¡Ay, Dios mío! La bronca del Puerto Caldera sigue dando para tira y ahora salió a relucir el nombre del hijito de Don Calixto, José Pablo Chaves Zamora. Resulta que él presentó una objeción a la licitación para elegir el nuevo concesionario, echando leña a un proceso que ya estaba medio complicado. Esto se puso más caliente que gallina pochada, mándale.
Como bien saben, el contrato actual del puerto está llegando a su fin en 2026 y la urgencia por encontrar una nueva administración es mayúscula. Desde la Cámara de Comercio ya estaban rayándose porque si se arrastra mucho este papeleo, podríamos tener problemas gordos para mantener las operaciones funcionando. ¡Imagínate el desmadre si el puerto se va al traste!
Lo que más sacó de quicio a la Sociedad Portuaria de Caldera (SPC) y a la Sociedad Portuaria Granelera de Caldera (SPGC), quienes dijeron textualmente ‘¡Qué descaro!’ es que el joven Chaves Zamora, aparentemente representando a Logística de Granos S.A., no comparte la visión de modernización y crecimiento que tienen para el puerto. Según sus declaraciones, la objeción sería porque ven cosas distintas para el futuro del lugar; pero entre nosotros, muchos sospechan que hay tintes políticos detrás de esto.
Mauricio Carrasco, el jefe de SPC y SPGC, se despegó rapidísimo de la jugada, diciendo que ellos van con todo en la renovación del puerto. Han expresado públicamente su apoyo al proceso licitatorio y creen que es crucial para el desarrollo económico del país. Este mae está clarito que quiere ver el puerto a toda máquina, sin trabas ni rodeos. ¡Y con razón!
La Contraloría General de la República (CGR) tranquilizando un poquito, dio a conocer que revisarán la objeción dentro de un plazo legal, que llega hasta noviembre. Pero también echaron tierra al asunto, recordando que estos recursos son derechos establecidos y que no se les puede culpar por hacerlo parte del trámite. Vamos, que aunque se demore, no es culpa de la Contraloría directamente, sino del sistema judicial que a veces anda un poco lento.
Arturo Rosabal Arce, presidente de la Cámara de Comercio, soltó la bomba: dijo que necesitan un “plan B”. Ante tantas objeciones y retrasos, propuso que el Incop tenga una alternativa operativa para evitar que el puerto se quede varado. Porque, díganlo claro, nadie quiere que el comercio nacional se vaya al garete por culpa de unos trámites burocráticos. Más vale prevenir que lamentar, ¿no?
La verdad es que esta vara parece que tiene patas de palo. Entre la objeción del hijito de Don Calixto, las presiones de la Cámara de Comercio y la lentitud habitual de los procesos administrativos, el futuro del Puerto Caldera se ve nebuloso. Parece que vamos a estar peleando por esto por un buen rato, y mientras tanto, el tiempo corre y necesitamos soluciones rápidas y efectivas. ¡Qué sal!
Ahora dime, ¿crees que el gobierno debería implementar un plan de contingencia inmediato para asegurar la operatividad del Puerto Caldera, o deberíamos esperar a que se resuelva la objeción de José Pablo Chaves Zamora, asumiendo el riesgo de posibles interrupciones en el servicio? ¡Déjanos tus comentarios!
Como bien saben, el contrato actual del puerto está llegando a su fin en 2026 y la urgencia por encontrar una nueva administración es mayúscula. Desde la Cámara de Comercio ya estaban rayándose porque si se arrastra mucho este papeleo, podríamos tener problemas gordos para mantener las operaciones funcionando. ¡Imagínate el desmadre si el puerto se va al traste!
Lo que más sacó de quicio a la Sociedad Portuaria de Caldera (SPC) y a la Sociedad Portuaria Granelera de Caldera (SPGC), quienes dijeron textualmente ‘¡Qué descaro!’ es que el joven Chaves Zamora, aparentemente representando a Logística de Granos S.A., no comparte la visión de modernización y crecimiento que tienen para el puerto. Según sus declaraciones, la objeción sería porque ven cosas distintas para el futuro del lugar; pero entre nosotros, muchos sospechan que hay tintes políticos detrás de esto.
Mauricio Carrasco, el jefe de SPC y SPGC, se despegó rapidísimo de la jugada, diciendo que ellos van con todo en la renovación del puerto. Han expresado públicamente su apoyo al proceso licitatorio y creen que es crucial para el desarrollo económico del país. Este mae está clarito que quiere ver el puerto a toda máquina, sin trabas ni rodeos. ¡Y con razón!
La Contraloría General de la República (CGR) tranquilizando un poquito, dio a conocer que revisarán la objeción dentro de un plazo legal, que llega hasta noviembre. Pero también echaron tierra al asunto, recordando que estos recursos son derechos establecidos y que no se les puede culpar por hacerlo parte del trámite. Vamos, que aunque se demore, no es culpa de la Contraloría directamente, sino del sistema judicial que a veces anda un poco lento.
Arturo Rosabal Arce, presidente de la Cámara de Comercio, soltó la bomba: dijo que necesitan un “plan B”. Ante tantas objeciones y retrasos, propuso que el Incop tenga una alternativa operativa para evitar que el puerto se quede varado. Porque, díganlo claro, nadie quiere que el comercio nacional se vaya al garete por culpa de unos trámites burocráticos. Más vale prevenir que lamentar, ¿no?
La verdad es que esta vara parece que tiene patas de palo. Entre la objeción del hijito de Don Calixto, las presiones de la Cámara de Comercio y la lentitud habitual de los procesos administrativos, el futuro del Puerto Caldera se ve nebuloso. Parece que vamos a estar peleando por esto por un buen rato, y mientras tanto, el tiempo corre y necesitamos soluciones rápidas y efectivas. ¡Qué sal!
Ahora dime, ¿crees que el gobierno debería implementar un plan de contingencia inmediato para asegurar la operatividad del Puerto Caldera, o deberíamos esperar a que se resuelva la objeción de José Pablo Chaves Zamora, asumiendo el riesgo de posibles interrupciones en el servicio? ¡Déjanos tus comentarios!