Diay maes, pongámonos en contexto. Es viernes, casi la una de la tarde. Usted anda en la feria del agricultor de Mercedes Norte, en Heredia, pensando en si lleva de ese aguacate que se ve tan bueno o si mejor se espera a la otra semana. De pronto, el cielo se pone más negro que el alma de un político corrupto y empieza a caer uno de esos baldazos que ya conocemos. Hasta ahí, todo normal para ser septiembre. Pero lo que vino después, mae, eso no estaba en el guion de nadie. De la nada, se formó un remolino que agarró una fuerza descomunal y se convirtió en un tornado en pleno campo ferial. ¡Qué despiche se armó!
Imagínense la escena: la gente corriendo, los toldos volando como si fueran bolsas de plástico y el techo del recinto empezando a desprenderse. Los videos que ya andan circulando en todo lado son una locura, se ve la fuerza con la que esa vara arrancaba las láminas del zinc como si fueran de papel. ¡Qué sal! Uno va tranquilo a hacer las compras de la semana y termina en medio de una película de desastres naturales versión tica. Lo más impresionante es que, a pesar del caos y los daños materiales que no fueron para nada poquitos, por pura y santa dicha no hubo ni un solo herido. Los Bomberos de Heredia ya andaban cerca de forma preventiva, como oliéndose que la cosa se iba a poner fea, y eso seguro ayudó a que la reacción fuera más rápida.
Y ojo, que la torta no fue solo en Mercedes Norte. Este aguacero del demonio trajo cola. En Barva también reportaron vientos fuertísimos que se volaron más láminas y las dejaron caer sobre el tendido eléctrico, dejando a un montón de gente sin luz. Ahí les tocó entrarle al brete a la gente de la ESPH y a la Policía Municipal para medio arreglar el desorden. La Comisión Nacional de Emergencias (CNE) activó al Comité Municipal y confirmó que en partes de Alajuela la historia fue parecida, con lluvias que parecían el diluvio universal. O sea, fue un susto generalizado en varias partes del Valle Central.
Ahora, más allá del susto y de la anécdota, a mí esta vara me deja pensando. Seamos honestos, ¿quién se iba a imaginar hace unos años que íbamos a estar hablando de tornados con esta frecuencia en pleno GAM? Antes esto era algo que uno veía en las noticias de Estados Unidos. Pero ahora, entre los calores infernales que nos cocinan vivos y estos aguaceros con remolinos incluidos, queda clarísimo que el clima está completamente fuera de control. No es mala suerte, no es casualidad. Esto tiene toda la pinta de ser el nuevo normal, y la verdad, asusta un poco pensar en qué más nos tendrá preparado el futuro cercano.
Al final, el plan de la feria de fin de semana se fue al traste para muchos, pero queda la reflexión. Por un lado, el alivio gigante de que nadie salió lastimado. Por otro, la advertencia de que tenemos que tomarle más el pulso a estos fenómenos. Ya no podemos simplemente decir "¡qué montón de agua cayó!". La cosa es más seria. Y ahora les pregunto a ustedes, la gente inteligente de este foro: ¿Qué opinan? ¿Creen que esto es un caso aislado, pura sal que nos tocó, o de verdad tenemos que empezar a prepararnos para ver tornados como algo recurrente en Costa Rica? ¿Alguno andaba por ahí y le tocó vivir el susto en carne propia?
Imagínense la escena: la gente corriendo, los toldos volando como si fueran bolsas de plástico y el techo del recinto empezando a desprenderse. Los videos que ya andan circulando en todo lado son una locura, se ve la fuerza con la que esa vara arrancaba las láminas del zinc como si fueran de papel. ¡Qué sal! Uno va tranquilo a hacer las compras de la semana y termina en medio de una película de desastres naturales versión tica. Lo más impresionante es que, a pesar del caos y los daños materiales que no fueron para nada poquitos, por pura y santa dicha no hubo ni un solo herido. Los Bomberos de Heredia ya andaban cerca de forma preventiva, como oliéndose que la cosa se iba a poner fea, y eso seguro ayudó a que la reacción fuera más rápida.
Y ojo, que la torta no fue solo en Mercedes Norte. Este aguacero del demonio trajo cola. En Barva también reportaron vientos fuertísimos que se volaron más láminas y las dejaron caer sobre el tendido eléctrico, dejando a un montón de gente sin luz. Ahí les tocó entrarle al brete a la gente de la ESPH y a la Policía Municipal para medio arreglar el desorden. La Comisión Nacional de Emergencias (CNE) activó al Comité Municipal y confirmó que en partes de Alajuela la historia fue parecida, con lluvias que parecían el diluvio universal. O sea, fue un susto generalizado en varias partes del Valle Central.
Ahora, más allá del susto y de la anécdota, a mí esta vara me deja pensando. Seamos honestos, ¿quién se iba a imaginar hace unos años que íbamos a estar hablando de tornados con esta frecuencia en pleno GAM? Antes esto era algo que uno veía en las noticias de Estados Unidos. Pero ahora, entre los calores infernales que nos cocinan vivos y estos aguaceros con remolinos incluidos, queda clarísimo que el clima está completamente fuera de control. No es mala suerte, no es casualidad. Esto tiene toda la pinta de ser el nuevo normal, y la verdad, asusta un poco pensar en qué más nos tendrá preparado el futuro cercano.
Al final, el plan de la feria de fin de semana se fue al traste para muchos, pero queda la reflexión. Por un lado, el alivio gigante de que nadie salió lastimado. Por otro, la advertencia de que tenemos que tomarle más el pulso a estos fenómenos. Ya no podemos simplemente decir "¡qué montón de agua cayó!". La cosa es más seria. Y ahora les pregunto a ustedes, la gente inteligente de este foro: ¿Qué opinan? ¿Creen que esto es un caso aislado, pura sal que nos tocó, o de verdad tenemos que empezar a prepararnos para ver tornados como algo recurrente en Costa Rica? ¿Alguno andaba por ahí y le tocó vivir el susto en carne propia?