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Este historia no es veridica pero esta insolita (bueno que se podia esperar de estos pervertidos )
les dejo este copy paste:
Mahoma autorizó a los creyentes a tener hasta cuatro mujeres legales, más las “posesiones de la mano derecha”; es decir, las esclavas y presas de guerra de que puedan hacer acopio. Sin embargo, no se puso límites a sí mismo:
¡Profeta! Te hacemos lícitas tus esposas, a las que diste sus correspondientes dotes, y las que tu diestra posea entre las que Allah te haya dado como botín; y las hijas de tus tíos maternos y las de tus tías maternas que hayan emigrado contigo, y cualquier mujer creyente que se ofrezca al Profeta, si el Profeta quiere tomarla en matrimonio. Esto es exclusivo para ti, no para los creyentes. Sabemos lo que les hemos hecho preceptivo a ellos en lo referente a sus esposas y las que sus diestras poseen. Para que no haya falta sobre ti. Y Allah es Perdonador, Compasivo. [Corán, 33:50].
Causa pasmo. Decía niña Aisha, su preferida, que el verraco era capaz de cubrirlas a todas en una noche…
Traduzco: – “El profeta solía visitar a todas sus mujeres en cada ronda, día y noche, y eran once. – “¿Tanta fuerza tenía?” – “Sí, decíamos que tenía el vigor de 30 hombres”.

Menos lobos. Lo cierto es que hay razones para afirmar que la impotencia empezó a mermar su rendimiento hasta dejarlo incapaz. Sus mujeres empezaron por ello a quejarse, a tomarle el pelo, a reírse, incluso a maldecirlo. La solución que encontró el profeta fueron las oportunas revelaciones, para tratar así de poner orden y reducirlas a la sumisión, que eso precisamente significa el Islam:
Deja postergada a la que quieras de ellas y une a ti a la que quieras. Y si deseas alguna que hayas mantenido alejada no hay mal en ello para ti. Esto es más conveniente para que sus ojos se refresquen (se consuelen) y no se entristezcan y estén satisfechas con lo que les des. Allah conoce lo que hay en vuestros corazones. Allah es Conocedor, Indulgente.* [Corán, 33:51.]
Ojo a la explicación que nos dan en ese enlace:
Esta aleya ha sido tradicionalmente entendida en dos sentidos por los comentaristas; según el primero haría referencia a la no obligación, exclusiva para el Profeta, que Allah le dé Su gracia y paz, de repartir su atención por igual entre sus esposas; si bien él fue el modelo en ello. Y según el segundo, se referiría a tomar o a dejar las mujeres que se ofrecieran a él o a divorciar o a conservar las que tenía.
Es decir, el profeta podía elegir en el harén, o postergar según su criterio, sin ningún tipo de consideración hacia las sumisas. En el comentario nos dicen que sin embargo el no lo hizo. Suena a excusatio non petita. En ese caso sería una aleya redundante, una revelación inútil. Además veremos que eso no es verdad. Pero hay más, aquí nos cuentan que el profeta se dedicaba a meterles mano cuando tenían el período (por cierto, niña Aisha no se entera y cree que la impotencia es autocontrol):
Este individuo, además de un pervertido, era un psicópata de camisa de fuerza: Un harenero que dispone de las mujeres que quiere –con permiso explícito de Alá- se dedica a meterle mano a las que están menstruando. En fin, no nos vamos a llevar las manos a la cabeza en materia de prácticas sexuales, pero es que hay que tener en cuenta que este personaje consideraba que las mujeres menstruantes eran impuras y estaban enfermas… ¡Y sin embargo él les metía mano! Definitivamente, el profeta era un cochino.
Para acabar, la prueba final de la impotencia de Mahoma es que no dejó preñada a ninguna de las mujeres de su harén -algunas de ellas muy jóvenes- ni a sus esclavas. Es imposible que todas ellas fueran estériles. La razón más probable es la impotentia coendi de Mahoma, que explica –pero no justifica- que les hiciera “cosas con la mano”. Mahoma sufrió el suplicio de Tántalo, y lo hizo doblemente, pues el garañón había juntado un serrallo con todo tipo de mujeres y esclavas. ¡Que Dios se haya apiadado de él!