¡Ay, Dios mío! Parece que las cosas no andan tan tiesas como quisiéramos en el tema de las tasas de interés aquí en Costa Rica. Roxana Morales, la experta de la U., nos echó una pulgada y nos contó cómo se han movido las tarifas desde el año pasado y qué esperar para el próximo septiembre. No es cuento, chavos, hay bastante de qué hablar.
Verán, la idea era que cuando el Banco Central baja la Tasa de Política Monetaria (TPM), todas las demás tasas deberían seguirle el ritmo. Es como si fuera una ola, ¿caché? Pero resulta que la realidad no siempre es así. La TPM es la que manda, en teoría, pero parece que algunos intermediarios financieros hacen suyo el ritmo cuando les conviene, y eso nos deja un sabor amargo en la boca.
Según el análisis de Morales, las tasas activas – esas que pagamos nosotros los mortales por los préstamos – no tienen un patrón definido. Dependen del tipo de crédito y a quién le pidas prestado. Algunas tasas han bajado poquito, otras ni se inmutaron, y unas cuantas hasta subieron. ¡Qué sal! Así nomás, sin respetar el compás de la TPM. Eso sí que es raspao’l coco.
Y no es solamente que las tasas no bajen al mismo tiempo que la TPM. También el asunto es que no bajan en proporción. Según el estudio, a veces la Tasa Básica Pasiva (TBP) – que es como un promedio de las tasas que cobran los bancos para captar dinero – tarda en reaccionar y, cuando lo hace, no va al pare. Por ejemplo, en enero del 2023 estaba casi media barra por debajo de la TPM, pero ahorita la diferencia se agrandó aún más. Parece que estamos viviendo en otra dimensión, diay.
Pero ahí no acaba la telenovela, muchachos. Profundizando un poco más, encontramos que el tipo de crédito importa muchísimo. Si hablamos de préstamos para consumir, los bancos públicos se mantienen tranquilos como aguas de río, sin muchos cambios. Pero los bancos privados se lucieron con una bajada considerable, aunque todavía están más arriba que los públicos. Las mutuales tampoco se quedaron atrás, reduciendo sus tasas, pero las financieras… ¡ufff!, esas se fueron pa' arriba en 2023 y 2024, aunque ahora parecen estar volviendo al punto de partida. ¡Un brete!
En cuanto a los créditos hipotecarios, los bancos públicos siguen siendo la opción más accesible, con tasas más bajas. Las cooperativas, en cambio, están mostrando los precios más altos de todos. Y los bancos privados, que en algún momento alcanzaron cifras astronómicas, ahora parecen estar bajando la guardia, aunque todavía no llegan a los precios de otros actores del mercado. Es decir, la competencia, como dicen por ahí, no está muy candela.
Ahora, ¿qué podemos esperar para los próximos meses? Bueno, según Morales, con la última reducción de la TPM, deberíamos ver una bajada en las tasas pasivas, pero las activas podrían mantenerse estancadas. Pero ojo, porque también hay un factor importante: la necesidad de que el gobierno consiga financiamiento. Ya saben, esos jueguitos con los bonos y todo eso. Si no logran aprobarlo, los bancos podrían subir las tasas para compensar, generando un “desacople” aún mayor entre lo que dice el Banco Central y lo que realmente pasa en el mercado. ¡Una torta!
Para finalizar, mi estimado lector, después de tanta información y tantos números... ¿Usted cree que el Banco Central debería tomar medidas más drásticas para que las tasas de interés respondan a la TPM o es normal que haya estas fluctuaciones en el mercado? Comparta su opinión en el foro, me interesa saber qué piensan ustedes de este tema que nos afecta a todos los ticos. ¡Vamos a discutirlo!
Verán, la idea era que cuando el Banco Central baja la Tasa de Política Monetaria (TPM), todas las demás tasas deberían seguirle el ritmo. Es como si fuera una ola, ¿caché? Pero resulta que la realidad no siempre es así. La TPM es la que manda, en teoría, pero parece que algunos intermediarios financieros hacen suyo el ritmo cuando les conviene, y eso nos deja un sabor amargo en la boca.
Según el análisis de Morales, las tasas activas – esas que pagamos nosotros los mortales por los préstamos – no tienen un patrón definido. Dependen del tipo de crédito y a quién le pidas prestado. Algunas tasas han bajado poquito, otras ni se inmutaron, y unas cuantas hasta subieron. ¡Qué sal! Así nomás, sin respetar el compás de la TPM. Eso sí que es raspao’l coco.
Y no es solamente que las tasas no bajen al mismo tiempo que la TPM. También el asunto es que no bajan en proporción. Según el estudio, a veces la Tasa Básica Pasiva (TBP) – que es como un promedio de las tasas que cobran los bancos para captar dinero – tarda en reaccionar y, cuando lo hace, no va al pare. Por ejemplo, en enero del 2023 estaba casi media barra por debajo de la TPM, pero ahorita la diferencia se agrandó aún más. Parece que estamos viviendo en otra dimensión, diay.
Pero ahí no acaba la telenovela, muchachos. Profundizando un poco más, encontramos que el tipo de crédito importa muchísimo. Si hablamos de préstamos para consumir, los bancos públicos se mantienen tranquilos como aguas de río, sin muchos cambios. Pero los bancos privados se lucieron con una bajada considerable, aunque todavía están más arriba que los públicos. Las mutuales tampoco se quedaron atrás, reduciendo sus tasas, pero las financieras… ¡ufff!, esas se fueron pa' arriba en 2023 y 2024, aunque ahora parecen estar volviendo al punto de partida. ¡Un brete!
En cuanto a los créditos hipotecarios, los bancos públicos siguen siendo la opción más accesible, con tasas más bajas. Las cooperativas, en cambio, están mostrando los precios más altos de todos. Y los bancos privados, que en algún momento alcanzaron cifras astronómicas, ahora parecen estar bajando la guardia, aunque todavía no llegan a los precios de otros actores del mercado. Es decir, la competencia, como dicen por ahí, no está muy candela.
Ahora, ¿qué podemos esperar para los próximos meses? Bueno, según Morales, con la última reducción de la TPM, deberíamos ver una bajada en las tasas pasivas, pero las activas podrían mantenerse estancadas. Pero ojo, porque también hay un factor importante: la necesidad de que el gobierno consiga financiamiento. Ya saben, esos jueguitos con los bonos y todo eso. Si no logran aprobarlo, los bancos podrían subir las tasas para compensar, generando un “desacople” aún mayor entre lo que dice el Banco Central y lo que realmente pasa en el mercado. ¡Una torta!
Para finalizar, mi estimado lector, después de tanta información y tantos números... ¿Usted cree que el Banco Central debería tomar medidas más drásticas para que las tasas de interés respondan a la TPM o es normal que haya estas fluctuaciones en el mercado? Comparta su opinión en el foro, me interesa saber qué piensan ustedes de este tema que nos afecta a todos los ticos. ¡Vamos a discutirlo!