¡Diay, qué vara! Resulta que el tan esperado plan de remodelación de la cancha del Pitillal, allá por Desamparados, parece que se fue al traste. Después de meses de promesas y reuniones, los vecinos amanecieron este lunes con la misma cancha, llena de baches y con las canastas oxidadas. ¡Un despiche total!
Todo empezó hace casi un año, cuando el Concejo de Desamparados aprobó un presupuesto de cinco millones de colones para mejorar la infraestructura deportiva del barrio Pitillal. Según comunicados oficiales, el proyecto incluía la colocación de nuevas canchas de baloncesto y fútbol sintético, iluminación LED, graderías y áreas verdes. Prometían una cancha a cachete, digna de los Juegos Olímpicos... bueno, exageramos, pero sí, queríamos algo decente, ¿eh?
La licitación la ganó la empresa “Deportes Integrales S.A.”, quienes aseguraron tener experiencia en proyectos similares. Los vecinos, con justa ilusión, comenzaron a organizar actividades recreativas esperando la nueva cancha. Incluso algunos empezaron a formar equipos para participar en torneos improvisados. Pero conforme pasaban los meses, la obra no avanzaba ni un poquito, y las excusas de la municipalidad eran cada vez más rebuscadas.
Según fuentes cercanas a la alcaldía, el problema radica en una serie de demoras burocráticas y cambios constantes en los planos originales. Se dice que hubo diferencias técnicas entre los ingenieros municipales y los contratistas, lo cual generó retrasos inesperados. Además, la pandemia también jugó un papel importante, afectando la disponibilidad de materiales y mano de obra calificada. ¡Qué torta!
Pero lo que realmente enfurece a los vecinos es la falta de transparencia y comunicación por parte de las autoridades. Pocas veces se les informó sobre el avance real de la obra y las razones de los retrasos. Las llamadas telefónicas quedaban en el aire y las visitas a la municipalidad terminaban en frustración. Muchos sienten que los tomaron del pelo, prometiéndoles algo que nunca llegó.
“Estamos hartos de estas promesas vacías”, declaró Doña María López, presidenta de la Asociación de Vecinos del Pitillal. “Nos dijeron que íbamos a tener una cancha moderna para nuestros niños y jóvenes, pero ahora estamos peor que antes. Ya nos cansamos de jalarne una torta”. Efectivamente, muchos de los jóvenes del barrio ya han perdido la esperanza y se están dedicando a otras actividades, dejando de lado el deporte. Un verdadero lamentable brete para la comunidad.
La oposición política ha aprovechado la situación para criticar la gestión del alcalde Luis Vargas, acusándolo de falta de compromiso y capacidad de gestión. Han solicitado una investigación exhaustiva para determinar las responsabilidades y garantizar que los fondos públicos sean utilizados de manera eficiente. Además, exigen que se reinicie el proyecto lo antes posible, asignando recursos suficientes y estableciendo plazos claros y alcanzables. Este chunche ha generado mucho ruido político, diay.
Ahora, los vecinos del Pitillal se preguntan: ¿Quién pagará por esta debacle? ¿Se retomará algún día el proyecto de la cancha o será otro sueño roto? ¿Consideran que el Concejo de Desamparados debería destinar fondos adicionales para solucionar este problema o creen que la responsabilidad recae únicamente en la empresa contratista? ¡Compas, cuéntenme qué piensan al respecto!
Todo empezó hace casi un año, cuando el Concejo de Desamparados aprobó un presupuesto de cinco millones de colones para mejorar la infraestructura deportiva del barrio Pitillal. Según comunicados oficiales, el proyecto incluía la colocación de nuevas canchas de baloncesto y fútbol sintético, iluminación LED, graderías y áreas verdes. Prometían una cancha a cachete, digna de los Juegos Olímpicos... bueno, exageramos, pero sí, queríamos algo decente, ¿eh?
La licitación la ganó la empresa “Deportes Integrales S.A.”, quienes aseguraron tener experiencia en proyectos similares. Los vecinos, con justa ilusión, comenzaron a organizar actividades recreativas esperando la nueva cancha. Incluso algunos empezaron a formar equipos para participar en torneos improvisados. Pero conforme pasaban los meses, la obra no avanzaba ni un poquito, y las excusas de la municipalidad eran cada vez más rebuscadas.
Según fuentes cercanas a la alcaldía, el problema radica en una serie de demoras burocráticas y cambios constantes en los planos originales. Se dice que hubo diferencias técnicas entre los ingenieros municipales y los contratistas, lo cual generó retrasos inesperados. Además, la pandemia también jugó un papel importante, afectando la disponibilidad de materiales y mano de obra calificada. ¡Qué torta!
Pero lo que realmente enfurece a los vecinos es la falta de transparencia y comunicación por parte de las autoridades. Pocas veces se les informó sobre el avance real de la obra y las razones de los retrasos. Las llamadas telefónicas quedaban en el aire y las visitas a la municipalidad terminaban en frustración. Muchos sienten que los tomaron del pelo, prometiéndoles algo que nunca llegó.
“Estamos hartos de estas promesas vacías”, declaró Doña María López, presidenta de la Asociación de Vecinos del Pitillal. “Nos dijeron que íbamos a tener una cancha moderna para nuestros niños y jóvenes, pero ahora estamos peor que antes. Ya nos cansamos de jalarne una torta”. Efectivamente, muchos de los jóvenes del barrio ya han perdido la esperanza y se están dedicando a otras actividades, dejando de lado el deporte. Un verdadero lamentable brete para la comunidad.
La oposición política ha aprovechado la situación para criticar la gestión del alcalde Luis Vargas, acusándolo de falta de compromiso y capacidad de gestión. Han solicitado una investigación exhaustiva para determinar las responsabilidades y garantizar que los fondos públicos sean utilizados de manera eficiente. Además, exigen que se reinicie el proyecto lo antes posible, asignando recursos suficientes y estableciendo plazos claros y alcanzables. Este chunche ha generado mucho ruido político, diay.
Ahora, los vecinos del Pitillal se preguntan: ¿Quién pagará por esta debacle? ¿Se retomará algún día el proyecto de la cancha o será otro sueño roto? ¿Consideran que el Concejo de Desamparados debería destinar fondos adicionales para solucionar este problema o creen que la responsabilidad recae únicamente en la empresa contratista? ¡Compas, cuéntenme qué piensan al respecto!