¡Ay, Dios mío! Se armó un batiburrillo aquí en Costa Rica. Resulta que nos llegó la fiebre amarilla, sí, esa que parecía sacada de un libro de historia. Un turista gringo, de esos que andan explorando la selva, se trajo la chinchorra y ahora estamos todos con los pelos de punta, tratando de ver cómo manejar la cosa.
Según el Ministerio de Salud, la señora, que anda por los 29 años, se enfermó allá en Perú, precisamente en la región amazónica. Parece que se aventuró a explorar la selva peruana y ahí se agarró el bicho. No tenía la vacuna, claro, qué le vamos a hacer, algunos prefieren arriesgarse a que les piquen los mosquitos que ponerse una aguja, ¡qué tontera!
Ahora está recibiendo atención en un hospital de la Caja, por si acaso. Le están haciendo pruebas, vigilándola como águila para ver si no complica más. Por suerte, la parejita que acompañaba a la turista sí estaba vacunada, así que salió airosa y ya no se contagió. Eso sí da un respiro, porque sino íbamos todos sudando frío.
Y ojo, que esto no es un juego. La fiebre amarilla no es ninguna broma; te puede dejar bien rayado. Empieza con fiebre, dolor de cabeza, escalofríos, dolores en el cuerpo… Lo típico para estar mal. Pero luego puede caer en ictericia, sangrados, problemas en el hígado o los riñones. ¡Un brete, mae!
El Ministerio de Salud, como buen vecino que vela por nosotros, ha puesto la lupa en todo el sistema. Están coordinando con los hospitales, revisando los protocolos y tratando de evitar que el virus se propague. También nos están recordando que si vamos a viajar a zonas donde hay riesgo, nos pongamos la vacuna, pa’ que no nos agarre desprevenidos.
Además, nos aconsejan que usemos repelente, nos tapemos con ropa de manga larga y mosquiteros, especialmente durante la tarde y noche, que es cuando los mosquitos están más activos. ¡Pa’ que no nos digan “tenga usted un buen día” con picazón por todo el cuerpo!
Esto nos recuerda, otra vez, lo importante que es cuidar nuestro entorno y tomar precauciones cuando andamos por lugares con bichos raros. Ya sabemos que Costa Rica es un paraíso, pero también tenemos nuestra fauna propia, algunas más amigables que otras. Siempre hay que estar atentos y responsables, para no traerle varas al país.
En fin, la situación nos obliga a reflexionar sobre la importancia de la prevención y la vacunación. Y me pregunto, ¿ustedes creen que el gobierno debería hacer campañas más agresivas para promover la vacunación contra enfermedades como la fiebre amarilla, o es responsabilidad individual de cada uno informarse y tomar sus propias decisiones?
Según el Ministerio de Salud, la señora, que anda por los 29 años, se enfermó allá en Perú, precisamente en la región amazónica. Parece que se aventuró a explorar la selva peruana y ahí se agarró el bicho. No tenía la vacuna, claro, qué le vamos a hacer, algunos prefieren arriesgarse a que les piquen los mosquitos que ponerse una aguja, ¡qué tontera!
Ahora está recibiendo atención en un hospital de la Caja, por si acaso. Le están haciendo pruebas, vigilándola como águila para ver si no complica más. Por suerte, la parejita que acompañaba a la turista sí estaba vacunada, así que salió airosa y ya no se contagió. Eso sí da un respiro, porque sino íbamos todos sudando frío.
Y ojo, que esto no es un juego. La fiebre amarilla no es ninguna broma; te puede dejar bien rayado. Empieza con fiebre, dolor de cabeza, escalofríos, dolores en el cuerpo… Lo típico para estar mal. Pero luego puede caer en ictericia, sangrados, problemas en el hígado o los riñones. ¡Un brete, mae!
El Ministerio de Salud, como buen vecino que vela por nosotros, ha puesto la lupa en todo el sistema. Están coordinando con los hospitales, revisando los protocolos y tratando de evitar que el virus se propague. También nos están recordando que si vamos a viajar a zonas donde hay riesgo, nos pongamos la vacuna, pa’ que no nos agarre desprevenidos.
Además, nos aconsejan que usemos repelente, nos tapemos con ropa de manga larga y mosquiteros, especialmente durante la tarde y noche, que es cuando los mosquitos están más activos. ¡Pa’ que no nos digan “tenga usted un buen día” con picazón por todo el cuerpo!
Esto nos recuerda, otra vez, lo importante que es cuidar nuestro entorno y tomar precauciones cuando andamos por lugares con bichos raros. Ya sabemos que Costa Rica es un paraíso, pero también tenemos nuestra fauna propia, algunas más amigables que otras. Siempre hay que estar atentos y responsables, para no traerle varas al país.
En fin, la situación nos obliga a reflexionar sobre la importancia de la prevención y la vacunación. Y me pregunto, ¿ustedes creen que el gobierno debería hacer campañas más agresivas para promover la vacunación contra enfermedades como la fiebre amarilla, o es responsabilidad individual de cada uno informarse y tomar sus propias decisiones?
