¡Ay, Dios mío, qué despiche! El juicio contra Celso Gamboa e Irving Malespin sigue dando de qué hablar, pero ahora no precisamente por las acusaciones de tráfico de influencias, sino por un buen revuelo que se armó con uno de los testigos clave. Resulta que Ricardo Barahona, el juez que debía testificar sobre si Gamboa se hizo unos trámites especiales para evitar ir a una cita judicial, amaneció con un buen susto: nadie lo había citado para comparecer ante el tribunal este martes.
Como muchos recordarán, Barahona ya había rendido su testimonio la semana pasada, pero por esos clásicos traslados que tienen los juicios acá en Costa Rica, su presentación se reprogramó para hoy, día 30 de septiembre. El mae, que se desempeña como juez en otra causa, aparentemente estaba medio preparado, pero llegó al Tribunal del Primer Circuito Judicial de San José con las manos vacías, porque la Fiscalía no le había mandado ni siquiera un respiro, diay. Imaginen la cara… ¡Un papelón!
Y ni les cuento cómo se puso el hombre. Según sus declaraciones, tuvo que abandonar en medio de un debate relacionado con una acusación de índole sexual. Ahí se dieron cuenta de que el brete era más grande de lo que pensaban, porque tener que dejar abandonada una sala llena de gente esperando un fallo judicial no es ningún juego limpio. La pobre gente ahí afuera, esperando justicia, debió quedarse con la boca abierta viendo al juez salir corriendo.
Este juicio, como saben, se basa en el expediente 19-02186-622-TP, donde se acusa a Gamboa de haber presionado para obtener una constancia que justificara su ausencia en una diligencia judicial allá por 2019. El Ministerio Público desde el principio puso bajo lupa ese documento, argumentando que no representaba la verdad de los hechos. Se rumora que Gamboa estaba pasando sus días tranquilamente en las instalaciones de la Policía de Control Fiscal, disfrutándose del aire acondicionado mientras la Fiscalía batallaba para probar su culpabilidad.
La demora en la notificación a Barahona generó bastante controversia, y no precisamente a favor de la Fiscalía. Muchos se preguntan cómo pudo pasar esto, considerando la importancia del testimonio del juez en este caso. Algunos murmuran que hay torpeza interna, otros hablan de despiste generalizado. Lo cierto es que este incidente ha puesto aún más luz sobre la lentitud y a veces la descoordinación del sistema judicial costarricense, un problema que nos aqueja desde hace años.
No podemos olvidar que este juicio ha capturado la atención de toda la nación, especialmente por la figura de Celso Gamboa, un político con una larga trayectoria y acusado de corrupción. Las expectativas eran altas para ver si la Fiscalía lograba demostrar las acusaciones en su contra, pero este tipo de incidentes pueden afectar la credibilidad del proceso y darle munición a la defensa. Es como si quisieran echarle arena a los engranajes para que el asunto se arrastre hasta el infinito.
Ahora bien, analizando fríamente la situación, este olvido podría interpretarse como un simple error administrativo, pero también puede ser visto como parte de una estrategia deliberada para debilitar el caso. Quién sabe, quizás la defensa esté buscando cualquier pretexto para solicitar la nulidad del juicio. Ya sabemos cómo andan las cosas en estos asuntos... con vueltas y rodeos que dan náuseas, diay. Aunque algunos dicen que el extraditable estaba tranquilo, disfrutándose de la situación en el edificio de la Policía de Control Fiscal.
En fin, esta novela judicial continúa desarrollándose, y con este nuevo capítulo, queda claro que la búsqueda de la verdad y la justicia en Costa Rica no siempre es un camino recto y fácil. Me pregunto, ¿creen ustedes que este error en la notificación al testigo podría afectar significativamente el desarrollo del juicio, o simplemente será un contratiempo menor que se resolverá pronto?
Como muchos recordarán, Barahona ya había rendido su testimonio la semana pasada, pero por esos clásicos traslados que tienen los juicios acá en Costa Rica, su presentación se reprogramó para hoy, día 30 de septiembre. El mae, que se desempeña como juez en otra causa, aparentemente estaba medio preparado, pero llegó al Tribunal del Primer Circuito Judicial de San José con las manos vacías, porque la Fiscalía no le había mandado ni siquiera un respiro, diay. Imaginen la cara… ¡Un papelón!
Y ni les cuento cómo se puso el hombre. Según sus declaraciones, tuvo que abandonar en medio de un debate relacionado con una acusación de índole sexual. Ahí se dieron cuenta de que el brete era más grande de lo que pensaban, porque tener que dejar abandonada una sala llena de gente esperando un fallo judicial no es ningún juego limpio. La pobre gente ahí afuera, esperando justicia, debió quedarse con la boca abierta viendo al juez salir corriendo.
Este juicio, como saben, se basa en el expediente 19-02186-622-TP, donde se acusa a Gamboa de haber presionado para obtener una constancia que justificara su ausencia en una diligencia judicial allá por 2019. El Ministerio Público desde el principio puso bajo lupa ese documento, argumentando que no representaba la verdad de los hechos. Se rumora que Gamboa estaba pasando sus días tranquilamente en las instalaciones de la Policía de Control Fiscal, disfrutándose del aire acondicionado mientras la Fiscalía batallaba para probar su culpabilidad.
La demora en la notificación a Barahona generó bastante controversia, y no precisamente a favor de la Fiscalía. Muchos se preguntan cómo pudo pasar esto, considerando la importancia del testimonio del juez en este caso. Algunos murmuran que hay torpeza interna, otros hablan de despiste generalizado. Lo cierto es que este incidente ha puesto aún más luz sobre la lentitud y a veces la descoordinación del sistema judicial costarricense, un problema que nos aqueja desde hace años.
No podemos olvidar que este juicio ha capturado la atención de toda la nación, especialmente por la figura de Celso Gamboa, un político con una larga trayectoria y acusado de corrupción. Las expectativas eran altas para ver si la Fiscalía lograba demostrar las acusaciones en su contra, pero este tipo de incidentes pueden afectar la credibilidad del proceso y darle munición a la defensa. Es como si quisieran echarle arena a los engranajes para que el asunto se arrastre hasta el infinito.
Ahora bien, analizando fríamente la situación, este olvido podría interpretarse como un simple error administrativo, pero también puede ser visto como parte de una estrategia deliberada para debilitar el caso. Quién sabe, quizás la defensa esté buscando cualquier pretexto para solicitar la nulidad del juicio. Ya sabemos cómo andan las cosas en estos asuntos... con vueltas y rodeos que dan náuseas, diay. Aunque algunos dicen que el extraditable estaba tranquilo, disfrutándose de la situación en el edificio de la Policía de Control Fiscal.
En fin, esta novela judicial continúa desarrollándose, y con este nuevo capítulo, queda claro que la búsqueda de la verdad y la justicia en Costa Rica no siempre es un camino recto y fácil. Me pregunto, ¿creen ustedes que este error en la notificación al testigo podría afectar significativamente el desarrollo del juicio, o simplemente será un contratiempo menor que se resolverá pronto?