Es un hecho que las religiones tradicionales vienen en crisis desde hace mucho tiempo, no solo han sido atacadas desde sus propios mitos, muchos inventados desde tiempos remotos, y se les ha cuestionado la manipulación de su verdad, sus infantilidades, su intolerancia, su contradicción de teoría y practica, entre otros. La misma Cristología al tratar esclarecer las ideas originales de Jesus, ej 'Mi Reino no es de este Mundo', genera muchas dudas, y se ve como muchas ideas fueron tergiversadas desde tiempos de Pablo de Tarso.
Ello ha originado mucho alejamiento de prácticas religiosas, y variedad de creencias para todos los gustos, ateos, agnosticos, religiosos moderados, religiosos no practicantes, espirituales, esoteristas, ... Si bien no es un golpe mortal hacia las religiones, sí las ha afectado, y el problema es que todavía hay grupos extremistas, con la verdad absoluta, ya sea del Corán o la Biblia, será que no aprendemos del 11/11/2001.
Así las cosas, interesante un enfoque que se ha venido desarrollando desde los 90, denominado Teología de Pluralismo Religioso, aquí un breve resumen de sus ideas principales:
"Todas las religiones son búsqueda de Dios por parte del ser humano. Y por otra parte, Dios está a la búsqueda de todos los seres humanos, de todos los pueblos, a los que busca comunicarse lo más posible, con la mayor intensidad posible. Por eso, en todas las religiones hay presencia de revelación. La historia religiosa de cada pueblo es un proceso de revelación donde se da inevitablemente una presencia de verdad y santidad...
Estos datos teológicos podemos completarlos con aquel otro principio: «No hay elegidos» No resulta ya aceptable pensar que Dios sólo hubiera podido llevar adelante su salvación con «una» religión, y que, por eso, hubiera suscitado una, y hubiese dejado al resto de la Humanidad, durante toda su historia (¿cuántos millones de años?) abandonado a su suerte, en las tinieblas de la ignorancia, presa de religiones inventadas o de supersticiones religiosas. Por ello, si no hay ninguna religión «elegida», y hay revelación, verdad y santidad en todas las religiones humanas, todas las religiones son verdaderas.
Esta afirmación, que a algunos puede parecerles «provocativa» y a otros puede producir desconcierto, y hasta rechazo, es, en realidad, una simple consecuencia de uno de los principios más básicos de toda religión: la universalidad del amor de Dios. Dios nos ama, Dios nos ama infinitamente, sin limitaciones por su parte, y con universalidad, a todos los hombres y mujeres, a todos los pueblos, a todas las culturas... y a todas las religiones. Sin «acepción de» personas, ni de pueblos ni de culturas ni de religiones. Por otra parte, este planteamiento se casa mejor con la mentalidad actual, a la que se le impone, como un imperativo incontestable, el rechazo a todo etnocentrismo (analizar el mundo de acuerdo con los parámetros de la cultura propia), que es una dimensión que no deja de estar latente debajo de las pretensiones de exclusividad y absoluticidad de las religiones. Nótese, sin embargo, que no estamos diciendo que las religiones sean perfectas, todas ellas constituidas puramente por verdad sin mezcla de error alguno...
Lo que implica abandonar el concepto de verdad aristótelica, acogida por las grandes religiones monoteístas:
En el viejo modelo, el sujeto exigía una seguridad absoluta, exclusiva, excluyente (o incluyente) de los demás, para tomar su opción religiosa. Hoy día, «los católicos, como los cristianos en general, están dándose cuenta de que para que algo sea verdad, no necesita ser absoluto» Este avance parece imposible a algunos espíritus más conservadores, pero es una realidad que se extiende y avanza. Muchos creyentes de espíritu «moderno» prefieren aceptar que la verdad es más humilde y «relacional», que hoy no se puede pretender tener la seguridad y la certeza absolutas, el punto indiscutible e indubitable sobre cuyo apoyo podríamos desafiar exitosamente a los demás, sino que es mejor –y más verdadero- aceptar la condición limitada del ser humano y su capacidad también limitada de captación del misterio.
Hay que renunciar a ese inmovilismo de los que creen que «tenemos la verdad» y la tenemos escrita y descrita y codificada y canonizada, como si estuviera escrita en piedra, inmutable e infalible para toda la eternidad. Hay que desnudarse de todas esas pretensiones, y, sin pasarse ciertamente al extremo del relativismo o del indiferentismo, abrirse a la hermosura de la aventura de la búsqueda de la verdad, y sentirse hermanos y hermanas de todos los hombres y mujeres y pueblos, que comparten con nosotros el interés excitante de esta peregrinación inacabable de la Humanidad hacia la Verdad siempre mayor."
Si es que vamos a tener religión por mas tiempo, me parece bien un enfoque abierto, las religiones deberían desarrollarse hacia humanismos generales, para bien de la sociedad, no míticos, absolutistas, sino evolutivos, participativos y en diálogo. Esto se debería enseñar en las escuelas: las diferentes religiones, el respeto a los demas, la tolerancia, los valores basicos, allá despues que cada busque la forma de aproximarse a Dios de la mejor forma que le parezca, si así lo decide. Referencias: Curso de Teología del Pluralismo Religioso
Ello ha originado mucho alejamiento de prácticas religiosas, y variedad de creencias para todos los gustos, ateos, agnosticos, religiosos moderados, religiosos no practicantes, espirituales, esoteristas, ... Si bien no es un golpe mortal hacia las religiones, sí las ha afectado, y el problema es que todavía hay grupos extremistas, con la verdad absoluta, ya sea del Corán o la Biblia, será que no aprendemos del 11/11/2001.
Así las cosas, interesante un enfoque que se ha venido desarrollando desde los 90, denominado Teología de Pluralismo Religioso, aquí un breve resumen de sus ideas principales:
"Todas las religiones son búsqueda de Dios por parte del ser humano. Y por otra parte, Dios está a la búsqueda de todos los seres humanos, de todos los pueblos, a los que busca comunicarse lo más posible, con la mayor intensidad posible. Por eso, en todas las religiones hay presencia de revelación. La historia religiosa de cada pueblo es un proceso de revelación donde se da inevitablemente una presencia de verdad y santidad...
Estos datos teológicos podemos completarlos con aquel otro principio: «No hay elegidos» No resulta ya aceptable pensar que Dios sólo hubiera podido llevar adelante su salvación con «una» religión, y que, por eso, hubiera suscitado una, y hubiese dejado al resto de la Humanidad, durante toda su historia (¿cuántos millones de años?) abandonado a su suerte, en las tinieblas de la ignorancia, presa de religiones inventadas o de supersticiones religiosas. Por ello, si no hay ninguna religión «elegida», y hay revelación, verdad y santidad en todas las religiones humanas, todas las religiones son verdaderas.
Esta afirmación, que a algunos puede parecerles «provocativa» y a otros puede producir desconcierto, y hasta rechazo, es, en realidad, una simple consecuencia de uno de los principios más básicos de toda religión: la universalidad del amor de Dios. Dios nos ama, Dios nos ama infinitamente, sin limitaciones por su parte, y con universalidad, a todos los hombres y mujeres, a todos los pueblos, a todas las culturas... y a todas las religiones. Sin «acepción de» personas, ni de pueblos ni de culturas ni de religiones. Por otra parte, este planteamiento se casa mejor con la mentalidad actual, a la que se le impone, como un imperativo incontestable, el rechazo a todo etnocentrismo (analizar el mundo de acuerdo con los parámetros de la cultura propia), que es una dimensión que no deja de estar latente debajo de las pretensiones de exclusividad y absoluticidad de las religiones. Nótese, sin embargo, que no estamos diciendo que las religiones sean perfectas, todas ellas constituidas puramente por verdad sin mezcla de error alguno...
Lo que implica abandonar el concepto de verdad aristótelica, acogida por las grandes religiones monoteístas:
En el viejo modelo, el sujeto exigía una seguridad absoluta, exclusiva, excluyente (o incluyente) de los demás, para tomar su opción religiosa. Hoy día, «los católicos, como los cristianos en general, están dándose cuenta de que para que algo sea verdad, no necesita ser absoluto» Este avance parece imposible a algunos espíritus más conservadores, pero es una realidad que se extiende y avanza. Muchos creyentes de espíritu «moderno» prefieren aceptar que la verdad es más humilde y «relacional», que hoy no se puede pretender tener la seguridad y la certeza absolutas, el punto indiscutible e indubitable sobre cuyo apoyo podríamos desafiar exitosamente a los demás, sino que es mejor –y más verdadero- aceptar la condición limitada del ser humano y su capacidad también limitada de captación del misterio.
Hay que renunciar a ese inmovilismo de los que creen que «tenemos la verdad» y la tenemos escrita y descrita y codificada y canonizada, como si estuviera escrita en piedra, inmutable e infalible para toda la eternidad. Hay que desnudarse de todas esas pretensiones, y, sin pasarse ciertamente al extremo del relativismo o del indiferentismo, abrirse a la hermosura de la aventura de la búsqueda de la verdad, y sentirse hermanos y hermanas de todos los hombres y mujeres y pueblos, que comparten con nosotros el interés excitante de esta peregrinación inacabable de la Humanidad hacia la Verdad siempre mayor."
Si es que vamos a tener religión por mas tiempo, me parece bien un enfoque abierto, las religiones deberían desarrollarse hacia humanismos generales, para bien de la sociedad, no míticos, absolutistas, sino evolutivos, participativos y en diálogo. Esto se debería enseñar en las escuelas: las diferentes religiones, el respeto a los demas, la tolerancia, los valores basicos, allá despues que cada busque la forma de aproximarse a Dios de la mejor forma que le parezca, si así lo decide. Referencias: Curso de Teología del Pluralismo Religioso