¡Ay, Dios mío! Resulta que la Fiscalía contra la Ciberdelincuencia nos está echando una sombrerada bien grande. Parece que unos pillos listos están usando números de teléfono que ya nadie usa – esos que andaban dando vueltas por ahí– para robarle billetes a la gente por medio del Sinpe. ¡Qué pena!
La movida es así: algunos de nosotros, en plan descuidado, dejamos números de celular registrados en nuestras cuentas bancarias que ya ni siquiera usamos. Imaginen, cambian de compañía, consiguen un nuevo celular, pero olvidan quitarle eso del banco. Pues resulta que esas compañías, como parte de su rol, le dan esos números a otros clientes, y entonces… ¡boom!, alguien más puede tener acceso a tu plata.
Y aquí viene la torta: los delincuentes, ya saben, esos que siempre buscando cómo aprovecharse, se han dado cuenta de esta falla. Se mandan un mensajito SMS con el monto y el número de destino, ¡y listo!, muevo la lana sin tener que meterse en la cuenta ni poner contraseñas. Un verdadero paseo papal, pero a costa del bolsillo ajeno. ¡Qué sal!
El Ministerio Público ha estado investigando varios casos y se dio cuenta de que esta es una estrategia bastante común ahora. No es que estén inventando la rueda, pero sí la han perfeccionado para sacarles tajada a los distraídos. Dicen que en muchos de los casos, la víctima simplemente no se acordaba de actualizar la información con el banco, ¡qué despiste!
Entonces, la recomendación de la Fiscalía es clara: revisa, revisa y revisa cuáles números tienes registrados en tus bancos. Si encuentras alguno que ya no usas, ¡desactívalo inmediatamente! No esperes a que te ocurra a ti, porque luego vas a estar llorando. Mejor prevenir que lamentar, dicen por ahí, y vaya que es cierto.
Además, si recibes algún mensaje raro con alguna solicitud de transferencia que tú no hiciste, ¡reporta esa vaina al toque! Tanto a tu banco como a las autoridades. Ellos están ahí para ayudarte, pero necesitan que les digas qué pasó. No te quedes callado pensando que es una tontería, porque podría ser tu peor error.
Estos tipos de estafas, aunque suenen sofisticadas, generalmente empiezan con una simple distracción o falta de atención. La tecnología avanza a pasos agigantados, pero nosotros tenemos que mantenernos alerta también. En fin, que la seguridad personal es responsabilidad de todos, y eso incluye cuidar nuestros datos financieros. Recuerden que hoy en día, la brecha entre el fraude y la realidad es cada vez más pequeña, y hay que tomar precauciones.
Y hablando de precauciones, me pregunto: ¿Ustedes han revisado sus cuentas bancarias últimamente para asegurarse de que tienen todos sus datos actualizados? ¿Se sienten seguros con la forma en que protegen su información personal en línea?
La movida es así: algunos de nosotros, en plan descuidado, dejamos números de celular registrados en nuestras cuentas bancarias que ya ni siquiera usamos. Imaginen, cambian de compañía, consiguen un nuevo celular, pero olvidan quitarle eso del banco. Pues resulta que esas compañías, como parte de su rol, le dan esos números a otros clientes, y entonces… ¡boom!, alguien más puede tener acceso a tu plata.
Y aquí viene la torta: los delincuentes, ya saben, esos que siempre buscando cómo aprovecharse, se han dado cuenta de esta falla. Se mandan un mensajito SMS con el monto y el número de destino, ¡y listo!, muevo la lana sin tener que meterse en la cuenta ni poner contraseñas. Un verdadero paseo papal, pero a costa del bolsillo ajeno. ¡Qué sal!
El Ministerio Público ha estado investigando varios casos y se dio cuenta de que esta es una estrategia bastante común ahora. No es que estén inventando la rueda, pero sí la han perfeccionado para sacarles tajada a los distraídos. Dicen que en muchos de los casos, la víctima simplemente no se acordaba de actualizar la información con el banco, ¡qué despiste!
Entonces, la recomendación de la Fiscalía es clara: revisa, revisa y revisa cuáles números tienes registrados en tus bancos. Si encuentras alguno que ya no usas, ¡desactívalo inmediatamente! No esperes a que te ocurra a ti, porque luego vas a estar llorando. Mejor prevenir que lamentar, dicen por ahí, y vaya que es cierto.
Además, si recibes algún mensaje raro con alguna solicitud de transferencia que tú no hiciste, ¡reporta esa vaina al toque! Tanto a tu banco como a las autoridades. Ellos están ahí para ayudarte, pero necesitan que les digas qué pasó. No te quedes callado pensando que es una tontería, porque podría ser tu peor error.
Estos tipos de estafas, aunque suenen sofisticadas, generalmente empiezan con una simple distracción o falta de atención. La tecnología avanza a pasos agigantados, pero nosotros tenemos que mantenernos alerta también. En fin, que la seguridad personal es responsabilidad de todos, y eso incluye cuidar nuestros datos financieros. Recuerden que hoy en día, la brecha entre el fraude y la realidad es cada vez más pequeña, y hay que tomar precauciones.
Y hablando de precauciones, me pregunto: ¿Ustedes han revisado sus cuentas bancarias últimamente para asegurarse de que tienen todos sus datos actualizados? ¿Se sienten seguros con la forma en que protegen su información personal en línea?