez con la que Marx aborda este tema y señala los orígenes de las religiones y la creación de los Dioses que estas instituciones alaban, ha llevado a considerar a ideologías totalmente contrarias al marxismo a abrazar igualmente esa analogía.
Por ejemplo no pocos liberales defienden la tesis de que la religión es el opio de los pueblos, y en general no es ninguna incongruencia con su planteamiento, ya que la intolerancia de las religiones pone en peligro la existencia real de la tolerancia, uno de los pilares del liberalismo moderno, por lo que los marxistas no son los únicos que consideran como lo más deseable que desaparezcan las religiones y con ellas la intolerancia.
Sin embargo el meollo del asunto no es eliminar a la fuerza la religión per se, sino la evangelización y la arrogancia moral que las caracteriza y que pone en peligro la convivencia pacífica en las sociedades donde deciden instaurarse, al juzgar como inmorales todos los sistemas axiológicos que estén fuera de su sistema de creencias.
Usted dice que no hay discriminación, pero una institución como la IC, que reciben fondos públicos y exenciones fiscales que no gozamos los demás ciudadanos, insulta a través de su máximo jerarca a un sector minoritario de la población al considerar que un ateo no tiene ningún referente ético para luchar contra la corrupción(sic).
Eso a todas luces es falaz y denigrante, y un país que se reivindique como democrático jamás podrá tener inclinaciones morales hacia personas que se expresen así de un prójimo que ni siquiera conocen.
El estado debe ser neutral, no apoya ni a la IC, ni a la santería, ni a los evangélicos, ni a Jesucristo Hombre, ni a los humanistas seculares, ni a nadie; de eso se trata el laicicismo.
Además para qué hablamos de Mao Zedong y del marxismo y de EUropa del Este, si como bien es sabido esos estados no eran laicos, eran marxistas ateos(osea, se inclinaban por una de las corrientes).