El mercado inmobiliario en Costa Rica atraviesa una transformación sin precedentes, en la que el modelo de oficinas ha dejado de ser la estrella. La pandemia y la implementación de modelos híbridos de trabajo han provocado que miles de oficinas y locales comerciales queden vacíos, alcanzando un preocupante 20% de vacancia en 2023, la más alta de la última década. Mientras tanto, el sector industrial y logístico ha florecido, impulsado por la demanda de industrias de alta tecnología. El auge de las ventas virtuales y la preferencia por el trabajo remoto han dejado en claro que las oficinas físicas ya no son una prioridad. Los desarrolladores se ven obligados a ofrecer niveles de flexibilidad inéditos para adaptarse a un nuevo panorama donde las ventas en línea reinan, y los grandes locales comerciales se transforman en nichos mucho más específicos.
El informe de Cushman & Wakefield AB Advisory revela que la vacancia en el sector de oficinas podría mantenerse alta hasta 2025, lo que sugiere que aquellos anuncios de “Se Alquila” no desaparecerán pronto de las calles costarricenses. ¿Quién necesita oficinas cuando una videollamada es suficiente para cerrar negocios? Las empresas multinacionales han sido clave en esta transformación, ya que el 74% ha adoptado alguna modalidad híbrida en su esquema laboral, comparado con el 70% que antes de la pandemia apenas ofrecía un día remoto.
El cambio es tan evidente que, mientras las oficinas parecen ser el patito feo de la pospandemia, el mercado industrial y logístico se ha convertido en el cisne. Sectores como biotecnología y semiconductores han impulsado una demanda récord de espacios industriales, con una vacancia de apenas el 3.5%.
Los nuevos desarrollos en este sector se colocan tan rápido como se construyen, una realidad completamente opuesta a la agonizante escena de los locales comerciales que, para muchos, hoy no son más que costosos fantasmas urbanos.
Este fenómeno ha puesto de cabeza las estrategias del sector inmobiliario, que ahora deben encontrar nuevas formas de capitalizar espacios que hace apenas una década eran la joya de la corona. La flexibilidad se ha convertido en la palabra clave, con desarrolladores obligados a repensar sus ofertas para adaptarse a un mercado que ya no necesita 500 metros cuadrados de vidrio y cemento, sino tal vez una conexión a internet estable y un pequeño escritorio en casa.
Lo curioso de este panorama es que mientras los locales comerciales cierran y las oficinas quedan desocupadas, el comercio electrónico sigue batiendo récords. No es raro ver cómo las tiendas se mudan de los centros comerciales a sitios web, donde no necesitan preocuparse por pagar un alquiler cada mes. Este cambio ha generado un impacto mixto: algunos comercios minoristas han logrado sobrevivir e incluso prosperar en línea, mientras que otros, dependientes del tráfico físico, se ven condenados a colgar el cartel de “Se Alquila”.
El futuro del mercado inmobiliario en Costa Rica parece estar en plena redefinición. Si bien el informe predice una posible recuperación para las oficinas hacia 2027, esta estará marcada por una disminución paulatina de la vacancia y una transición hacia inmuebles más pequeños y especializados.
Al final del día, el verdadero reto será cómo adaptarse a un mundo que, cada vez más, prefiere lo virtual sobre lo físico.
El informe de Cushman & Wakefield AB Advisory revela que la vacancia en el sector de oficinas podría mantenerse alta hasta 2025, lo que sugiere que aquellos anuncios de “Se Alquila” no desaparecerán pronto de las calles costarricenses. ¿Quién necesita oficinas cuando una videollamada es suficiente para cerrar negocios? Las empresas multinacionales han sido clave en esta transformación, ya que el 74% ha adoptado alguna modalidad híbrida en su esquema laboral, comparado con el 70% que antes de la pandemia apenas ofrecía un día remoto.
El cambio es tan evidente que, mientras las oficinas parecen ser el patito feo de la pospandemia, el mercado industrial y logístico se ha convertido en el cisne. Sectores como biotecnología y semiconductores han impulsado una demanda récord de espacios industriales, con una vacancia de apenas el 3.5%.
Los nuevos desarrollos en este sector se colocan tan rápido como se construyen, una realidad completamente opuesta a la agonizante escena de los locales comerciales que, para muchos, hoy no son más que costosos fantasmas urbanos.
Este fenómeno ha puesto de cabeza las estrategias del sector inmobiliario, que ahora deben encontrar nuevas formas de capitalizar espacios que hace apenas una década eran la joya de la corona. La flexibilidad se ha convertido en la palabra clave, con desarrolladores obligados a repensar sus ofertas para adaptarse a un mercado que ya no necesita 500 metros cuadrados de vidrio y cemento, sino tal vez una conexión a internet estable y un pequeño escritorio en casa.
Lo curioso de este panorama es que mientras los locales comerciales cierran y las oficinas quedan desocupadas, el comercio electrónico sigue batiendo récords. No es raro ver cómo las tiendas se mudan de los centros comerciales a sitios web, donde no necesitan preocuparse por pagar un alquiler cada mes. Este cambio ha generado un impacto mixto: algunos comercios minoristas han logrado sobrevivir e incluso prosperar en línea, mientras que otros, dependientes del tráfico físico, se ven condenados a colgar el cartel de “Se Alquila”.
El futuro del mercado inmobiliario en Costa Rica parece estar en plena redefinición. Si bien el informe predice una posible recuperación para las oficinas hacia 2027, esta estará marcada por una disminución paulatina de la vacancia y una transición hacia inmuebles más pequeños y especializados.
Al final del día, el verdadero reto será cómo adaptarse a un mundo que, cada vez más, prefiere lo virtual sobre lo físico.