¡Aguántense!, parece que la cosa se está calmando con la bacteria Ralstonia mannitolilytica, pero no nos podemos dormir en los laureles. La CCSS dice que ya no hay nuevos casos, lo cual es bueno, pero la verdad, me pone la piel de gallina ver que seis de los diez infectados son chiquitos de menos de un año. ¡Puros bebé!”, eso da qué pensar, ¿no?
Verán, esta Ralstonia es una bacila que normalmente vive en el agua y la tierra. No es mala onda por naturaleza, pero cuando llega a un ambiente hospitalario, y encuentra gente con el sistema inmunitario medio bajito – o conectados a tubos y cacharros – ahí sí se le hace la pinta y aprovecha para causar problemas. Es como cuando un zancudo busca sangre; si encuentras alguien vulnerable, ¡zas!
La Dra. Ana Navarro, de la CCSS, nos asegura que todos los pacientes están ‘estables’ y ‘evolucionando bien’. Suena lindo, pero si le preguntas a cualquier mae que tenga un bebé en casa, sabe que ‘estable’ con un chiquillo es relativo. Además, según la estadística, el 60% de los casos son niños menors de un año. Esto demuestra a las claras que nuestros más pequeños son los que están más en peligro.
Ahora, díganme, ¿qué tan conscientes estamos realmente de los riesgos en los hospitales? Pienso que muchos vamos pensando que porque tenemos seguro social, todo va a estar perfecto, pero la realidad es otra. La Subárea de Vigilancia Epidemiológica nos dice que estos casos se distribuyeron entre hospitales nacionales (50%), especializados (30%) y regionales (20%). Eso quiere decir que el problema está presente prácticamente en todo el país, así que nadie está exento.
Lo que sí aplaudo es que se están tomando cartas en el asunto. Han notificado rápido los casos, limpiado y desinfectado a full las áreas peligrosas y hasta le dieron un refuerzo al personal sobre cómo prevenir estas cosas. Se habla de monitoreo antimicrobiano y atención especial a los más débiles. Ojalá esto siga así y no sean solo promesas vacías, porque los números hablan por sí solos: ¡la mayoría de los afectados son bebés!
Y hablando de prevención, el microbiólogo Norman Rojas, de la UCR, nos recuerda lo básico: lavarse las manos, desinfectar los utensilios, ¡y usar mascarilla si visitamos hospitales o cuidamos a alguien enfermo! Parece obvio, pero creo que muchos lo ignoramos. Él también destacó algo importante: esta Ralstonia es amiga de los plásticos, esos que usamos en tantos equipos médicos. Por eso es tan difícil eliminarla por completo.
Pero la cosa no acaba ahí. Lo más importante ahora es encontrar la fuente original de este brote, porque sino, vamos a seguir dando vueltas en círculo. La CCSS y el Ministerio de Salud están investigando a fondo, pero necesitamos transparencia y resultados rápidos. No podemos permitirnos que esto vuelva a pasar, especialmente porque hablamos de la salud de nuestros hijos. Hay que ponerle toda la carne al asador, porque si no, nos vamos a ir al traste con estas bacterias más fuertes que nosotros.
En fin, la situación parece estar controlada por ahora, pero la preocupación sigue latente, especialmente por los más chiquitos. ¿Creen que la CCSS y el Ministerio de Salud deberían tomar medidas aún más drásticas para garantizar la seguridad de los pacientes, o consideran que las acciones actuales son suficientes? Déjenme sus opiniones en el foro, ¡quiero saber qué piensa la gente!
Verán, esta Ralstonia es una bacila que normalmente vive en el agua y la tierra. No es mala onda por naturaleza, pero cuando llega a un ambiente hospitalario, y encuentra gente con el sistema inmunitario medio bajito – o conectados a tubos y cacharros – ahí sí se le hace la pinta y aprovecha para causar problemas. Es como cuando un zancudo busca sangre; si encuentras alguien vulnerable, ¡zas!
La Dra. Ana Navarro, de la CCSS, nos asegura que todos los pacientes están ‘estables’ y ‘evolucionando bien’. Suena lindo, pero si le preguntas a cualquier mae que tenga un bebé en casa, sabe que ‘estable’ con un chiquillo es relativo. Además, según la estadística, el 60% de los casos son niños menors de un año. Esto demuestra a las claras que nuestros más pequeños son los que están más en peligro.
Ahora, díganme, ¿qué tan conscientes estamos realmente de los riesgos en los hospitales? Pienso que muchos vamos pensando que porque tenemos seguro social, todo va a estar perfecto, pero la realidad es otra. La Subárea de Vigilancia Epidemiológica nos dice que estos casos se distribuyeron entre hospitales nacionales (50%), especializados (30%) y regionales (20%). Eso quiere decir que el problema está presente prácticamente en todo el país, así que nadie está exento.
Lo que sí aplaudo es que se están tomando cartas en el asunto. Han notificado rápido los casos, limpiado y desinfectado a full las áreas peligrosas y hasta le dieron un refuerzo al personal sobre cómo prevenir estas cosas. Se habla de monitoreo antimicrobiano y atención especial a los más débiles. Ojalá esto siga así y no sean solo promesas vacías, porque los números hablan por sí solos: ¡la mayoría de los afectados son bebés!
Y hablando de prevención, el microbiólogo Norman Rojas, de la UCR, nos recuerda lo básico: lavarse las manos, desinfectar los utensilios, ¡y usar mascarilla si visitamos hospitales o cuidamos a alguien enfermo! Parece obvio, pero creo que muchos lo ignoramos. Él también destacó algo importante: esta Ralstonia es amiga de los plásticos, esos que usamos en tantos equipos médicos. Por eso es tan difícil eliminarla por completo.
Pero la cosa no acaba ahí. Lo más importante ahora es encontrar la fuente original de este brote, porque sino, vamos a seguir dando vueltas en círculo. La CCSS y el Ministerio de Salud están investigando a fondo, pero necesitamos transparencia y resultados rápidos. No podemos permitirnos que esto vuelva a pasar, especialmente porque hablamos de la salud de nuestros hijos. Hay que ponerle toda la carne al asador, porque si no, nos vamos a ir al traste con estas bacterias más fuertes que nosotros.
En fin, la situación parece estar controlada por ahora, pero la preocupación sigue latente, especialmente por los más chiquitos. ¿Creen que la CCSS y el Ministerio de Salud deberían tomar medidas aún más drásticas para garantizar la seguridad de los pacientes, o consideran que las acciones actuales son suficientes? Déjenme sus opiniones en el foro, ¡quiero saber qué piensa la gente!