¡Ay, Dios mío! Esto sí que es una vaina turbia, ¿eh? Las autoridades están reventadas tratando de entender qué pasó en Suretka, Talamanca, donde aparecieron dos personas sin vida en medio de una finca. Una pareja, dicen, y la cosa pinta a envenenamiento. De entrada, te digo, esto huele feísimo.
Todo comenzó el martes pasado, como antes de las siete de la noche, cuando la Cruz Roja recibió el reporte del hallazgo. Una señora de 23 años y un señor de 61, tirados ahí, en medio de la propiedad. Tres días tuvieron que pasar para que los judiciales pudieran levantar los cuerpos y empezar a juntar las piezas de este rompecabezas espeluznante. ¡Qué sal!
Las primeras investigaciones apuntan a que ambos murieron por envenenamiento. Lo que hizo que se encendieran todas las alarmas fueron unas empanadas encontradas en la escena del crimen, que olían horriblemente a químicos. Imagínate el hedor… ¡Una torta! Ya le agarraron la idea a los judiciales de que eso era clave para entender cómo terminaron así de mal.
Y aquí viene lo que da todavía más escalofríos: resulta que la muchacha, Judith Morales Ortiz, estaba embarazada. ¡Imagínate el dolor! Primero murió ella, según cuentan las autoridades, y luego, poco después, falleció el hombre, José Matarrita Obando, también por envenenamiento. Un doble golpe duro, ¿verdad?
Lo raro del caso es que no hay señales de forcejeo. Todo tranquilo, como si nada estuviera pasando. Pero lo que sí llama mucho la atención es que encontraron el celular del señor Matarrita, y pa’ su sorpresa, el mae había estado enviando mensajes de despedida a sus amigos y familiares. Parece que se preparaba para dejarlo todo irse al traste, aunque nadie sabe bien por qué.
Otra cosa que los judiciales pillaron es que el señor Matarrita movió el cuerpo de Judith. La encontraron boca abajo y cubierta con una cobija. ¿Pa' qué hacer eso, mae? Eso solo hace que la cosa se ponga aún más rara. Además, encontraron un maletín lleno de cosas de Matarrita cerca del lugar donde estaban los cuerpos. Parecía que iba a querer escaparse de la zona, diay.
Ahora, la fiscalía y el OIJ están trabajando a toda marcha para aclarar quién o quiénes estuvieron detrás de esta tragedia. Están revisando todos los teléfonos, entrevistando a vecinos, buscando cualquier pista que les pueda ayudar a resolver este caso tan complicado. Es que esto, con Judith embarazada y esos mensajes de despedida, nos queda a todos con un sabor muy amargo. ¡Qué carga!
En fin, un panorama oscuro y lleno de preguntas. Este caso ha sacudido a toda la comunidad de Talamanca y nos deja pensando: ¿Cuál era la relación entre Judith y José? ¿Quién tenía motivos para causarles daño? ¿Escapará el responsable o será descubierto? ¿Creen que la investigación llegará a buen término y justicia será hecha para las familias afectadas?
Todo comenzó el martes pasado, como antes de las siete de la noche, cuando la Cruz Roja recibió el reporte del hallazgo. Una señora de 23 años y un señor de 61, tirados ahí, en medio de la propiedad. Tres días tuvieron que pasar para que los judiciales pudieran levantar los cuerpos y empezar a juntar las piezas de este rompecabezas espeluznante. ¡Qué sal!
Las primeras investigaciones apuntan a que ambos murieron por envenenamiento. Lo que hizo que se encendieran todas las alarmas fueron unas empanadas encontradas en la escena del crimen, que olían horriblemente a químicos. Imagínate el hedor… ¡Una torta! Ya le agarraron la idea a los judiciales de que eso era clave para entender cómo terminaron así de mal.
Y aquí viene lo que da todavía más escalofríos: resulta que la muchacha, Judith Morales Ortiz, estaba embarazada. ¡Imagínate el dolor! Primero murió ella, según cuentan las autoridades, y luego, poco después, falleció el hombre, José Matarrita Obando, también por envenenamiento. Un doble golpe duro, ¿verdad?
Lo raro del caso es que no hay señales de forcejeo. Todo tranquilo, como si nada estuviera pasando. Pero lo que sí llama mucho la atención es que encontraron el celular del señor Matarrita, y pa’ su sorpresa, el mae había estado enviando mensajes de despedida a sus amigos y familiares. Parece que se preparaba para dejarlo todo irse al traste, aunque nadie sabe bien por qué.
Otra cosa que los judiciales pillaron es que el señor Matarrita movió el cuerpo de Judith. La encontraron boca abajo y cubierta con una cobija. ¿Pa' qué hacer eso, mae? Eso solo hace que la cosa se ponga aún más rara. Además, encontraron un maletín lleno de cosas de Matarrita cerca del lugar donde estaban los cuerpos. Parecía que iba a querer escaparse de la zona, diay.
Ahora, la fiscalía y el OIJ están trabajando a toda marcha para aclarar quién o quiénes estuvieron detrás de esta tragedia. Están revisando todos los teléfonos, entrevistando a vecinos, buscando cualquier pista que les pueda ayudar a resolver este caso tan complicado. Es que esto, con Judith embarazada y esos mensajes de despedida, nos queda a todos con un sabor muy amargo. ¡Qué carga!
En fin, un panorama oscuro y lleno de preguntas. Este caso ha sacudido a toda la comunidad de Talamanca y nos deja pensando: ¿Cuál era la relación entre Judith y José? ¿Quién tenía motivos para causarles daño? ¿Escapará el responsable o será descubierto? ¿Creen que la investigación llegará a buen término y justicia será hecha para las familias afectadas?