¡Ay, Dios mío, gente! Resulta que la Organización Mundial del Comercio (OMC), esos señores de arriba, anduvieron reajustando sus números otra vez. Parece que el panorama económico global anda más movidizo que gallito en circo. Lo que pasa es que están viendo cómo el señor Trump, ahora otra vez en campaña, planea subirle el precio a casi todo lo que viene de afuera, y eso, como era de esperarse, les está complicando hacer pronósticos certeros.
Miren, pa' ponerlos en onda, la OMC estaba pensando que el comercio mundial iba a crecer poquito este año, digamos, como un 0.9%. Pero ahora dicen que sí tendrá un repunte, llegando al 2.4%, aunque se achican para el 2026, donde ya hablan de un crecimiento más lento, apenas un 0.5%. Los servicios tampoco se quedan atrás: se espera que crezcan un poco menos también, pasando del 6.8% en 2024 a 4.6% en 2025 y luego a 4.4% en 2026. Un bajón, si me apuran.
La directora general de la OMC, Ngozi Okonjo-Iweala, salió a decir que esto es una señal de alerta, que necesitamos repensarnos cómo hacemos negocios entre países. Según ella, el sistema de reglas que tenemos actualmente nos da estabilidad, pero estos cambios nos obligan a fortalecerlo para que sigamos creciendo juntos y “teniendo una prosperidad para todos”. Suena lindo en teoría, ¿eh?
Pero vamos al grano, mi gente. Esto de los aranceles del señor Trump no es novedad. Ya habíamos pasado por esto hace unos años, cuando él empezó a poner barreras a las importaciones, afectando a muchos países, incluyendo a nosotros acá en Costa Rica. Recordemos que puso impuestos a acero, aluminio, ¡hasta frutas tropicales! Y eso, claro, nos pegó duro en el bolsillo y en la economía.
Ahora, con esta nueva amenaza, parece que la cosa va a seguir igual. Él quiere imponer un gravamen básico del 10% a casi todos los productos que entran a Estados Unidos, y encima, subir aún más los precios de aquellos países que le venden más de lo que compra. ¡Una verdadera torta!, especialmente para quienes dependemos de ese mercado.
Por supuesto, la OMC advirtió que, si la situación llegaba a lo extremo, es decir, si Trump aplicaba medidas proteccionistas agresivas, el comercio mundial podría incluso caer un 1.5% en 2025. Ahora, por suerte, parecen haber moderado un poco la predicción gracias a otros factores, como el auge de la inteligencia artificial y el aumento de las importaciones de Estados Unidos previo a estas medidas. Pero ojo, que el peligro sigue latente, chunches.
Y hablando de inteligencia artificial, ahí también hay un factor importante. La OMC cree que el avance de esta tecnología va a impulsar el comercio mundial, compensando un poco los efectos negativos de los aranceles. Eso sí, tendremos que estar atentos a cómo esta revolución tecnológica afecta al empleo y a la distribución de la riqueza. No vaya a ser que terminemos con más máquinas que trabajadores, diay.
En fin, la verdad es que la situación es complicada y llena de incertidumbre. Hay que esperar a ver qué decide el señor Trump, y prepararnos para enfrentar cualquier escenario. Pero mientras tanto, me pregunto: ¿Creen ustedes que Costa Rica debería buscar mercados alternativos para diversificar nuestra economía y así no depender tanto de Estados Unidos, o confiamos en que la OMC logrará llegar a un acuerdo favorable para todos?
Miren, pa' ponerlos en onda, la OMC estaba pensando que el comercio mundial iba a crecer poquito este año, digamos, como un 0.9%. Pero ahora dicen que sí tendrá un repunte, llegando al 2.4%, aunque se achican para el 2026, donde ya hablan de un crecimiento más lento, apenas un 0.5%. Los servicios tampoco se quedan atrás: se espera que crezcan un poco menos también, pasando del 6.8% en 2024 a 4.6% en 2025 y luego a 4.4% en 2026. Un bajón, si me apuran.
La directora general de la OMC, Ngozi Okonjo-Iweala, salió a decir que esto es una señal de alerta, que necesitamos repensarnos cómo hacemos negocios entre países. Según ella, el sistema de reglas que tenemos actualmente nos da estabilidad, pero estos cambios nos obligan a fortalecerlo para que sigamos creciendo juntos y “teniendo una prosperidad para todos”. Suena lindo en teoría, ¿eh?
Pero vamos al grano, mi gente. Esto de los aranceles del señor Trump no es novedad. Ya habíamos pasado por esto hace unos años, cuando él empezó a poner barreras a las importaciones, afectando a muchos países, incluyendo a nosotros acá en Costa Rica. Recordemos que puso impuestos a acero, aluminio, ¡hasta frutas tropicales! Y eso, claro, nos pegó duro en el bolsillo y en la economía.
Ahora, con esta nueva amenaza, parece que la cosa va a seguir igual. Él quiere imponer un gravamen básico del 10% a casi todos los productos que entran a Estados Unidos, y encima, subir aún más los precios de aquellos países que le venden más de lo que compra. ¡Una verdadera torta!, especialmente para quienes dependemos de ese mercado.
Por supuesto, la OMC advirtió que, si la situación llegaba a lo extremo, es decir, si Trump aplicaba medidas proteccionistas agresivas, el comercio mundial podría incluso caer un 1.5% en 2025. Ahora, por suerte, parecen haber moderado un poco la predicción gracias a otros factores, como el auge de la inteligencia artificial y el aumento de las importaciones de Estados Unidos previo a estas medidas. Pero ojo, que el peligro sigue latente, chunches.
Y hablando de inteligencia artificial, ahí también hay un factor importante. La OMC cree que el avance de esta tecnología va a impulsar el comercio mundial, compensando un poco los efectos negativos de los aranceles. Eso sí, tendremos que estar atentos a cómo esta revolución tecnológica afecta al empleo y a la distribución de la riqueza. No vaya a ser que terminemos con más máquinas que trabajadores, diay.
En fin, la verdad es que la situación es complicada y llena de incertidumbre. Hay que esperar a ver qué decide el señor Trump, y prepararnos para enfrentar cualquier escenario. Pero mientras tanto, me pregunto: ¿Creen ustedes que Costa Rica debería buscar mercados alternativos para diversificar nuestra economía y así no depender tanto de Estados Unidos, o confiamos en que la OMC logrará llegar a un acuerdo favorable para todos?