¡Pero qué vaina, raza! Resulta que César Alexander Zúñiga Ramírez, el wey que quiere llegar dipu por Nueva República y encima trabaja en la Asamblea, decidió meterle mano a la bronca de Fabricio Alvarado con Alicia Castillo. Se mandó un reposteo en Facebook que, ay, dios mío, parecía sacado de un grupo de WhatsApp radicalizado.
Pa’ ponerlos en onda, Zúñiga trabaja como subgerente del Departamento de Participación Ciudadana, imagínate la responsabilidad que tiene. Pero parece que la cabeza le dio un cortocircuito y se puso a defender a Alvarado con uñas y dientes, compartiendo unas cosas bien feas que salieron en una página llamada Oveja Negra CR. Ahí, señores, empezaron los problemas.
La página esa, pa' los que no estén al tanto, ha estado soltando veneno contra Alicia desde que salió el caso. La tildan de busca plata y fama, le dan con todo a sus ideas… ¡Un ambiente tóxico, diay! Y resulta que el señor Zúñiga se apuntó a la fiesta, sin pensar dos veces. Lo peor de todo es que lo hizo en horario laboral, según denuncian algunos compañeros, así que la cosa huele a podrido.
Y claro, la reacción no se hizo esperar. Algunos funcionarios anónimos, porque obviamente tienen razón de temer, le echaron agua fría al asunto. Dijeron que un subgerente del Congreso, un tipo que debería estar promoviendo la participación ciudadana y respetando a todos, no puede andar compartiendo mensajes llenos de odio y violencia de género. ¡Es un papelón, vamos!
Intentamos contactar al señor Zúñiga, pero el mae no contestaba ni el teléfono ni el WhatsApp. Como si se hubiera ido al monte, pura ignorancia. Al parecer, se dio cuenta del maje que había hecho y decidió borrar el reposteo, pero ya era demasiado tarde. Las capturas de pantalla circulan como pólvora en las redes.
Ahora, la diputada Kattia Rivera Soto, del PLN, está exigiendo que investiguen si el señor Zúñiga estaba usando el internet del Congreso para hacer sus travesuras. Y bueno, aunque ya borró la publicación, la cosa no queda ahí. Rivera dice que lo importante es que nadie, mucho menos un candidato a diputado, se preste a revictimizar a una mujer que ya está sufriendo bastante.
La gerencia general del Congreso, encabezada por Karla Granados Brenes, aún no se pronuncia oficialmente. Enviamos algunas preguntas sobre si tienen protocolos para esto, si consideran apropiado que los funcionarios usen las redes sociales de esa manera, y si van a pedirle una explicación al señor Zúñiga. Esperemos que respondan pronto, porque la cosa se está poniendo interesante. Este caso nos recuerda que la política a veces se va de las manos y que la gente olvida que detrás de cada acusación hay personas con sentimientos y vidas rotas.
En fin, una movida bien polémica que pone en evidencia cómo algunos políticos todavía no entienden la importancia del respeto y la empatía. ¿Ustedes creen que deberían despedir al señor Zúñiga por este escándalo, o simplemente darle una advertencia? ¿Deberían existir normas más estrictas para el uso de redes sociales por parte de los funcionarios públicos?
Pa’ ponerlos en onda, Zúñiga trabaja como subgerente del Departamento de Participación Ciudadana, imagínate la responsabilidad que tiene. Pero parece que la cabeza le dio un cortocircuito y se puso a defender a Alvarado con uñas y dientes, compartiendo unas cosas bien feas que salieron en una página llamada Oveja Negra CR. Ahí, señores, empezaron los problemas.
La página esa, pa' los que no estén al tanto, ha estado soltando veneno contra Alicia desde que salió el caso. La tildan de busca plata y fama, le dan con todo a sus ideas… ¡Un ambiente tóxico, diay! Y resulta que el señor Zúñiga se apuntó a la fiesta, sin pensar dos veces. Lo peor de todo es que lo hizo en horario laboral, según denuncian algunos compañeros, así que la cosa huele a podrido.
Y claro, la reacción no se hizo esperar. Algunos funcionarios anónimos, porque obviamente tienen razón de temer, le echaron agua fría al asunto. Dijeron que un subgerente del Congreso, un tipo que debería estar promoviendo la participación ciudadana y respetando a todos, no puede andar compartiendo mensajes llenos de odio y violencia de género. ¡Es un papelón, vamos!
Intentamos contactar al señor Zúñiga, pero el mae no contestaba ni el teléfono ni el WhatsApp. Como si se hubiera ido al monte, pura ignorancia. Al parecer, se dio cuenta del maje que había hecho y decidió borrar el reposteo, pero ya era demasiado tarde. Las capturas de pantalla circulan como pólvora en las redes.
Ahora, la diputada Kattia Rivera Soto, del PLN, está exigiendo que investiguen si el señor Zúñiga estaba usando el internet del Congreso para hacer sus travesuras. Y bueno, aunque ya borró la publicación, la cosa no queda ahí. Rivera dice que lo importante es que nadie, mucho menos un candidato a diputado, se preste a revictimizar a una mujer que ya está sufriendo bastante.
La gerencia general del Congreso, encabezada por Karla Granados Brenes, aún no se pronuncia oficialmente. Enviamos algunas preguntas sobre si tienen protocolos para esto, si consideran apropiado que los funcionarios usen las redes sociales de esa manera, y si van a pedirle una explicación al señor Zúñiga. Esperemos que respondan pronto, porque la cosa se está poniendo interesante. Este caso nos recuerda que la política a veces se va de las manos y que la gente olvida que detrás de cada acusación hay personas con sentimientos y vidas rotas.
En fin, una movida bien polémica que pone en evidencia cómo algunos políticos todavía no entienden la importancia del respeto y la empatía. ¿Ustedes creen que deberían despedir al señor Zúñiga por este escándalo, o simplemente darle una advertencia? ¿Deberían existir normas más estrictas para el uso de redes sociales por parte de los funcionarios públicos?