¡Ay, Dios mío, qué bruma! La Selección Costarricense anda más perdida que chancla en convento. Después del pitazo final contra Honduras, parece que hasta la abuela ha agarrado la calculadora buscando cómo rescatar el mundial. Ya saben, esas matemáticas que dicen que son fáciles, pero cuando te va mal, parecen chino mandarín.
La verdad es que el panorama no pinta muy alegre. Mira la tabla: Haití liderando con cinco puntitos, Honduras pegada detrás con los mismos, nosotros, con tres, mirándolos desde abajo. Nicaragua, ahí, colita de cerdo con un punto apenas. Se siente como si estuviéramos jugando al dominó con el futuro en la balanza, y nos tocó la carta del seis, la más mala. Pero bueno, siempre hay esperanza, ¿verdad?
Miguel Herrera, el profe, no se queda quieto. Le anda apretando la calculadora con más fuerza que guanabano maduro. Sabe que la cosa está jodida, pero no quiere tirar la toalla. Lo escuché decir que estamos 'obligados' a ganar los próximos partidos. Obligados… suena a que si perdemos, nos mete en problemas Mayordomo mismo. ¡Qué carga!
El camino es claro, aunque empinado: Nicaragua el lunes, Haití después, y Honduras para cerrar el ciclo. Tres partidos, tres victorias necesarias. Parece sencillo en teoría, pero a estas alturas sabemos que nada es fácil. Con la defensa que tenemos, pareciera que jugamos con una pared en lugar de un central. Y arriba, bueno, pues... esperemos que alguien recuerde cómo se marca un gol.
Herrera ha dicho que los entrenamientos van a tope, que están afinando los últimos detalles tácticos y que los muchachos están motivados. Motivados… vamos a ver si esa motivación se traduce en goles y paradas efectivas. Porque eso de estar motivado y perder 3-0 no sirve de mucho, ¿verdad, mae?
Y hablando de presión, imagínate la que tienen los hinchados. La gente anda más nerviosa que gato en aserradero. Las redes sociales explotan con memes, críticas y mensajes de apoyo. Algunos ya están escribiendo el epitafio del mundial, mientras otros prefieren aferrarse a la ilusión de un milagro. Un milagro futbolístico, porque con nuestra suerte actual, lo otro sería demasiado pedir.
¿Recuerdan cuando éramos la sorpresa de Rusia? ¡Qué tiempos aquellos! Ahora la sorpresa sería llegar al repechaje sin necesidad de recurrir a San Judas Tadeo. Pero bueno, tampoco hay que echarle toda la culpa a los jugadores. La Federación también tiene su parte de responsabilidad, con decisiones cuestionables y una falta general de visión a largo plazo. Es como si estuviéramos tratando de construir un castillo en arena mojada.
En fin, la pelota ya rueda el lunes. Nicaragua será el primer examen. Tendremos que salir a darlo todo, meterle huevo y demostrar que todavía somos capaces de competir a alto nivel. ¿Será suficiente para remontar y clasificarnos al Mundial, o este sueño se irá al traste? Ahí está la gran pregunta: ¿Creen ustedes que la Selección tiene lo necesario para darle vuelta a esta complicada situación y asegurar un cupo directo a Qatar, o ya deberíamos prepararnos para aceptar el sabor amargo de la decepción?
La verdad es que el panorama no pinta muy alegre. Mira la tabla: Haití liderando con cinco puntitos, Honduras pegada detrás con los mismos, nosotros, con tres, mirándolos desde abajo. Nicaragua, ahí, colita de cerdo con un punto apenas. Se siente como si estuviéramos jugando al dominó con el futuro en la balanza, y nos tocó la carta del seis, la más mala. Pero bueno, siempre hay esperanza, ¿verdad?
Miguel Herrera, el profe, no se queda quieto. Le anda apretando la calculadora con más fuerza que guanabano maduro. Sabe que la cosa está jodida, pero no quiere tirar la toalla. Lo escuché decir que estamos 'obligados' a ganar los próximos partidos. Obligados… suena a que si perdemos, nos mete en problemas Mayordomo mismo. ¡Qué carga!
El camino es claro, aunque empinado: Nicaragua el lunes, Haití después, y Honduras para cerrar el ciclo. Tres partidos, tres victorias necesarias. Parece sencillo en teoría, pero a estas alturas sabemos que nada es fácil. Con la defensa que tenemos, pareciera que jugamos con una pared en lugar de un central. Y arriba, bueno, pues... esperemos que alguien recuerde cómo se marca un gol.
Herrera ha dicho que los entrenamientos van a tope, que están afinando los últimos detalles tácticos y que los muchachos están motivados. Motivados… vamos a ver si esa motivación se traduce en goles y paradas efectivas. Porque eso de estar motivado y perder 3-0 no sirve de mucho, ¿verdad, mae?
Y hablando de presión, imagínate la que tienen los hinchados. La gente anda más nerviosa que gato en aserradero. Las redes sociales explotan con memes, críticas y mensajes de apoyo. Algunos ya están escribiendo el epitafio del mundial, mientras otros prefieren aferrarse a la ilusión de un milagro. Un milagro futbolístico, porque con nuestra suerte actual, lo otro sería demasiado pedir.
¿Recuerdan cuando éramos la sorpresa de Rusia? ¡Qué tiempos aquellos! Ahora la sorpresa sería llegar al repechaje sin necesidad de recurrir a San Judas Tadeo. Pero bueno, tampoco hay que echarle toda la culpa a los jugadores. La Federación también tiene su parte de responsabilidad, con decisiones cuestionables y una falta general de visión a largo plazo. Es como si estuviéramos tratando de construir un castillo en arena mojada.
En fin, la pelota ya rueda el lunes. Nicaragua será el primer examen. Tendremos que salir a darlo todo, meterle huevo y demostrar que todavía somos capaces de competir a alto nivel. ¿Será suficiente para remontar y clasificarnos al Mundial, o este sueño se irá al traste? Ahí está la gran pregunta: ¿Creen ustedes que la Selección tiene lo necesario para darle vuelta a esta complicada situación y asegurar un cupo directo a Qatar, o ya deberíamos prepararnos para aceptar el sabor amargo de la decepción?
