¡Ay, Dios mío! Se armó la gallera, pura gente. Nuestra Selección Nacional, esos muchachos que nos hacen sufrir y gozar al mismo tiempo, le dieron un cosazo tremendo al ranking FIFA. Después de empates que dejaron a muchos de espaldas, bajamos ¡siete lugares!, llegando al puesto 47. Esto, vamos, que no pinta nada bien para nuestras aspiraciones de meterle pata al Mundial 2026.
La verdad es que estos resultados no eran sorpresa para nadie que ha estado pendiente. Contra Nicaragua, un empate agónico que nos dejó con sabor a poco; contra Haití, otro partido donde parecía que íbamos a ganar, pero al final terminamos en tablas. En fin, un brete complicado, diay. Y claro, esto se nota en la tabla global. Ahora nos miran con pena desde arriba países como Grecia, Hungría, Eslovaquia... ¡Hasta Túnez, mae! ¿Quién lo iba a decir?
Haití, curiosamente, sí logró subir tres peldaños en el ranking, mostrando que a veces un poquito de suerte te puede ayudar, aunque también hayan empatado sus juegos. Pero bueno, ellos al menos no perdieron terreno, nosotros sí. La cosa está seria, y cada punto suma, o resta, en este camino cuesta arriba hacia Qatar.
Ahora, los duelos de fuego se avecinan. Primero, tenemos que visitar a Honduras, un rival que siempre nos complica la vida. Luego, recibimos a Nicaragua en nuestro estadio, donde esperamos encontrar el apoyo de nuestra afición. Estos dos partidos son cruciales, pura vara. Si no sumamos seis puntos, la cosa se pone turbia, muy turbia. Ya estamos viendo cómo algunos expertos dicen que podríamos tener que empezar a pensar en repechajes, ¡qué carga!
En otras latitudes de Concacaf, Panamá subió un lugar, y Honduras, con esfuerzo, también consiguió mejorar su posición. Por otro lado, México y Estados Unidos, que ya tienen asegurada su plaza porque son anfitriones junto con Canadá, sufrieron ligeros retrocesos. No importa mucho para ellos, claro, pero muestra que el fútbol es impredecible y nadie está exento de sorpresas.
La situación actual nos obliga a apretarnos el cinturón y dejar atrás cualquier excusa. Necesitamos un golpe de efecto, un cambio radical en actitud y juego. Tenemos talento, eso nadie lo niega, pero hay que demostrarlo en la cancha. Hay que dejar de jalarse unas tortas en momentos clave y empezar a convertir esas oportunidades que se nos escapan. El tiempo apremia, y la paciencia de la aficion, diay, ya está a flor de piel.
Muchos hablan de cambiar el técnico, de traer nuevos jugadores…pero yo creo que el problema va más allá de eso. Falta cohesión, compromiso y, quizás, un poco de fe en nosotros mismos. Tenemos que recordar que somos capaces de grandes cosas, pero para lograrlo necesitamos trabajar duro, estar unidos y creer en nuestro potencial. No podemos irnos al traste ahora, con todo lo que hemos luchado para llegar hasta acá.
Así que, compas, la pregunta es: ¿Cree usted que todavía hay esperanza para Costa Rica en estas eliminatorias? ¿O deberíamos preparar las valijas y empezar a soñar con el próximo proceso clasificatorio? ¡Déjenme saber su opinión en los comentarios! ¿Se necesita un cambio radical o podemos remontar este bache con el técnico actual?
La verdad es que estos resultados no eran sorpresa para nadie que ha estado pendiente. Contra Nicaragua, un empate agónico que nos dejó con sabor a poco; contra Haití, otro partido donde parecía que íbamos a ganar, pero al final terminamos en tablas. En fin, un brete complicado, diay. Y claro, esto se nota en la tabla global. Ahora nos miran con pena desde arriba países como Grecia, Hungría, Eslovaquia... ¡Hasta Túnez, mae! ¿Quién lo iba a decir?
Haití, curiosamente, sí logró subir tres peldaños en el ranking, mostrando que a veces un poquito de suerte te puede ayudar, aunque también hayan empatado sus juegos. Pero bueno, ellos al menos no perdieron terreno, nosotros sí. La cosa está seria, y cada punto suma, o resta, en este camino cuesta arriba hacia Qatar.
Ahora, los duelos de fuego se avecinan. Primero, tenemos que visitar a Honduras, un rival que siempre nos complica la vida. Luego, recibimos a Nicaragua en nuestro estadio, donde esperamos encontrar el apoyo de nuestra afición. Estos dos partidos son cruciales, pura vara. Si no sumamos seis puntos, la cosa se pone turbia, muy turbia. Ya estamos viendo cómo algunos expertos dicen que podríamos tener que empezar a pensar en repechajes, ¡qué carga!
En otras latitudes de Concacaf, Panamá subió un lugar, y Honduras, con esfuerzo, también consiguió mejorar su posición. Por otro lado, México y Estados Unidos, que ya tienen asegurada su plaza porque son anfitriones junto con Canadá, sufrieron ligeros retrocesos. No importa mucho para ellos, claro, pero muestra que el fútbol es impredecible y nadie está exento de sorpresas.
La situación actual nos obliga a apretarnos el cinturón y dejar atrás cualquier excusa. Necesitamos un golpe de efecto, un cambio radical en actitud y juego. Tenemos talento, eso nadie lo niega, pero hay que demostrarlo en la cancha. Hay que dejar de jalarse unas tortas en momentos clave y empezar a convertir esas oportunidades que se nos escapan. El tiempo apremia, y la paciencia de la aficion, diay, ya está a flor de piel.
Muchos hablan de cambiar el técnico, de traer nuevos jugadores…pero yo creo que el problema va más allá de eso. Falta cohesión, compromiso y, quizás, un poco de fe en nosotros mismos. Tenemos que recordar que somos capaces de grandes cosas, pero para lograrlo necesitamos trabajar duro, estar unidos y creer en nuestro potencial. No podemos irnos al traste ahora, con todo lo que hemos luchado para llegar hasta acá.
Así que, compas, la pregunta es: ¿Cree usted que todavía hay esperanza para Costa Rica en estas eliminatorias? ¿O deberíamos preparar las valijas y empezar a soñar con el próximo proceso clasificatorio? ¡Déjenme saber su opinión en los comentarios! ¿Se necesita un cambio radical o podemos remontar este bache con el técnico actual?