¡Ay, papá! Esto sí me pegó cerquita al corazón. Resulta que después de casi seis décadas llenando nuestros hogares de melodías, Radio Sinfonola, una de las emisoras más queridas y escuchadas del país, apagará sus micrófonos. Sí, leyó bien, se va al traste. Carlos Lafuente, el gerente, soltó la bomba este sábado, dejando a muchos nostálgicos y preguntándose qué onda con esta decisión.
Para entender la magnitud de esto, hay que recordar que Radio Sinfonola ha sido parte de nuestra vida cotidiana desde hace 60 años. Desde esas primeras transmisiones con un humilde transmisor artesanal hasta convertirse en una de las cinco radios con mayor alcance nacional, han acompañado generaciones de ticos en momentos alegres, tristes, y en esos bretes de la tarde mientras se refrescábamos con un pipa frío. Era como tener un familiar musical en casa, diay…
Pero parece que la cosa se puso turbia con las nuevas regulaciones del gobierno del Presidente Chaves. Según Lafuente, los costos para poder continuar operando se dispararon a cifras astronómicas, hablamos de cientos de millones de colones que, simplemente, la emisora no podía asumir. No solo eso, sino que tampoco participaron en la reciente subasta de radiofrecuencias, que cerró ayer mismo. Una jugada muy dura, considerando la trayectoria y el cariño que la gente le tenía a esta emisora.
“Parece que fue ayer y ya casi se cumplen sesenta años desde aquella hoy lejana mañana, cuando un modesto transmisor artesanal encendimos para acompañarle”, escribió Lafuente en su comunicado oficial. Unas palabras que tocaron la fibra sensible de todos nosotros. Se siente la pena, el adiós a un ícono de la radio costarricense. Se respira nostalgia por aquellas tardes de escuchar boleros y música romántica en Sinfonola, recuerdos que guardaremos con cariño.
Y aunque el panorama se vea sombrío, Lafuente mantiene la esperanza. Con un toque de fe, asegura que “las voces de Radio Sinfonola van a seguir con usted hasta que Dios así lo quiera”. Lo toma con calma, encendiendo una vela como dice él, esperando que las leyes del país cambien y puedan volver a sintonizarse. Un gesto que demuestra la pasión y el compromiso que siempre caracterizó a esta emisora.
Muchos analistas señalan que esta situación pone de manifiesto los desafíos que enfrentan las pequeñas y medianas empresas del sector de medios en Costa Rica. Las exigencias regulatorias pueden ser abrumadoras, especialmente en tiempos de crisis económica, y obligar a tomar decisiones difíciles como esta. De hecho, no es la primera vez que vemos emisoras batallando con estas cargas financieras; el problema, amigos, es más profundo que la simple falta de recursos.
En redes sociales, la reacción no se hizo esperar. Maestros y estudiantes expresaron su tristeza por el cierre de la emisora. Muchos recordaron anécdotas personales relacionadas con Radio Sinfonola. Otros criticaron la política gubernamental, argumentando que no se están brindando las condiciones necesarias para apoyar a los medios independientes. ¡Qué despiche! Algunos incluso comentan que esto podría ser un presagio de cosas peores para otros medios también. La maraña está servida, maes.
Esta partida deja un vacío enorme en el panorama mediático nacional. Pero bueno, como dicen, ni modo, toca adaptarse. ¿Ustedes qué opinan? ¿Creen que el Gobierno debería reconsiderar sus políticas y ofrecer algún tipo de apoyo a las emisoras locales para evitar que se vayan al traste? Compartan sus pensamientos en los comentarios y diganme, ¿cuál fue su recuerdo más especial de Radio Sinfonola?
Para entender la magnitud de esto, hay que recordar que Radio Sinfonola ha sido parte de nuestra vida cotidiana desde hace 60 años. Desde esas primeras transmisiones con un humilde transmisor artesanal hasta convertirse en una de las cinco radios con mayor alcance nacional, han acompañado generaciones de ticos en momentos alegres, tristes, y en esos bretes de la tarde mientras se refrescábamos con un pipa frío. Era como tener un familiar musical en casa, diay…
Pero parece que la cosa se puso turbia con las nuevas regulaciones del gobierno del Presidente Chaves. Según Lafuente, los costos para poder continuar operando se dispararon a cifras astronómicas, hablamos de cientos de millones de colones que, simplemente, la emisora no podía asumir. No solo eso, sino que tampoco participaron en la reciente subasta de radiofrecuencias, que cerró ayer mismo. Una jugada muy dura, considerando la trayectoria y el cariño que la gente le tenía a esta emisora.
“Parece que fue ayer y ya casi se cumplen sesenta años desde aquella hoy lejana mañana, cuando un modesto transmisor artesanal encendimos para acompañarle”, escribió Lafuente en su comunicado oficial. Unas palabras que tocaron la fibra sensible de todos nosotros. Se siente la pena, el adiós a un ícono de la radio costarricense. Se respira nostalgia por aquellas tardes de escuchar boleros y música romántica en Sinfonola, recuerdos que guardaremos con cariño.
Y aunque el panorama se vea sombrío, Lafuente mantiene la esperanza. Con un toque de fe, asegura que “las voces de Radio Sinfonola van a seguir con usted hasta que Dios así lo quiera”. Lo toma con calma, encendiendo una vela como dice él, esperando que las leyes del país cambien y puedan volver a sintonizarse. Un gesto que demuestra la pasión y el compromiso que siempre caracterizó a esta emisora.
Muchos analistas señalan que esta situación pone de manifiesto los desafíos que enfrentan las pequeñas y medianas empresas del sector de medios en Costa Rica. Las exigencias regulatorias pueden ser abrumadoras, especialmente en tiempos de crisis económica, y obligar a tomar decisiones difíciles como esta. De hecho, no es la primera vez que vemos emisoras batallando con estas cargas financieras; el problema, amigos, es más profundo que la simple falta de recursos.
En redes sociales, la reacción no se hizo esperar. Maestros y estudiantes expresaron su tristeza por el cierre de la emisora. Muchos recordaron anécdotas personales relacionadas con Radio Sinfonola. Otros criticaron la política gubernamental, argumentando que no se están brindando las condiciones necesarias para apoyar a los medios independientes. ¡Qué despiche! Algunos incluso comentan que esto podría ser un presagio de cosas peores para otros medios también. La maraña está servida, maes.
Esta partida deja un vacío enorme en el panorama mediático nacional. Pero bueno, como dicen, ni modo, toca adaptarse. ¿Ustedes qué opinan? ¿Creen que el Gobierno debería reconsiderar sus políticas y ofrecer algún tipo de apoyo a las emisoras locales para evitar que se vayan al traste? Compartan sus pensamientos en los comentarios y diganme, ¿cuál fue su recuerdo más especial de Radio Sinfonola?
