¡Ay, Dios mío! Aquí nos vamos con otro rollo que dejó a medio país con el corazón en la boca. Una falla eléctrica de esas gordas, que te dejan viendo estrellitas, afectó el radar del Aeropuerto Internacional Juan Santamaría (SJO) este miércoles, generando un serio embate en los vuelos nacionales e internacionales. ¡Qué torta!, parece que ni siquiera la tecnología nos salva de estos pinchazos.
Según fuentes oficiales del Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT), el percance ocurrió en plena madrugada, justo cuando la mayoría todavía estaba echándose unas buenas brasas. Parece que el destino quiso ponerle pausa a todos los planes de viaje. De inmediato, las operaciones aéreas quedaron suspendidas; ningún avión podía meterse ni salir del JSA. Imagínense la bronca…
Y eso no es todo, porque la onda se sintió hasta en el Aeropuerto Daniel Oduber Quirós (AIDOQ) de Liberia. Por recomendación de la Dirección General de Aviación Civil (DGAC), decidieron cerrar el espacio aéreo a nivel nacional entre las seis de la mañana y el mediodía. ¡Imagínense qué brete! Esto complicó las cosas para varios vuelos que tenían previsto despegar desde Guanacaste, dejando a muchos viajeros varados y con ganas de llegar a sus destinos.
Uno de los casos más llamativos fue el del vuelo de Alaska Airlines, el AS1372, que venía desde Los Ángeles con 140 almas a bordo. ¡Qué sal! Resultó que tuvieron que desviarlo a Guatemala. Lizeth Valverde, gerente de Operaciones de Guanacaste Aeropuerto, comentó que se estarán actualizando los horarios de los demás vuelos, esperando que la cosa se solucione pronto. Dicen que el personal técnico está dándole con todo para arreglar la falla, así que esperemos que les salga bien.
Mientras tanto, los aeropuertos amanecieron llenos de gente buscando respuestas. Las filas para hablar con las aerolíneas eran pa’ matar elefante, y la frustración era palpable. Muchos pasajeros, desesperados por saber cuándo podrían volar, estaban recurriendo a las redes sociales para contar su experiencia. ¡Menos mal que tenemos el internet para echar cables!
Las autoridades han sido claras: si tienen algún vuelo programado, lo mejor es que llamen a su aerolínea para verificar si ha habido cambios. Aunque la página web del JSA todavía no muestra información actualizada, es mejor prevenir que lamentar. Recordemos que estas cosas pasan, aunque a nadie le guste reconocerlo, y siempre hay que estar preparados para enfrentar cualquier imprevisto.
Este tipo de situaciones nos recuerda lo frágil que es nuestra infraestructura y cómo dependemos de ella para conectar con el mundo. Además, pone de manifiesto la importancia de invertir en mantenimiento preventivo para evitar que estas fallas eléctricas nos agarren desprevenidos. Porque, díganlo con nosotros, ¡nadie quiere perderse su vuelo ni pasar horas varado en un aeropuerto!
Después de todo este revuelo, me pregunto: ¿cree usted que las autoridades deberían invertir más en modernización y respaldo energético de nuestros aeropuertos para evitar que este tipo de incidentes se conviertan en la norma? ¿Y cómo cree que podríamos mejorar la comunicación con los pasajeros en situaciones de emergencia?
Según fuentes oficiales del Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT), el percance ocurrió en plena madrugada, justo cuando la mayoría todavía estaba echándose unas buenas brasas. Parece que el destino quiso ponerle pausa a todos los planes de viaje. De inmediato, las operaciones aéreas quedaron suspendidas; ningún avión podía meterse ni salir del JSA. Imagínense la bronca…
Y eso no es todo, porque la onda se sintió hasta en el Aeropuerto Daniel Oduber Quirós (AIDOQ) de Liberia. Por recomendación de la Dirección General de Aviación Civil (DGAC), decidieron cerrar el espacio aéreo a nivel nacional entre las seis de la mañana y el mediodía. ¡Imagínense qué brete! Esto complicó las cosas para varios vuelos que tenían previsto despegar desde Guanacaste, dejando a muchos viajeros varados y con ganas de llegar a sus destinos.
Uno de los casos más llamativos fue el del vuelo de Alaska Airlines, el AS1372, que venía desde Los Ángeles con 140 almas a bordo. ¡Qué sal! Resultó que tuvieron que desviarlo a Guatemala. Lizeth Valverde, gerente de Operaciones de Guanacaste Aeropuerto, comentó que se estarán actualizando los horarios de los demás vuelos, esperando que la cosa se solucione pronto. Dicen que el personal técnico está dándole con todo para arreglar la falla, así que esperemos que les salga bien.
Mientras tanto, los aeropuertos amanecieron llenos de gente buscando respuestas. Las filas para hablar con las aerolíneas eran pa’ matar elefante, y la frustración era palpable. Muchos pasajeros, desesperados por saber cuándo podrían volar, estaban recurriendo a las redes sociales para contar su experiencia. ¡Menos mal que tenemos el internet para echar cables!
Las autoridades han sido claras: si tienen algún vuelo programado, lo mejor es que llamen a su aerolínea para verificar si ha habido cambios. Aunque la página web del JSA todavía no muestra información actualizada, es mejor prevenir que lamentar. Recordemos que estas cosas pasan, aunque a nadie le guste reconocerlo, y siempre hay que estar preparados para enfrentar cualquier imprevisto.
Este tipo de situaciones nos recuerda lo frágil que es nuestra infraestructura y cómo dependemos de ella para conectar con el mundo. Además, pone de manifiesto la importancia de invertir en mantenimiento preventivo para evitar que estas fallas eléctricas nos agarren desprevenidos. Porque, díganlo con nosotros, ¡nadie quiere perderse su vuelo ni pasar horas varado en un aeropuerto!
Después de todo este revuelo, me pregunto: ¿cree usted que las autoridades deberían invertir más en modernización y respaldo energético de nuestros aeropuertos para evitar que este tipo de incidentes se conviertan en la norma? ¿Y cómo cree que podríamos mejorar la comunicación con los pasajeros en situaciones de emergencia?
