Ay, Dios mío, qué historia más loca nos llegó desde gringolandia. Una nena de apenas diez añitos, llamada Peyton Saintignan, le jugó una partida tremenda a sus papás y a toda la comunidad de Luisiana, en Estados Unidos. Resulta que la muchacha, al parecer, tenía una noche de esos bien extraños y se echó unas cuántas cuantas caminando sonámbula, terminando perdida en un bosque a más de dos kilómetros de su casa. ¡Imagínate el susto!
Según cuentan los hechos, los padres de Peyton la acostaron tranquilamente a las diez de la noche, como siempre. Pero al despertar, la cama estaba vacía, ni rastro de la pequeñita. Ahí empezó el relajo, movilizaron a la policía, vecinos, ¡todo el mundo buscando a la nena como si estuviera hecha de oro! Por un momento, se puso el ambiente más tenso que un partido de Alajuela contra Saprissa.
La búsqueda se convirtió en un verdadero brete. Agentes policiales peinando la zona, voluntarios organizándose… hasta que apareció un dron con cámara térmica. ¡Gracias a Dios por la tecnología moderna, diay! Fue ahí cuando el operador vio una silueta rara entre los árboles, una mancha morada y blanca que llamó mucho la atención.
“Cuando vimos el pijama, supimos que era ella,” relató el operador del dron al New York Post. La imagen es impactante: Peyton tirada en el suelo, dormida plácidamente sobre el pasto, como si nada estuviera pasando. ¡Se la ve más tranquila que un gato ronroneando! Al parecer, la nena se fue caminando sin rumbo fijo hasta caer rendida en el bosque y seguir durmiendo como un angelito.
Al despertar, los paramédicos chequearon a Peyton y encontraron que estaba bien, aparte de algunas picaditas de mosquito, producto de pasar varias horas en medio de la naturaleza. Nada grave, afortunadamente. Después de revisarla, la regresaron feliz a los brazos de sus padres. ¡Menos mal que todo salió bien, porque la cosa se había puesto bastante salada!
Este caso nos recuerda que el sonambulismo infantil puede ser más común de lo que pensamos y, aunque en muchos casos es inocuo, puede tener consecuencias graves. Los expertos recomiendan tomar precauciones, como poner seguros en las puertas y ventanas, instalar alarmas o sensores de movimiento, y crear un ambiente seguro en casa. No vaya a ser que otro niño termine en una situación similar, ¡eso sería una torta enorme!
Ahora, este incidente ha generado conversación en redes sociales, con gente comentando sobre la importancia de estar atentos a los hábitos de sueño de los niños y de tomar medidas preventivas para evitar accidentes. Algunos incluso han planteado la idea de usar pulseras o dispositivos que rastreen la ubicación de los niños sonámbulos, para poder encontrarlos rápidamente en caso de que se pierdan. ¡Qué mundo el nuestro, diay!
Bueno, ahora me pregunto… ¿Ustedes creen que este caso debería llevar a las autoridades a implementar programas educativos sobre el sonambulismo infantil, o simplemente es un caso aislado y no hay necesidad de alarmarse? Déjenme saber qué piensan en los comentarios, ¡quiero leer sus opiniones!
Según cuentan los hechos, los padres de Peyton la acostaron tranquilamente a las diez de la noche, como siempre. Pero al despertar, la cama estaba vacía, ni rastro de la pequeñita. Ahí empezó el relajo, movilizaron a la policía, vecinos, ¡todo el mundo buscando a la nena como si estuviera hecha de oro! Por un momento, se puso el ambiente más tenso que un partido de Alajuela contra Saprissa.
La búsqueda se convirtió en un verdadero brete. Agentes policiales peinando la zona, voluntarios organizándose… hasta que apareció un dron con cámara térmica. ¡Gracias a Dios por la tecnología moderna, diay! Fue ahí cuando el operador vio una silueta rara entre los árboles, una mancha morada y blanca que llamó mucho la atención.
“Cuando vimos el pijama, supimos que era ella,” relató el operador del dron al New York Post. La imagen es impactante: Peyton tirada en el suelo, dormida plácidamente sobre el pasto, como si nada estuviera pasando. ¡Se la ve más tranquila que un gato ronroneando! Al parecer, la nena se fue caminando sin rumbo fijo hasta caer rendida en el bosque y seguir durmiendo como un angelito.
Al despertar, los paramédicos chequearon a Peyton y encontraron que estaba bien, aparte de algunas picaditas de mosquito, producto de pasar varias horas en medio de la naturaleza. Nada grave, afortunadamente. Después de revisarla, la regresaron feliz a los brazos de sus padres. ¡Menos mal que todo salió bien, porque la cosa se había puesto bastante salada!
Este caso nos recuerda que el sonambulismo infantil puede ser más común de lo que pensamos y, aunque en muchos casos es inocuo, puede tener consecuencias graves. Los expertos recomiendan tomar precauciones, como poner seguros en las puertas y ventanas, instalar alarmas o sensores de movimiento, y crear un ambiente seguro en casa. No vaya a ser que otro niño termine en una situación similar, ¡eso sería una torta enorme!
Ahora, este incidente ha generado conversación en redes sociales, con gente comentando sobre la importancia de estar atentos a los hábitos de sueño de los niños y de tomar medidas preventivas para evitar accidentes. Algunos incluso han planteado la idea de usar pulseras o dispositivos que rastreen la ubicación de los niños sonámbulos, para poder encontrarlos rápidamente en caso de que se pierdan. ¡Qué mundo el nuestro, diay!
Bueno, ahora me pregunto… ¿Ustedes creen que este caso debería llevar a las autoridades a implementar programas educativos sobre el sonambulismo infantil, o simplemente es un caso aislado y no hay necesidad de alarmarse? Déjenme saber qué piensan en los comentarios, ¡quiero leer sus opiniones!
