¡Aguafiestas! Que sí, que leímos bien. En tiempos donde parece que todo va cuesta arriba, hay una nota que nos da un respiro. Treinta pymes de distintos rincones del país terminaron un programa de capacitación en sostenibilidad, cortesía del Ministerio de Economía e invitados. Esto es importante, porque aunque todavía tenemos mucho que hacer, significa que algunos estamos viendo más allá del “hoy” y pensando en cómo dejarle algo decente a los nietos.
El programa, que duró dos meses, no fue precisamente un cafecito rápido. Las empresas, pertenecientes a sectores tan variopintos como turismo, arquitectura, hasta ferreterías y bienestar animal (¡sí, eso existe!), estuvieron metidas en capacitaciones virtuales y una sesioncita presencial intensa. Profundizaron en temas cruciales como la huella ambiental, cómo conseguir plata verde para sus bretes, certificaciones del Estado y cómo manejar la cadena de suministro siendo responsables con el medio ambiente.
Imagínate la mezcla de gente: Pococí, Heredia, San José, Osa… ¡hasta Monteverde! Pymes de todas partes se reunieron virtualmente pa’ aprender unos de otros. Ese es el espíritu, ¿verdad? Que no quede todo concentrado en San Ramón. Se agradece que el gobierno haya hecho el esfuerzo de llegar a todos los cantones. Es importante recordar que la economía del país no vive solo de lo que pasa en la capital.
Y ni hablar de la colaboración. ¡Una plétora de organizaciones se sumaron al esfuerzo! Grupo INS, FIFCO, CoopeAnde... ¡hasta el Laboratorio Costarricense de Metrología! Cada quien aportó su granito de arena, compartiendo conocimientos y ofreciendo acompañamiento. Demuestra que cuando trabajamos juntos, podemos lograr cosas grandes, y no solamente discutir quién tiene razón. Eso, aquí en Costa Rica, es una maravilla.
Al final, las empresas recibieron certificados que reconocen su compromiso con las buenas prácticas sustentables. Suena a formalidad, pero en realidad es algo más profundo. Significa que estas pymes están dispuestas a cambiar su forma de operar, a buscar alternativas más amigables con el planeta. No es fácil, claro, requiere inversión y esfuerzo, pero al final vale la pena. El cambio climático no espera, ¿eh?
La Ministra de Economía, Patricia Rojas, destacó la importancia de la articulación interinstitucional, como si fuera obvio. Pero bueno, a veces hay que recordarle a algunos que las cosas se hacen mejor cuando todos reman en la misma dirección. Lo que queda claro es que esto no es el fin del camino, sino el principio. Implementar lo aprendido, medir resultados y buscar certificaciones más robustas son los próximos pasos.
Y ahí viene la buena noticia: el MEIC ya está evaluando ampliar la cobertura de este programa en futuras ocasiones. Además, piensan buscar aliados internacionales para fortalecer los contenidos y facilitar el acceso a más recursos. ¡Eso sí es pensar en grande! Porque la sostenibilidad empresarial no es una moda pasajera, es una necesidad imperiosa. Ya nos hemos echao la ’chincha’ con tanta sequía, contaminación y problemas ambientales; hay que actuar, y actuar ya.
En resumen, este programa es un rayito de esperanza en medio de tanta incertidumbre. Es una muestra de que las pymes costarricenses están despertando a la realidad y buscando soluciones creativas para construir un futuro más sustentable. Ahora bien, ¿ustedes creen que este tipo de iniciativas deberían recibir mayor apoyo estatal, o es responsabilidad exclusiva de las empresas adoptar prácticas sostenibles? Déjennos sus opiniones en el foro!
El programa, que duró dos meses, no fue precisamente un cafecito rápido. Las empresas, pertenecientes a sectores tan variopintos como turismo, arquitectura, hasta ferreterías y bienestar animal (¡sí, eso existe!), estuvieron metidas en capacitaciones virtuales y una sesioncita presencial intensa. Profundizaron en temas cruciales como la huella ambiental, cómo conseguir plata verde para sus bretes, certificaciones del Estado y cómo manejar la cadena de suministro siendo responsables con el medio ambiente.
Imagínate la mezcla de gente: Pococí, Heredia, San José, Osa… ¡hasta Monteverde! Pymes de todas partes se reunieron virtualmente pa’ aprender unos de otros. Ese es el espíritu, ¿verdad? Que no quede todo concentrado en San Ramón. Se agradece que el gobierno haya hecho el esfuerzo de llegar a todos los cantones. Es importante recordar que la economía del país no vive solo de lo que pasa en la capital.
Y ni hablar de la colaboración. ¡Una plétora de organizaciones se sumaron al esfuerzo! Grupo INS, FIFCO, CoopeAnde... ¡hasta el Laboratorio Costarricense de Metrología! Cada quien aportó su granito de arena, compartiendo conocimientos y ofreciendo acompañamiento. Demuestra que cuando trabajamos juntos, podemos lograr cosas grandes, y no solamente discutir quién tiene razón. Eso, aquí en Costa Rica, es una maravilla.
Al final, las empresas recibieron certificados que reconocen su compromiso con las buenas prácticas sustentables. Suena a formalidad, pero en realidad es algo más profundo. Significa que estas pymes están dispuestas a cambiar su forma de operar, a buscar alternativas más amigables con el planeta. No es fácil, claro, requiere inversión y esfuerzo, pero al final vale la pena. El cambio climático no espera, ¿eh?
La Ministra de Economía, Patricia Rojas, destacó la importancia de la articulación interinstitucional, como si fuera obvio. Pero bueno, a veces hay que recordarle a algunos que las cosas se hacen mejor cuando todos reman en la misma dirección. Lo que queda claro es que esto no es el fin del camino, sino el principio. Implementar lo aprendido, medir resultados y buscar certificaciones más robustas son los próximos pasos.
Y ahí viene la buena noticia: el MEIC ya está evaluando ampliar la cobertura de este programa en futuras ocasiones. Además, piensan buscar aliados internacionales para fortalecer los contenidos y facilitar el acceso a más recursos. ¡Eso sí es pensar en grande! Porque la sostenibilidad empresarial no es una moda pasajera, es una necesidad imperiosa. Ya nos hemos echao la ’chincha’ con tanta sequía, contaminación y problemas ambientales; hay que actuar, y actuar ya.
En resumen, este programa es un rayito de esperanza en medio de tanta incertidumbre. Es una muestra de que las pymes costarricenses están despertando a la realidad y buscando soluciones creativas para construir un futuro más sustentable. Ahora bien, ¿ustedes creen que este tipo de iniciativas deberían recibir mayor apoyo estatal, o es responsabilidad exclusiva de las empresas adoptar prácticas sostenibles? Déjennos sus opiniones en el foro!