¡Ay, dios mío, qué bronca! El Tribunal Disciplinario de la FCRF soltó las sanciones de la fecha 16 del torneo de Apertura 2025 y, mi clave, parece que algunos equipos no entendieron muy bien las reglas del juego. Vamos a verle la cara a esto porque ni Don Tano Morgan lo esperaba.
Si pensaban que iban a librarse, ¡pues mándale! Saprissa, Alajuelense y hasta el profe Palomeque del Guadalupe fueron señalados con castigos que dejaron a medio país boquiabierto. De verdad, la cosa se puso seria, y eso que todavía estamos a principio del campeonato. Parece que algunos se emocionaron demasiado con los goles y olvidaron la etiqueta.
Empezamos con el Municipal Liberia, donde Erick Gerardo Sánchez Allen tendrá que pasar tres fechas fuera de la cancha y pagar ¢200,000 por llevarse las manos a la cabeza y darle duro al árbitro. Tres partidos, mae, ¡eso duele! Y pa' colmo, tendrán que rebuscarle el dinero en el bolsillo. Menos drama y más fútbol, digo yo. Por cierto, esa es la primera vez que le dan la expulsión por esos motivos, así que ahora ya sabe.
Pero la verdadera bomba llegó con el director técnico del Guadalupe, Fernando Palomeque. ¡Cinco partidos de suspensión y ¢450,000! Ahí sí que se complicaron las cosas. Dos por mandar improperios al rival y otros tres también por sacarle brillo a alguien. El profe anda medio caliente, ¿eh? Espero que le haya aprendido la lección y no vaya a seguir jalándose una torta en la banda. Quién va a dirigir al Guadalupe ahora, si el profe está suspendido?
Y no crean que solo los de abajo sufrieron. Alajuelense también tuvo que ponerle placa. Resulta que tendrán que pagar ¢1,125,000 por llegar tarde al partido... ¡la tercera vez! Ya saben, la puntualidad es importante, ¿o qué? Imaginen la bronca en la directiva, teniendo que desembolsar esa lana cuando podrían estar invirtiéndola en reforzar el equipo. Pero bueno, quién sabe, quizás les sirva para aprender a organizar mejor los horarios.
Saprissa tampoco se salvó de la papeleta. Recibieron una multa de ¢1,250,000 por no destacar las zonas amarillas en el estadio. Aparentemente, el personal encargado de mantener el orden no ha cumplido con su tarea. ¡Qué lata!, porque eso afecta la experiencia del espectador. Y para rematar, tuvieron que pagar otro par de billetes por culpa del jefe de prensa, que andaba distraído y no cumplió con sus obligaciones durante el partido. ¿Será que estaban pensando en otra cosa?
Herediano también tuvo sus problemas menores: Miguel Segura Vargas un partido por explotarle al árbitro y Brian Rubio Rodríguez uno por acumular cinco tarjetas amarillas, la regla de siempre. Sporting FC pagó ¢375,000 por tener demasiados jugadores discutiendo con el juez; y Ariel Soto González, igual que Rubio, por amontonar amarillas. Un clásico. El fútbol, qué vida… mucho griterío y poca madurez a veces.
En fin, este panorama nos deja claro que la disciplina es fundamental en el fútbol. Las sanciones han sido duras, pero necesarias para mantener el orden y asegurar un juego limpio. Ahora, me pregunto, ¿creen ustedes que estas sanciones serán suficientes para evitar que se repitan estos incidentes en futuros partidos? ¿O deberíamos implementar medidas aún más estrictas para garantizar el comportamiento adecuado en la cancha?
Si pensaban que iban a librarse, ¡pues mándale! Saprissa, Alajuelense y hasta el profe Palomeque del Guadalupe fueron señalados con castigos que dejaron a medio país boquiabierto. De verdad, la cosa se puso seria, y eso que todavía estamos a principio del campeonato. Parece que algunos se emocionaron demasiado con los goles y olvidaron la etiqueta.
Empezamos con el Municipal Liberia, donde Erick Gerardo Sánchez Allen tendrá que pasar tres fechas fuera de la cancha y pagar ¢200,000 por llevarse las manos a la cabeza y darle duro al árbitro. Tres partidos, mae, ¡eso duele! Y pa' colmo, tendrán que rebuscarle el dinero en el bolsillo. Menos drama y más fútbol, digo yo. Por cierto, esa es la primera vez que le dan la expulsión por esos motivos, así que ahora ya sabe.
Pero la verdadera bomba llegó con el director técnico del Guadalupe, Fernando Palomeque. ¡Cinco partidos de suspensión y ¢450,000! Ahí sí que se complicaron las cosas. Dos por mandar improperios al rival y otros tres también por sacarle brillo a alguien. El profe anda medio caliente, ¿eh? Espero que le haya aprendido la lección y no vaya a seguir jalándose una torta en la banda. Quién va a dirigir al Guadalupe ahora, si el profe está suspendido?
Y no crean que solo los de abajo sufrieron. Alajuelense también tuvo que ponerle placa. Resulta que tendrán que pagar ¢1,125,000 por llegar tarde al partido... ¡la tercera vez! Ya saben, la puntualidad es importante, ¿o qué? Imaginen la bronca en la directiva, teniendo que desembolsar esa lana cuando podrían estar invirtiéndola en reforzar el equipo. Pero bueno, quién sabe, quizás les sirva para aprender a organizar mejor los horarios.
Saprissa tampoco se salvó de la papeleta. Recibieron una multa de ¢1,250,000 por no destacar las zonas amarillas en el estadio. Aparentemente, el personal encargado de mantener el orden no ha cumplido con su tarea. ¡Qué lata!, porque eso afecta la experiencia del espectador. Y para rematar, tuvieron que pagar otro par de billetes por culpa del jefe de prensa, que andaba distraído y no cumplió con sus obligaciones durante el partido. ¿Será que estaban pensando en otra cosa?
Herediano también tuvo sus problemas menores: Miguel Segura Vargas un partido por explotarle al árbitro y Brian Rubio Rodríguez uno por acumular cinco tarjetas amarillas, la regla de siempre. Sporting FC pagó ¢375,000 por tener demasiados jugadores discutiendo con el juez; y Ariel Soto González, igual que Rubio, por amontonar amarillas. Un clásico. El fútbol, qué vida… mucho griterío y poca madurez a veces.
En fin, este panorama nos deja claro que la disciplina es fundamental en el fútbol. Las sanciones han sido duras, pero necesarias para mantener el orden y asegurar un juego limpio. Ahora, me pregunto, ¿creen ustedes que estas sanciones serán suficientes para evitar que se repitan estos incidentes en futuros partidos? ¿O deberíamos implementar medidas aún más estrictas para garantizar el comportamiento adecuado en la cancha?