Bueno, maes, agarrense el bolsillo porque la vara viene fea otra vez. Cuando uno cree que ya no puede ponerse peor, Recope nos recuerda que siempre hay espacio para un golpe más. Este viernes, como quien no quiere la cosa, mandaron la solicitud de ajuste a la Aresep y, ¡sorpresa!, nos van a clavar con un nuevo aumento en las gasolinas. Diay, ya parece una tradición mensual, una que nadie pidió pero que todos tenemos que aguantar. ¡Qué torta! Uno se mata en el brete toda la quincena para que una buena parte se evapore llenando el tanque del chunche.
Vamos al grano, a los números que duelen. Según el borrador que le pasaron a la Aresep, la gasolina Súper va a pasar de ₡663 a ₡678 por litro. O sea, 15 pesitos más por cada litro que le echemos. La Regular no se queda atrás y sube 13 colones, quedando en ₡662. Puede que suene a poco, pero hagan números: si usted llena un tanque de 40 litros con Súper, son 600 colones más de un solo tiro. Multiplique eso por las veces que llena al mes y la suma empieza a picar, y bastante. Estamos salados, porque justo cuando uno empieza a hacer cuentas para ver si alcanza para un gustito, ¡pum!, le recortan el presupuesto desde la bomba.
Ahora, no todo es un despiche total, hay que ser justos. Hay una pequeña luz al final del túnel, aunque parece más bien la de una luciérnaga. El diésel va a tener una rebajita de 13 colones, quedando en ₡551, y el cilindro de gas de cocina baja 78 colones. ¡Qué nivel de alivio! (Nótese el sarcasmo). Es una buena noticia para los transportistas y para los que cocinan con gas, sin duda, pero para el ciudadano de a pie que usa su carro para ir a trabajar o llevar a los chiquitos a la escuela, el balance sigue siendo negativo. Es como si te dieran una curita después de una fractura expuesta; se agradece el gesto, pero no soluciona el problema de fondo.
Y aquí viene mi parte favorita: la justificación. Recope sacó el mismo cassette de siempre, el de los “factores internacionales”. Que si las sanciones de Estados Unidos a Irán, que si el conflicto eterno en Ucrania sigue afectando los suministros rusos, que si la OPEP+ no quiere producir más… Diay, es la misma historia que nos cuentan desde hace años. Es un guion tan predecible que ya uno podría recitarlo de memoria. No digo que no sea cierto, el mercado petrolero es un caos global, pero cansa que la única respuesta local sea pasarnos la factura completa sin un plan B, sin una estrategia para amortiguar el golpe. La vara es que, al final del día, los problemas geopolíticos del otro lado del mundo los terminamos pagando nosotros en la pulpería.
Al final, todo este enredo nos deja con la misma sensación de impotencia. Recope propone, Aresep analiza (y casi siempre aprueba) y nosotros pagamos. El ciclo se repite mes a mes y el costo de vivir en este paraíso se vuelve cada vez más caro. Este aumento no es solo en la gasolina, es un efecto dominó que encarece el transporte de alimentos, los servicios de entrega y, por ende, el costo de casi todo lo que consumimos. Por eso abro el debate en el foro, maes, porque esto nos afecta a todos.
¿Ustedes qué hacen para que rinda la gasolina? ¿Tienen algún pique secreto, usan más el transporte público o ya de plano se resignaron a que una parte importante del salario se vaya en combustible? ¡Cuenten sus estrategias para sobrevivir a estos sablazos!
Vamos al grano, a los números que duelen. Según el borrador que le pasaron a la Aresep, la gasolina Súper va a pasar de ₡663 a ₡678 por litro. O sea, 15 pesitos más por cada litro que le echemos. La Regular no se queda atrás y sube 13 colones, quedando en ₡662. Puede que suene a poco, pero hagan números: si usted llena un tanque de 40 litros con Súper, son 600 colones más de un solo tiro. Multiplique eso por las veces que llena al mes y la suma empieza a picar, y bastante. Estamos salados, porque justo cuando uno empieza a hacer cuentas para ver si alcanza para un gustito, ¡pum!, le recortan el presupuesto desde la bomba.
Ahora, no todo es un despiche total, hay que ser justos. Hay una pequeña luz al final del túnel, aunque parece más bien la de una luciérnaga. El diésel va a tener una rebajita de 13 colones, quedando en ₡551, y el cilindro de gas de cocina baja 78 colones. ¡Qué nivel de alivio! (Nótese el sarcasmo). Es una buena noticia para los transportistas y para los que cocinan con gas, sin duda, pero para el ciudadano de a pie que usa su carro para ir a trabajar o llevar a los chiquitos a la escuela, el balance sigue siendo negativo. Es como si te dieran una curita después de una fractura expuesta; se agradece el gesto, pero no soluciona el problema de fondo.
Y aquí viene mi parte favorita: la justificación. Recope sacó el mismo cassette de siempre, el de los “factores internacionales”. Que si las sanciones de Estados Unidos a Irán, que si el conflicto eterno en Ucrania sigue afectando los suministros rusos, que si la OPEP+ no quiere producir más… Diay, es la misma historia que nos cuentan desde hace años. Es un guion tan predecible que ya uno podría recitarlo de memoria. No digo que no sea cierto, el mercado petrolero es un caos global, pero cansa que la única respuesta local sea pasarnos la factura completa sin un plan B, sin una estrategia para amortiguar el golpe. La vara es que, al final del día, los problemas geopolíticos del otro lado del mundo los terminamos pagando nosotros en la pulpería.
Al final, todo este enredo nos deja con la misma sensación de impotencia. Recope propone, Aresep analiza (y casi siempre aprueba) y nosotros pagamos. El ciclo se repite mes a mes y el costo de vivir en este paraíso se vuelve cada vez más caro. Este aumento no es solo en la gasolina, es un efecto dominó que encarece el transporte de alimentos, los servicios de entrega y, por ende, el costo de casi todo lo que consumimos. Por eso abro el debate en el foro, maes, porque esto nos afecta a todos.
¿Ustedes qué hacen para que rinda la gasolina? ¿Tienen algún pique secreto, usan más el transporte público o ya de plano se resignaron a que una parte importante del salario se vaya en combustible? ¡Cuenten sus estrategias para sobrevivir a estos sablazos!