Su belleza es algo imposible de comparar con niguna otra que exista
en la tierra. Talvez solamente es comparable con la belleza de Juno o la belleza de la mismisima Afrodita, que ella misma es la belleza.
Sus labios grandes y apetesibles, brillantes como una fruta madura
llenan mi alma del más grande deseo que pueda tener mi alma. Es un deseo tan grande que pesa como diez toneladas y mi alma cae pesada postrada, arrodillada y con cabeza al piso ante tal deseo
y ni con todas las fuerzas del mundo lograría moverse de tal deseo. Es tan grande y tan fuerte mi deseo de besar sus labios, que no cabe ningun deseo más en mi alma y no alcanzando a caber tando deseo en ella, se desborda a cataratas por todas partes.
Somalamente con mirar un segundo sus ojos me llevan a el cielo, un mundo donde solo existe la felicidad y la trizteza y el dolor son imposibles. Solamente con ver un momento sus ojos es como si me picara una serpiente que me envenana con un amor tan intenzo que ya nadie puede salvar mi alma de perderme en este amor.
Toda la piel de su cuerpo es como un queso celestial un mira un ratón que no ha comido queso jamás. Su rostro es tan bello que ni la poesía de un Dios puede poner en palabras lo que no pertenece a este mundo de escencias pasajeras. Su cabello acaricia su rostro, recita fragancias de flores en sus oidos y abraza su cuello con besos infinitos. Sus piernas carnosas son los más erotico que alguien pueda ver, y si las veo mi deseo puede ser tan fuerte que vendería mi alma al diablo solo por poder rozar una vez mi piel con la suya.
Es una mujer, pero yo no sé si debo llamarle Diosa...
en la tierra. Talvez solamente es comparable con la belleza de Juno o la belleza de la mismisima Afrodita, que ella misma es la belleza.
Sus labios grandes y apetesibles, brillantes como una fruta madura
llenan mi alma del más grande deseo que pueda tener mi alma. Es un deseo tan grande que pesa como diez toneladas y mi alma cae pesada postrada, arrodillada y con cabeza al piso ante tal deseo
y ni con todas las fuerzas del mundo lograría moverse de tal deseo. Es tan grande y tan fuerte mi deseo de besar sus labios, que no cabe ningun deseo más en mi alma y no alcanzando a caber tando deseo en ella, se desborda a cataratas por todas partes.
Somalamente con mirar un segundo sus ojos me llevan a el cielo, un mundo donde solo existe la felicidad y la trizteza y el dolor son imposibles. Solamente con ver un momento sus ojos es como si me picara una serpiente que me envenana con un amor tan intenzo que ya nadie puede salvar mi alma de perderme en este amor.
Toda la piel de su cuerpo es como un queso celestial un mira un ratón que no ha comido queso jamás. Su rostro es tan bello que ni la poesía de un Dios puede poner en palabras lo que no pertenece a este mundo de escencias pasajeras. Su cabello acaricia su rostro, recita fragancias de flores en sus oidos y abraza su cuello con besos infinitos. Sus piernas carnosas son los más erotico que alguien pueda ver, y si las veo mi deseo puede ser tan fuerte que vendería mi alma al diablo solo por poder rozar una vez mi piel con la suya.
Es una mujer, pero yo no sé si debo llamarle Diosa...
