¡Ay, Dios mío! Sarapiquí sí que se puso feo, man. La tranquilidad de esta verdura, conocida por sus paisajes bonitos y su gente trabajadora, se ha ido al traste con una ola de asaltos violentos que tienen a todos en alerta máxima. Ya ni se puede caminar tranquilo por la calle, dice la gente, y eso que siempre hemos sido un lugar seguro, ¿me entienden?
Según datos duros del OIJ, entre 2021 y 2025 se han reportado más de mil trescientas denuncias por robos y asaltos, una cifra que te deja helao. Pero lo peor es la forma en que lo están haciendo estos tipos: llegan repletos de valor, agreden a la gente, roban hasta las pestañas y se escapan como si nada. ¡Qué barbaridad!
Y no se trata de unos cuantos incidentes aislados, chunches. Los distritos de Puerto Viejo y Horquetas son los más afectados, acumulando casi el 80% de todas las denuncias. Imagínate la bronca que hay ahí abajo. Los comercios están cerrando temprano, la gente prefiere quedarse en casa y el ambiente general se siente tenso, pura intranquilidad.
Recuerdo escuchar hablar a mi abuela de cómo era Sarapiquí antes, un paraíso terrenal donde la puerta de la casa siempre estaba abierta. Ahora, parece que tienes que tenerla cerrada con candado y vigilar cada movimiento. Esto ya se fue de las manos, brete.
Uno de los casos más recientes, y que le dio vuelta a la olla, fue cuando una banda de maleantes entró a la fuerza en la casa de un comerciante y su familia. Lo agarraron rehenes por horas, los golpearon, los amenazaron y se llevaron todo lo que pudieron: dinero, celulares, vehículos… ¡Una torta descomunal!
Por suerte, el OIJ ha realizado algunos allanamientos y capturado a algunos sospechosos, pero según dicen, estos son solo la punta del iceberg. Se rumorea que hay organizaciones criminales operando desde fuera de la zona, metiendo su mugre en Sarapiquí y afectando a toda la comunidad. ¡Qué sal!
Pero no todo está perdido, mae. Algunos comerciantes hablan de formar redes de seguridad vecinal, de organizarse para protegerse mutuamente y exigir mayor presencia policial en la zona. Dicen que unidos somos más fuertes y que no van a permitir que esta delincuencia siga campando a sus anchas. Un poco de chiva para darle pelea.
Ahora bien, ¿qué vamos a hacer nosotros como comunidad para apoyar a Sarapiquí y ayudar a recuperar la paz en esta zona tan importante para nuestro país? ¿Creen que es suficiente con los operativos policiales o necesitamos medidas más drásticas para combatir esta creciente inseguridad? ¡Díganme qué piensan!
Según datos duros del OIJ, entre 2021 y 2025 se han reportado más de mil trescientas denuncias por robos y asaltos, una cifra que te deja helao. Pero lo peor es la forma en que lo están haciendo estos tipos: llegan repletos de valor, agreden a la gente, roban hasta las pestañas y se escapan como si nada. ¡Qué barbaridad!
Y no se trata de unos cuantos incidentes aislados, chunches. Los distritos de Puerto Viejo y Horquetas son los más afectados, acumulando casi el 80% de todas las denuncias. Imagínate la bronca que hay ahí abajo. Los comercios están cerrando temprano, la gente prefiere quedarse en casa y el ambiente general se siente tenso, pura intranquilidad.
Recuerdo escuchar hablar a mi abuela de cómo era Sarapiquí antes, un paraíso terrenal donde la puerta de la casa siempre estaba abierta. Ahora, parece que tienes que tenerla cerrada con candado y vigilar cada movimiento. Esto ya se fue de las manos, brete.
Uno de los casos más recientes, y que le dio vuelta a la olla, fue cuando una banda de maleantes entró a la fuerza en la casa de un comerciante y su familia. Lo agarraron rehenes por horas, los golpearon, los amenazaron y se llevaron todo lo que pudieron: dinero, celulares, vehículos… ¡Una torta descomunal!
Por suerte, el OIJ ha realizado algunos allanamientos y capturado a algunos sospechosos, pero según dicen, estos son solo la punta del iceberg. Se rumorea que hay organizaciones criminales operando desde fuera de la zona, metiendo su mugre en Sarapiquí y afectando a toda la comunidad. ¡Qué sal!
Pero no todo está perdido, mae. Algunos comerciantes hablan de formar redes de seguridad vecinal, de organizarse para protegerse mutuamente y exigir mayor presencia policial en la zona. Dicen que unidos somos más fuertes y que no van a permitir que esta delincuencia siga campando a sus anchas. Un poco de chiva para darle pelea.
Ahora bien, ¿qué vamos a hacer nosotros como comunidad para apoyar a Sarapiquí y ayudar a recuperar la paz en esta zona tan importante para nuestro país? ¿Creen que es suficiente con los operativos policiales o necesitamos medidas más drásticas para combatir esta creciente inseguridad? ¡Díganme qué piensan!