¡Ay, Dios mío! Se armó un maje en Los Chiles. Resulta que la Fuerza Pública agarró a un señor, don Núñez dicen que se llama, intentando meterle unos pasajes ilegales de combustible a nuestro país. No es poquito, ¡no! Estamos hablando de casi dos mil litros de nafta, pura candela a punto de causar un buen bronco.
La vaina es que esto pasa justo cuando todavía estamos hablando de lo de Crucitas y la minería clandestina. Algunos ya andan diciendo que esto del combustible podría estar conectado con esas operaciones turbias allá arriba. Imagínate, los mineros necesitan energía pa' sus maquinarias, ¿no? Y si no la consiguen legalmente, pues buscarán otros caminos, y estos siempre huelen a trampa.
Lo que encontraron era un espectáculo, ¡qué torta! Ocho estañones repletos y dos pichingas, todo listo pa' cruzar la frontera sin pagar ni un chícharo. Dentro había mezcla, gasolina regular y hasta súper. Un verdadero arsenal de combustible para alimentar… bueno, quién sabe qué. Total, el mae iba bien encaminado en hacer su negocio sucio hasta que le topó a los oficiales.
Según nos cuentan los compañeros del terreno, el camión estaba cargadísimo y parecía que venía directo de algún depósito oscuro. Los carros así, con tanto tanque encima, dan más sospechas que un político prometiendo cosas que nunca cumple. Lo remataron todo, enviando el combustible a Recope para que le hagan los análisis pertinentes y ver si todo está reglamentario, aunque ahí sí se huele la gallina podrida.
Ahora, don Núñez está a disposición del Ministerio Público, esperando a ver qué le toca. Puede que le caigan unas cuantas multas y hasta penas de cárcel, dependiendo de lo que demuestren los fiscales. Ya saben cómo es esto, cada vez que se descubre algo así, se abre una investigación larga y tediosa, llena de tecnicismos y abogados tratando de sacarle raja al asunto.
Pero la verdadera pregunta es: ¿quién está detrás de esto? Porque un mae solito no puede organizar un contrabando de estas dimensiones. Seguramente hay una red más grande operando, buscando aprovecharse de la necesidad de energía en zonas remotas del país. Eso sí que es un brete tratar de desenmascarar a toda esa banda.
Y claro, no podemos olvidarnos de las implicaciones económicas. Este tipo de actos afecta directamente a los negocios legítimos que cumplen con todas las regulaciones. Pues ¿cómo competir contra alguien que vende combustible a precio negro y evade impuestos? No es justo, ¡qué sal! Apoya a los nacionales y compra donde debes, chunches.
En fin, este caso ha levantado muchas alertas y pone sobre la mesa la necesidad de reforzar los controles fronterizos y combatir la minería ilegal en Crucitas. Pero dime tú, ¿crees que este es solo la punta del iceberg o lograremos frenar este tipo de prácticas que le hacen daño a nuestra economía y al medio ambiente?
La vaina es que esto pasa justo cuando todavía estamos hablando de lo de Crucitas y la minería clandestina. Algunos ya andan diciendo que esto del combustible podría estar conectado con esas operaciones turbias allá arriba. Imagínate, los mineros necesitan energía pa' sus maquinarias, ¿no? Y si no la consiguen legalmente, pues buscarán otros caminos, y estos siempre huelen a trampa.
Lo que encontraron era un espectáculo, ¡qué torta! Ocho estañones repletos y dos pichingas, todo listo pa' cruzar la frontera sin pagar ni un chícharo. Dentro había mezcla, gasolina regular y hasta súper. Un verdadero arsenal de combustible para alimentar… bueno, quién sabe qué. Total, el mae iba bien encaminado en hacer su negocio sucio hasta que le topó a los oficiales.
Según nos cuentan los compañeros del terreno, el camión estaba cargadísimo y parecía que venía directo de algún depósito oscuro. Los carros así, con tanto tanque encima, dan más sospechas que un político prometiendo cosas que nunca cumple. Lo remataron todo, enviando el combustible a Recope para que le hagan los análisis pertinentes y ver si todo está reglamentario, aunque ahí sí se huele la gallina podrida.
Ahora, don Núñez está a disposición del Ministerio Público, esperando a ver qué le toca. Puede que le caigan unas cuantas multas y hasta penas de cárcel, dependiendo de lo que demuestren los fiscales. Ya saben cómo es esto, cada vez que se descubre algo así, se abre una investigación larga y tediosa, llena de tecnicismos y abogados tratando de sacarle raja al asunto.
Pero la verdadera pregunta es: ¿quién está detrás de esto? Porque un mae solito no puede organizar un contrabando de estas dimensiones. Seguramente hay una red más grande operando, buscando aprovecharse de la necesidad de energía en zonas remotas del país. Eso sí que es un brete tratar de desenmascarar a toda esa banda.
Y claro, no podemos olvidarnos de las implicaciones económicas. Este tipo de actos afecta directamente a los negocios legítimos que cumplen con todas las regulaciones. Pues ¿cómo competir contra alguien que vende combustible a precio negro y evade impuestos? No es justo, ¡qué sal! Apoya a los nacionales y compra donde debes, chunches.
En fin, este caso ha levantado muchas alertas y pone sobre la mesa la necesidad de reforzar los controles fronterizos y combatir la minería ilegal en Crucitas. Pero dime tú, ¿crees que este es solo la punta del iceberg o lograremos frenar este tipo de prácticas que le hacen daño a nuestra economía y al medio ambiente?