¡Buenas tardes, compañeros del Foro! Les traemos una noticia que nos da un respiro, un poquito de aire fresco, porque parece que las cosas van cambiando pa' bien en nuestro país. Según el Ministerio de Salud, los embarazos en adolescentes han disminuido un once por ciento este año, una barbaridad si recordamos cómo estaban las cosas hace unos años. ¡Qué bueno ver estas estadísticas!
Pa' ponerle un poco de contexto, vamos atrás en el tiempo. En 2017, casi el catorce por ciento de todos los bebés que nacían en Costa Rica eran hijos de mamas menores de veinte años. Una vara muy preocupante, eh. Ahora, en 2024, esa cifra ha bajado a apenas ocho coma ocho por ciento. Se nota el esfuerzo que se le ha puesto a este tema, diay.
Las cifras hablan claro: este año se registraron cuatro mil cincuenta y cinco nacimientos en adolescentes, comparado contra los cuatro mil quinientos sesenta reportados el año pasado. Un cambio importante, señores, y eso significa que las políticas públicas y los programas sociales sí están dando sus frutos. ¡Eso es qué chiva!
Ahora, no todo es miel sobre hojuelas, porque San José sigue encabezando la lista con nuevecientos veintiún nacimientos en adolescentes, seguido de Alajuela con ochocientos ochenta y uno, y luego Cartago con cuatrocientos veinticuatro. Demuestra que aún hay zonas donde el problema es más agudo, y ahí tenemos que redoblar esfuerzos, sin lugar a dudas.
Pero, ¿a qué se debe esta disminución? Pues, según el Ministerio de Salud, varios factores están influyendo. Desde el impulso a la educación, pa’ que las jovencitas se queden estudiando y construyan un futuro mejor, hasta programas de apoyo económico como Avancemos del IMAS, o el programa Adolescente Madre del PANI. También cuentan mucho los controles especializados a las mujeres jóvenes desde los CEN-CINAI. Todo esto suma, chunches.
Además, hay iniciativas más amplias como el Plan Estratégico Nacional de Salud de las Personas Adolescentes (PENSPA), que va desde el 2021 hasta el 2030, y el Consejo Interinstitucional de Atención a la Madre Adolescente (CIAMA), que pone especial atención a la región Brunca, el Caribe y Chorotega, que son áreas donde este problema suele ser más latente. ¡Se ven trabajando duro, qué nivel!
Aunque celebremos estos avances, no podemos bajar la guardia ni un poquito. El embarazo adolescente sigue siendo un desafío tremendo, no solo para la salud de la joven, sino también para su desarrollo personal y sus oportunidades educativas. Que se les cierre puertas por quedar embarazadas sería una verdadera torta, ¡qué pena!
En fin, parece que estamos caminando por buen camino, pero todavía queda brete por delante. Así que, compas del Foro, me pregunto: ¿creen que las nuevas generaciones están tomando conciencia del valor de la planificación familiar y la importancia de terminar sus estudios antes de formar una familia?, ¿o debemos seguir invirtiendo fuertemente en programas educativos y de apoyo?
Pa' ponerle un poco de contexto, vamos atrás en el tiempo. En 2017, casi el catorce por ciento de todos los bebés que nacían en Costa Rica eran hijos de mamas menores de veinte años. Una vara muy preocupante, eh. Ahora, en 2024, esa cifra ha bajado a apenas ocho coma ocho por ciento. Se nota el esfuerzo que se le ha puesto a este tema, diay.
Las cifras hablan claro: este año se registraron cuatro mil cincuenta y cinco nacimientos en adolescentes, comparado contra los cuatro mil quinientos sesenta reportados el año pasado. Un cambio importante, señores, y eso significa que las políticas públicas y los programas sociales sí están dando sus frutos. ¡Eso es qué chiva!
Ahora, no todo es miel sobre hojuelas, porque San José sigue encabezando la lista con nuevecientos veintiún nacimientos en adolescentes, seguido de Alajuela con ochocientos ochenta y uno, y luego Cartago con cuatrocientos veinticuatro. Demuestra que aún hay zonas donde el problema es más agudo, y ahí tenemos que redoblar esfuerzos, sin lugar a dudas.
Pero, ¿a qué se debe esta disminución? Pues, según el Ministerio de Salud, varios factores están influyendo. Desde el impulso a la educación, pa’ que las jovencitas se queden estudiando y construyan un futuro mejor, hasta programas de apoyo económico como Avancemos del IMAS, o el programa Adolescente Madre del PANI. También cuentan mucho los controles especializados a las mujeres jóvenes desde los CEN-CINAI. Todo esto suma, chunches.
Además, hay iniciativas más amplias como el Plan Estratégico Nacional de Salud de las Personas Adolescentes (PENSPA), que va desde el 2021 hasta el 2030, y el Consejo Interinstitucional de Atención a la Madre Adolescente (CIAMA), que pone especial atención a la región Brunca, el Caribe y Chorotega, que son áreas donde este problema suele ser más latente. ¡Se ven trabajando duro, qué nivel!
Aunque celebremos estos avances, no podemos bajar la guardia ni un poquito. El embarazo adolescente sigue siendo un desafío tremendo, no solo para la salud de la joven, sino también para su desarrollo personal y sus oportunidades educativas. Que se les cierre puertas por quedar embarazadas sería una verdadera torta, ¡qué pena!
En fin, parece que estamos caminando por buen camino, pero todavía queda brete por delante. Así que, compas del Foro, me pregunto: ¿creen que las nuevas generaciones están tomando conciencia del valor de la planificación familiar y la importancia de terminar sus estudios antes de formar una familia?, ¿o debemos seguir invirtiendo fuertemente en programas educativos y de apoyo?
