Ay, Dios mío, qué vaina más loca. Resulta que un jovencito acá en Costa Rica se puso de mal humor porque pensó que su tatuador le había hecho una macana con un número en la espalda. Imagínate, pasando toa' la noche despierto, creyendo que su tinta tenía falla. Pero luego salió a luz el verdadero chisme, y las redes sociales explotaron de risa. ¡Esto es pa' ponerle crema a la gallina!
Según nos cuentan, el bato mandó un mensaje al tatuador, don Agustín Montedoro, con una fotito comparando el diseño original con el tatuaje terminado. Estaba quejándose porque decía que el cinco venía volteao', como si hubiera sido un descuido garrafón del artista. El pobre don Agustín, al principio, debió sentirse un poco descolocado, imagínate recibir una queja así de la noche para el día.
Pero la verdad, cuando revisó las fotos, no vio nada raro. El número estaba perfecto, bien recto. Ahí se dio cuenta de que el chismoso debía estar viendo el tatuaje a través de un espejo. ¡Qué torta! Así pasa cuando uno se prende mucho con las apariencias y no mide bien la vara. A veces, los espejos juegan malas pasadas, diay.
Y ahí viene lo bueno: cuando el tatuador le explicó la movida y le mandó una foto clara del tatuaje, sin reflejos ni na’, el chico entendió la broma y le pidió mil disculpas. Según los audios que el mismo don Agustín compartió en TikTok, el cliente confesó que había perdido el sueño entero, convicto de que su tatuaje era una bobería.
El video, que don Agustín tituló con picardía “Cuando los memes se hacen realidad”, se volvió viral en cuestión de horas. Ya lleva millones de reproducciones, y la gente no para de dejar comentarios ingeniosos y videos haciéndose eco de la situación. ¡El mae sí sabe cómo prender el carrete!
Más allá de las carcajadas, este caso nos hace reflexionar sobre cómo somos capaces de sacar conclusiones precipitadas sin analizar bien la situación. Nos daña mucho la prisa y querer tener la razón siempre. En los estudios de tatuajes esto es más común de lo que parece. Los tatuadores dicen que es frecuente que la gente se espante al ver su nuevo tatuaje en un espejo, pensando que algo anda mal, especialmente con números o letras. Parece que necesitamos que todo esté perfectito para sentirnos tranquilos, ¿no es cierto?
Las redes sociales, claro, han amplificado este fenómeno. Ahora cualquier cosita se vuelve viral en un santiamén. Antes, estos asuntos se resolvían a solas, entre el cliente y el tatuador. Hoy en día, todo queda documentado y expuesto al juicio público. Eso sí que es presión, chunche.
Así que, antes de armar un escándalo o echarle la culpa a otro, recordemos la moraleja de esta historia: ¡mira bien por dónde estás mirando! Que a veces, lo que te parece un error grave es simplemente un reflejo engañoso. ¿Ustedes alguna vez se han metido en un lío por una confusión similar? ¡Cuéntenme sus experiencias en el foro y veamos quién se lleva el premio al mayor despiste!
Según nos cuentan, el bato mandó un mensaje al tatuador, don Agustín Montedoro, con una fotito comparando el diseño original con el tatuaje terminado. Estaba quejándose porque decía que el cinco venía volteao', como si hubiera sido un descuido garrafón del artista. El pobre don Agustín, al principio, debió sentirse un poco descolocado, imagínate recibir una queja así de la noche para el día.
Pero la verdad, cuando revisó las fotos, no vio nada raro. El número estaba perfecto, bien recto. Ahí se dio cuenta de que el chismoso debía estar viendo el tatuaje a través de un espejo. ¡Qué torta! Así pasa cuando uno se prende mucho con las apariencias y no mide bien la vara. A veces, los espejos juegan malas pasadas, diay.
Y ahí viene lo bueno: cuando el tatuador le explicó la movida y le mandó una foto clara del tatuaje, sin reflejos ni na’, el chico entendió la broma y le pidió mil disculpas. Según los audios que el mismo don Agustín compartió en TikTok, el cliente confesó que había perdido el sueño entero, convicto de que su tatuaje era una bobería.
El video, que don Agustín tituló con picardía “Cuando los memes se hacen realidad”, se volvió viral en cuestión de horas. Ya lleva millones de reproducciones, y la gente no para de dejar comentarios ingeniosos y videos haciéndose eco de la situación. ¡El mae sí sabe cómo prender el carrete!
Más allá de las carcajadas, este caso nos hace reflexionar sobre cómo somos capaces de sacar conclusiones precipitadas sin analizar bien la situación. Nos daña mucho la prisa y querer tener la razón siempre. En los estudios de tatuajes esto es más común de lo que parece. Los tatuadores dicen que es frecuente que la gente se espante al ver su nuevo tatuaje en un espejo, pensando que algo anda mal, especialmente con números o letras. Parece que necesitamos que todo esté perfectito para sentirnos tranquilos, ¿no es cierto?
Las redes sociales, claro, han amplificado este fenómeno. Ahora cualquier cosita se vuelve viral en un santiamén. Antes, estos asuntos se resolvían a solas, entre el cliente y el tatuador. Hoy en día, todo queda documentado y expuesto al juicio público. Eso sí que es presión, chunche.
Así que, antes de armar un escándalo o echarle la culpa a otro, recordemos la moraleja de esta historia: ¡mira bien por dónde estás mirando! Que a veces, lo que te parece un error grave es simplemente un reflejo engañoso. ¿Ustedes alguna vez se han metido en un lío por una confusión similar? ¡Cuéntenme sus experiencias en el foro y veamos quién se lleva el premio al mayor despiste!