¡Pero qué vaina, raza! Resulta que Pilar Cisneros, la jefa de la fracción oficialista, salió a defender a Arnold Zamora, el ministro de Comunicación acusado de una cosica bien fea. Y lo peor de todo, lo justifica diciendo que solo un 5% de las denuncias por violación terminan en condena. ¡Pero a ver, señora! ¿Eso significa que cualquiera puede andar acusando a diestra y siniestra sin consecuencias?
La jugada es más turbia porque la denuncia vino de un periodista que trabaja precisamente para el Gobierno. Uno se queda pensando: ¿será una estrategia política pa' lavar la imagen del ministro o habrá algo más detrás de toda esta onda?
Cisneros, con toda la calma del mundo, aseguró que Zamora seguirá en su puesto, "para desgracia", según ella, de algunos diputados de la oposición que andan pidiendo su cabeza. Bueno, mija, si van a seguir defendiéndolo así, prepárense porque esto va a escalar todavía más.
"Y al otro diputado que se rasga las vestiduras: poner una denuncia no quiere decir que esa persona sea culpable, ni que haya sido juzgada, ni que haya sido sentenciada. Háganme el favor de decirme cuántas de esas acusaciones terminan en una sentencia de culpabilidad," soltó la diputada, casi como si estuviera leyendo un guion preparado de antemano. ¡Uy, qué defensita!
Recalcó que el Poder Ejecutivo tiene un récord pésimo en cuanto a condenas por agresiones sexuales, y que, según sus cálculos, ni siquiera el 5% llegan a buen término. “Entonces, el hecho de que a uno lo acusen no quiere decir que uno sea culpable del hecho. Y el señor Arnold Zamora sigue siendo ministro de Comunicación,” enfatizó. ¡Con esa lógica, cualquier quien podría hacer lo que se le venga en gana!
Ahora resulta que hay una testigo clave en la investigación. Esta abuelita presenció cómo llevaron a la víctima a una habitación de hotel, pareciera que ya estaba bien mareada por el trago. Según dicen, la encontraron prácticamente indefensa, producto de una intoxicación por licor. ¡Imagínate el susto de la madre cuando llegó a buscarla!
Además, se está investigando una llamada al 9-1-1 hecha por la madre cuando encontró al muchacho en el hotel, y la atención que le dieron los oficiales de la Fuerza Pública. Parece que el periodista había sido citado allí por su jefe directo, prometiéndole unas oportunidades laborales mejores. ¡Otra vez nos salen con el cuento del chamaco prometedor!
Zamora, para colmo, admitió que se reunió con el periodista y que fueron juntos al hotel, hasta se compró unas birras. Niega rotundamente haber cometido el acto, pero el asunto pinta feo, muy feo. Ahora, dígame usted... ¿Cree que la defensa de Cisneros está justificada, o simplemente está tapándole las huellas a un político en problemas? ¿Deberían exigir la renuncia de Zamora mientras se lleva a cabo la investigación, o esperar a que se demuestre su culpabilidad ante un juez?
La jugada es más turbia porque la denuncia vino de un periodista que trabaja precisamente para el Gobierno. Uno se queda pensando: ¿será una estrategia política pa' lavar la imagen del ministro o habrá algo más detrás de toda esta onda?
Cisneros, con toda la calma del mundo, aseguró que Zamora seguirá en su puesto, "para desgracia", según ella, de algunos diputados de la oposición que andan pidiendo su cabeza. Bueno, mija, si van a seguir defendiéndolo así, prepárense porque esto va a escalar todavía más.
"Y al otro diputado que se rasga las vestiduras: poner una denuncia no quiere decir que esa persona sea culpable, ni que haya sido juzgada, ni que haya sido sentenciada. Háganme el favor de decirme cuántas de esas acusaciones terminan en una sentencia de culpabilidad," soltó la diputada, casi como si estuviera leyendo un guion preparado de antemano. ¡Uy, qué defensita!
Recalcó que el Poder Ejecutivo tiene un récord pésimo en cuanto a condenas por agresiones sexuales, y que, según sus cálculos, ni siquiera el 5% llegan a buen término. “Entonces, el hecho de que a uno lo acusen no quiere decir que uno sea culpable del hecho. Y el señor Arnold Zamora sigue siendo ministro de Comunicación,” enfatizó. ¡Con esa lógica, cualquier quien podría hacer lo que se le venga en gana!
Ahora resulta que hay una testigo clave en la investigación. Esta abuelita presenció cómo llevaron a la víctima a una habitación de hotel, pareciera que ya estaba bien mareada por el trago. Según dicen, la encontraron prácticamente indefensa, producto de una intoxicación por licor. ¡Imagínate el susto de la madre cuando llegó a buscarla!
Además, se está investigando una llamada al 9-1-1 hecha por la madre cuando encontró al muchacho en el hotel, y la atención que le dieron los oficiales de la Fuerza Pública. Parece que el periodista había sido citado allí por su jefe directo, prometiéndole unas oportunidades laborales mejores. ¡Otra vez nos salen con el cuento del chamaco prometedor!
Zamora, para colmo, admitió que se reunió con el periodista y que fueron juntos al hotel, hasta se compró unas birras. Niega rotundamente haber cometido el acto, pero el asunto pinta feo, muy feo. Ahora, dígame usted... ¿Cree que la defensa de Cisneros está justificada, o simplemente está tapándole las huellas a un político en problemas? ¿Deberían exigir la renuncia de Zamora mientras se lleva a cabo la investigación, o esperar a que se demuestre su culpabilidad ante un juez?
