¡Ay, Dios mío! El empate 1-1 contra Guatemala dejó a muchos cabezones con la mosca detrás de la oreja. Se veía venir, vamos, la Selección jugó sin chispa, sin ganas, como si estuvieran pensando en irse a dormir temprano. Un partido así te deja sabor a cartón, pure.
El problema no es nuevo, mae. Desde que asumió Oscar Ramírez, hemos visto chispazos, sí, pero también demasiados altibajos. Parece que el mensaje no ha calado hondo en algunos jugadores clave. Lo que uno esperaba era ver más entrega, más pelea en la cancha, pero la verdad, nos quedamos cortos, muy cortos.
Ramírez, en declaraciones tras el pitazo final, recalcó la importancia de la disciplina. Dijo que quiere sentarse a hablar con los muchachos, “tener el sentir” de ellos, como él mismo lo expresó. Pero a estas alturas, parece que solo con conversar no se va a solucionar la vara. Hay que meterle mano, exigir resultados, porque sino, nos vamos a quedar dando vueltas en círculos.
Ahora, hablando claro, el gol de Guzmán fue un rayito de esperanza en medio de tanto apagón. Una volea tremenda que hizo vibrar al Estadio Nacional, pero lamentablemente no fue suficiente para llevarnos la victoria. El gol de Guatemala fue un despiste defensivo que nos costó caro, puro despiste, vamos.
Y ahí radica otro de los problemas: la defensa. Demasiados errores, demasiada laxitud. Parecía que los delanteros guatemaltecos jugaban en casa propia, tan cómodos estaban. Necesitamos centrales que transmitan seguridad, que no tengan miedo de chocar, de ir a pelota dura. Porque así, con tanta timidez, no llegaremos ni a Octavos de Final, diay.
Muchos han criticado la falta de renovación en la plantilla. Es cierto, necesitamos darle espacio a jóvenes talentos, a esos muchachitos que están explotando en el fútbol nacional y extranjero. Pero ojo, no podemos ponerlos a todos a la vez, hay que dosificar, hay que darles minutos para que se adapten al ritmo del juego internacional. No es cuestión de echar a todos los veteranos, pero sí de buscar un equilibrio.
Esta fecha FIFA es crucial para definir el rumbo de la selección. Quedan partidos importantes por delante, y tenemos que empezar a sumar victorias, y rápido. Si seguimos jugando así, como contra Guatemala, nos vamos a ir al traste en la hexagonal clasificatoria. No quiero sonar alarmista, pero la cosa está seria, compa. Tenemos que despertar, ponerle huevo, porque sino, nos va a tocar comer humillitas.
En fin, el panorama no es el mejor, pero tampoco está perdido. Con trabajo duro, disciplina férrea y una pizca de suerte, todavía podemos levantar cabeza. Pero, ¿ustedes creen que Ramírez está haciendo lo suficiente para motivar al equipo y conseguir los resultados esperados, o debería considerar cambios drásticos en la estrategia y la alineación titular?
El problema no es nuevo, mae. Desde que asumió Oscar Ramírez, hemos visto chispazos, sí, pero también demasiados altibajos. Parece que el mensaje no ha calado hondo en algunos jugadores clave. Lo que uno esperaba era ver más entrega, más pelea en la cancha, pero la verdad, nos quedamos cortos, muy cortos.
Ramírez, en declaraciones tras el pitazo final, recalcó la importancia de la disciplina. Dijo que quiere sentarse a hablar con los muchachos, “tener el sentir” de ellos, como él mismo lo expresó. Pero a estas alturas, parece que solo con conversar no se va a solucionar la vara. Hay que meterle mano, exigir resultados, porque sino, nos vamos a quedar dando vueltas en círculos.
Ahora, hablando claro, el gol de Guzmán fue un rayito de esperanza en medio de tanto apagón. Una volea tremenda que hizo vibrar al Estadio Nacional, pero lamentablemente no fue suficiente para llevarnos la victoria. El gol de Guatemala fue un despiste defensivo que nos costó caro, puro despiste, vamos.
Y ahí radica otro de los problemas: la defensa. Demasiados errores, demasiada laxitud. Parecía que los delanteros guatemaltecos jugaban en casa propia, tan cómodos estaban. Necesitamos centrales que transmitan seguridad, que no tengan miedo de chocar, de ir a pelota dura. Porque así, con tanta timidez, no llegaremos ni a Octavos de Final, diay.
Muchos han criticado la falta de renovación en la plantilla. Es cierto, necesitamos darle espacio a jóvenes talentos, a esos muchachitos que están explotando en el fútbol nacional y extranjero. Pero ojo, no podemos ponerlos a todos a la vez, hay que dosificar, hay que darles minutos para que se adapten al ritmo del juego internacional. No es cuestión de echar a todos los veteranos, pero sí de buscar un equilibrio.
Esta fecha FIFA es crucial para definir el rumbo de la selección. Quedan partidos importantes por delante, y tenemos que empezar a sumar victorias, y rápido. Si seguimos jugando así, como contra Guatemala, nos vamos a ir al traste en la hexagonal clasificatoria. No quiero sonar alarmista, pero la cosa está seria, compa. Tenemos que despertar, ponerle huevo, porque sino, nos va a tocar comer humillitas.
En fin, el panorama no es el mejor, pero tampoco está perdido. Con trabajo duro, disciplina férrea y una pizca de suerte, todavía podemos levantar cabeza. Pero, ¿ustedes creen que Ramírez está haciendo lo suficiente para motivar al equipo y conseguir los resultados esperados, o debería considerar cambios drásticos en la estrategia y la alineación titular?
