¡Ay, papá! Qué torta esta situación del pequeño Leandro. Ya casi dos semanas que este nene de cinco años desapareció tragado por una alcantarilla en Purral de Goicoechea, y ahora las búsquedas llegaron hasta el río Tárcoles. La Cruz Roja ha estado movilizando cuadrillas día y noche, pero parece que la suerte no anda con nosotros en este caso. ¡Qué pena!
Luis Rodríguez Estrada, coordinador operativo nacional de la Cruz Roja, nos explicó cómo han estado buscando. Dice que tienen patrullas revisando cruces entre el Tárcoles y el Virilla, tanto por Alajuela como por otras zonas. Además, drones están peinando la represa de Santa Ana y Puente Mulas. Se nota que no se quedan con nada, vamos, que le están metiendo toda la carnaza.
La verdad, esto es angustiante. Imagínense la madre, Lourdes Mangas, contando cómo sucedió todo mientras regresaban de la guardería bajo un chaparrón tremendo. Con cinco niños agarrados de la mano, bolsos, una sombrilla que no dejaba de enredarse en su cabello... ¡Un brete pa’ cualquier mae! Relató que cuando estaban cruzando la calle, el niño pequeño, de cuatro años, resbaló en un caño, metió el pie y, de repente, ¡zas!, cayó de cabeza y la corriente se lo llevó. ¡Qué sal!
Lourdes intentó salvarlo, pero ya era tarde. El pobre nene rodó hacia la alcantarilla, que estaba rebosando de agua, dificultando muchísimo el rescate. Según los vecinos, la zona siempre ha tenido problemas con el desagüe, así que no es la primera vez que ocurre algo así. Claramente, hay responsabilidades y alguien tiene que asumir la carnaza de esta tragedia. Hay que revisar si hubo descuidos municipales en el mantenimiento de la infraestructura.
Desde el viernes 26 de septiembre, la comunidad entera se ha volcado en la búsqueda. Equipos de rescate, voluntarios, e incluso vecinos, han estado recorriendo ríos, quebradas y alcantarillas. Se han utilizado sonar, perros rastreadores y tecnología de punta, pero hasta ahora nada. El tiempo corre en contra, y aunque no pierden la esperanza, la realidad es dura: cuanto más pasa el tiempo, menores son las posibilidades de encontrar a Leandro con vida. Esta vara se puso bien pesada.
Y hablando de estas cosas, también salió a relucir la polémica alrededor de Kevin Kirby, el muchacho que apareció sin vida en Hatillo 8. ¡Qué carga! El OIJ ya confirmó que es él, y todo el país está consternado por este acto bárbaro. Los amigos dicen que era un chico de buen corazón, que confiaba mucho en la gente, y eso lo hizo víctima de unos criminales despiadados. Es que esto del vecino, mae, a veces te deja sin palabras.
Ahora, volviendo a Leandro, la incertidumbre es palpable. Las familias afectadas viven un infierno, esperando una noticia que podría traerles alegría o, lamentablemente, confirmación de lo peor. La Cruz Roja sigue trabajando incansablemente, revisando cada rincón del Tárcoles, aferrándose a la mínima posibilidad de hallar a este angelito. ¡Esperemos que pronto tengan alguna pista nueva, diay!
Con tanta información circulando y tantos corazones rotos, me pregunto… ¿Qué medidas deberían tomarse urgentemente para evitar que tragedias como ésta vuelvan a ocurrir en nuestras comunidades? ¿Será suficiente con mejorar el sistema de drenaje o necesitamos abordar problemas más profundos relacionados con la seguridad pública y la responsabilidad municipal?
Luis Rodríguez Estrada, coordinador operativo nacional de la Cruz Roja, nos explicó cómo han estado buscando. Dice que tienen patrullas revisando cruces entre el Tárcoles y el Virilla, tanto por Alajuela como por otras zonas. Además, drones están peinando la represa de Santa Ana y Puente Mulas. Se nota que no se quedan con nada, vamos, que le están metiendo toda la carnaza.
La verdad, esto es angustiante. Imagínense la madre, Lourdes Mangas, contando cómo sucedió todo mientras regresaban de la guardería bajo un chaparrón tremendo. Con cinco niños agarrados de la mano, bolsos, una sombrilla que no dejaba de enredarse en su cabello... ¡Un brete pa’ cualquier mae! Relató que cuando estaban cruzando la calle, el niño pequeño, de cuatro años, resbaló en un caño, metió el pie y, de repente, ¡zas!, cayó de cabeza y la corriente se lo llevó. ¡Qué sal!
Lourdes intentó salvarlo, pero ya era tarde. El pobre nene rodó hacia la alcantarilla, que estaba rebosando de agua, dificultando muchísimo el rescate. Según los vecinos, la zona siempre ha tenido problemas con el desagüe, así que no es la primera vez que ocurre algo así. Claramente, hay responsabilidades y alguien tiene que asumir la carnaza de esta tragedia. Hay que revisar si hubo descuidos municipales en el mantenimiento de la infraestructura.
Desde el viernes 26 de septiembre, la comunidad entera se ha volcado en la búsqueda. Equipos de rescate, voluntarios, e incluso vecinos, han estado recorriendo ríos, quebradas y alcantarillas. Se han utilizado sonar, perros rastreadores y tecnología de punta, pero hasta ahora nada. El tiempo corre en contra, y aunque no pierden la esperanza, la realidad es dura: cuanto más pasa el tiempo, menores son las posibilidades de encontrar a Leandro con vida. Esta vara se puso bien pesada.
Y hablando de estas cosas, también salió a relucir la polémica alrededor de Kevin Kirby, el muchacho que apareció sin vida en Hatillo 8. ¡Qué carga! El OIJ ya confirmó que es él, y todo el país está consternado por este acto bárbaro. Los amigos dicen que era un chico de buen corazón, que confiaba mucho en la gente, y eso lo hizo víctima de unos criminales despiadados. Es que esto del vecino, mae, a veces te deja sin palabras.
Ahora, volviendo a Leandro, la incertidumbre es palpable. Las familias afectadas viven un infierno, esperando una noticia que podría traerles alegría o, lamentablemente, confirmación de lo peor. La Cruz Roja sigue trabajando incansablemente, revisando cada rincón del Tárcoles, aferrándose a la mínima posibilidad de hallar a este angelito. ¡Esperemos que pronto tengan alguna pista nueva, diay!
Con tanta información circulando y tantos corazones rotos, me pregunto… ¿Qué medidas deberían tomarse urgentemente para evitar que tragedias como ésta vuelvan a ocurrir en nuestras comunidades? ¿Será suficiente con mejorar el sistema de drenaje o necesitamos abordar problemas más profundos relacionados con la seguridad pública y la responsabilidad municipal?