¡Ay, Dios mío! Aquí nos vamos sacando de onda con esto que pasó en Santa Cruz. Las lluvias se fueron encima, literalmente, y las comunidades de El Llano y Portegolpe están bien fajadas con estas inundaciones que nadie esperaba. Ni el clima nos avisó, diay.
Como si estuviéramos viviendo en un documental de National Geographic, Portegolpe quedó totalmente sumergida. Imagínate, el agua hasta el cuello, las casas como islas y la gente pidiendo auxilio. Según cuentan los vecinos, los ríos se desbordaron a toda velocidad durante la madrugada de hoy, martes, cogiendo a muchos desprevenidos. Un verdadero despiche.
La Cruz Roja, esos luchadores incansables, están atendiendo la emergencia a full desde tempranas horas. Se han reportado ya más de 64 incidentes, entre ellos muchísimas llamadas desesperadas pidiendo ayuda para evacuar a familias enteras, especialmente a los abuelitos y a los chiquillos, que son los más vulnerables en estos casos. ¡Qué carga!
Equipos de los comités auxiliares de Santa Cruz, Filadelfia, Cartagena y Belén andan moviéndose como hormigas para brindar asistencia. Están ayudando a trasladar a la gente a albergues temporales, buscando dónde ubicar a todos y tratando de satisfacer las necesidades básicas. A ver si les alcanza, porque la cosa está complicada.
Y ni hablar de los daños materiales… Chunches perdidos, casas destruidas, cultivos arrasados... Una verdadera tragedia para la economía de la zona. Muchos agricultores perdieron sus cosechas, su sustento, justo cuando estaban a punto de recoger frutos. ¡Qué sal!
Las autoridades locales están tratando de mantener la calma y organizar la respuesta a la emergencia, pero la presión es enorme. Hay que coordinar logística, conseguir recursos, atender a los damnificados… ¡Un brete tremendo! Lo bueno es que la solidaridad tica siempre sale a relucir en estos momentos difíciles. Ya se ven vecinos ayudándose unos a otros, compartiendo comida, ofreciendo alojamiento…
Expertos meteorológicos advierten que las lluvias podrían continuar en los próximos días, lo que agrava aún más la situación. Se habla de un fenómeno climático inusual, de patrones cambiantes y de una sequía prolongada que debilitó el suelo, haciéndolo más susceptible a deslizamientos y desbordamientos. ¿Será que estamos pagando el precio de ignorar las señales de la naturaleza?
Esta situación nos obliga a reflexionar sobre la importancia de prepararnos ante fenómenos climáticos extremos y de adoptar medidas para proteger nuestro medio ambiente. Pero ahora mismo, lo urgente es ayudar a nuestros hermanos de Santa Cruz. Así que, queridos lectores, ¿qué opinan? ¿Creen que el gobierno está haciendo lo suficiente para mitigar los efectos del cambio climático en zonas como Guanacaste y cómo podemos contribuir desde nuestras casas a apoyar a las comunidades afectadas?
Como si estuviéramos viviendo en un documental de National Geographic, Portegolpe quedó totalmente sumergida. Imagínate, el agua hasta el cuello, las casas como islas y la gente pidiendo auxilio. Según cuentan los vecinos, los ríos se desbordaron a toda velocidad durante la madrugada de hoy, martes, cogiendo a muchos desprevenidos. Un verdadero despiche.
La Cruz Roja, esos luchadores incansables, están atendiendo la emergencia a full desde tempranas horas. Se han reportado ya más de 64 incidentes, entre ellos muchísimas llamadas desesperadas pidiendo ayuda para evacuar a familias enteras, especialmente a los abuelitos y a los chiquillos, que son los más vulnerables en estos casos. ¡Qué carga!
Equipos de los comités auxiliares de Santa Cruz, Filadelfia, Cartagena y Belén andan moviéndose como hormigas para brindar asistencia. Están ayudando a trasladar a la gente a albergues temporales, buscando dónde ubicar a todos y tratando de satisfacer las necesidades básicas. A ver si les alcanza, porque la cosa está complicada.
Y ni hablar de los daños materiales… Chunches perdidos, casas destruidas, cultivos arrasados... Una verdadera tragedia para la economía de la zona. Muchos agricultores perdieron sus cosechas, su sustento, justo cuando estaban a punto de recoger frutos. ¡Qué sal!
Las autoridades locales están tratando de mantener la calma y organizar la respuesta a la emergencia, pero la presión es enorme. Hay que coordinar logística, conseguir recursos, atender a los damnificados… ¡Un brete tremendo! Lo bueno es que la solidaridad tica siempre sale a relucir en estos momentos difíciles. Ya se ven vecinos ayudándose unos a otros, compartiendo comida, ofreciendo alojamiento…
Expertos meteorológicos advierten que las lluvias podrían continuar en los próximos días, lo que agrava aún más la situación. Se habla de un fenómeno climático inusual, de patrones cambiantes y de una sequía prolongada que debilitó el suelo, haciéndolo más susceptible a deslizamientos y desbordamientos. ¿Será que estamos pagando el precio de ignorar las señales de la naturaleza?
Esta situación nos obliga a reflexionar sobre la importancia de prepararnos ante fenómenos climáticos extremos y de adoptar medidas para proteger nuestro medio ambiente. Pero ahora mismo, lo urgente es ayudar a nuestros hermanos de Santa Cruz. Así que, queridos lectores, ¿qué opinan? ¿Creen que el gobierno está haciendo lo suficiente para mitigar los efectos del cambio climático en zonas como Guanacaste y cómo podemos contribuir desde nuestras casas a apoyar a las comunidades afectadas?