¡Ay, Dios mío! Esto sí que es novela. Resulta que un reportero, allá en Guatemala, anduvo viviendo una pesadilla en carne propia mientras cubría un accidente carretero. Imagínate, va él ahí, sacando nota, entrevistando gente, y de pronto se da cuenta de que los pobres estaban metidos en el choque... ¡y eran sus propios hijos!
El caso ocurrió en Sacatepéquez, y el reportero, identificado como Ricardo Morales, trabaja para un medio local bastante conocido. Iba cubriendo el percance cuando vio un carro que le cayó raro, ¿cachai? Se acerca, se fija bien, y pum, ¡allí estaban sus pequeños y su ex, ilesos afortunadamente, pero pasándola feísima! El mae se quedó paralizado, se dice que ni siquiera podía hablar, pura impresión.
Según testigos, Ricardo, después de recobrar el habla, solicitó apoyo inmediato a las autoridades para atender a su familia. Él mismo siguió trabajando, aunque con la voz temblorosa, dando información sobre el accidente, un brete que tuvo que vivir. Cuenta la historia que la otra conductora, una señora despistada, chocó de lleno contra el carro de la familia porque iba distraída con el celular, ¡qué sal!
El accidente dejó varios heridos, aparte de los familiares de Ricardo, pero afortunadamente ninguno de gravedad. Los paramédicos llegaron rápido y atendieron a todos en el lugar. De hecho, hubo varios testimonios de vecinos que dijeron haber visto la camioneta, poco antes del choque, zigzagueando por la carretera. Un verdadero alivio que nadie haya resultado muerto, vaya.
Las investigaciones continúan para determinar las responsabilidades del incidente. Ya se sabe que la conductora irresponsable será procesada por conducir negligentemente y poner en peligro la vida de otros. Dicen que hasta le hicieron una prueba de alcoholemia, pero los resultados aún no salen oficialmente. Esperemos que le caiga todo el peso de la ley a la culpable de este susto.
Este caso nos recuerda lo duro que puede ser el trabajo de los periodistas, esos maes que siempre están ahí, informándonos sobre lo que pasa, sin importar si es un día lluvioso, feriado o, como en este caso, una tragedia familiar. ¡Se merecen un aplauso!
Ricardo, después de superar el shock inicial, compartió en sus redes sociales unas palabras de agradecimiento por el apoyo recibido y aseguró que su familia ya está fuera de peligro. También aprovechó para pedirle a la población que no difunda rumores falsos y que respete la privacidad de su familia en estos momentos tan difíciles. ¡Bien hecho, Ricky!
Ahora dime tú, ¿qué sentirías si te encontraras en la piel de Ricardo? ¿Cómo manejarías la situación de seguir trabajando en medio de semejante drama familiar?
El caso ocurrió en Sacatepéquez, y el reportero, identificado como Ricardo Morales, trabaja para un medio local bastante conocido. Iba cubriendo el percance cuando vio un carro que le cayó raro, ¿cachai? Se acerca, se fija bien, y pum, ¡allí estaban sus pequeños y su ex, ilesos afortunadamente, pero pasándola feísima! El mae se quedó paralizado, se dice que ni siquiera podía hablar, pura impresión.
Según testigos, Ricardo, después de recobrar el habla, solicitó apoyo inmediato a las autoridades para atender a su familia. Él mismo siguió trabajando, aunque con la voz temblorosa, dando información sobre el accidente, un brete que tuvo que vivir. Cuenta la historia que la otra conductora, una señora despistada, chocó de lleno contra el carro de la familia porque iba distraída con el celular, ¡qué sal!
El accidente dejó varios heridos, aparte de los familiares de Ricardo, pero afortunadamente ninguno de gravedad. Los paramédicos llegaron rápido y atendieron a todos en el lugar. De hecho, hubo varios testimonios de vecinos que dijeron haber visto la camioneta, poco antes del choque, zigzagueando por la carretera. Un verdadero alivio que nadie haya resultado muerto, vaya.
Las investigaciones continúan para determinar las responsabilidades del incidente. Ya se sabe que la conductora irresponsable será procesada por conducir negligentemente y poner en peligro la vida de otros. Dicen que hasta le hicieron una prueba de alcoholemia, pero los resultados aún no salen oficialmente. Esperemos que le caiga todo el peso de la ley a la culpable de este susto.
Este caso nos recuerda lo duro que puede ser el trabajo de los periodistas, esos maes que siempre están ahí, informándonos sobre lo que pasa, sin importar si es un día lluvioso, feriado o, como en este caso, una tragedia familiar. ¡Se merecen un aplauso!
Ricardo, después de superar el shock inicial, compartió en sus redes sociales unas palabras de agradecimiento por el apoyo recibido y aseguró que su familia ya está fuera de peligro. También aprovechó para pedirle a la población que no difunda rumores falsos y que respete la privacidad de su familia en estos momentos tan difíciles. ¡Bien hecho, Ricky!
Ahora dime tú, ¿qué sentirías si te encontraras en la piel de Ricardo? ¿Cómo manejarías la situación de seguir trabajando en medio de semejante drama familiar?