¡Ay, Dios mío! Quién lo diría, parece sacado de novela… José Villalobos López, alias “El Profe”, el tipo que andaba campante desde 2016 huyendo de la justicia panameña y costarricense, amaneció agarrado por el OIJ en Golfito. Ya van seis ticos requisitados por extradición capturados este año, ¡una barbaridad!
Para refrescarle la memoria a algunos, la movida comenzó allá por el 2016. Villalobos resultó ser parte de una embarcación, la “María de Los Ángeles II”, que fue interceptada en aguas panameñas cargada hasta arriba con 500 paqueteritos de la blanca. Ahí lo pillaron, pero los panas panameños, por alguna razón, le dieron unas medidas cautelares blanditas, lo cual le permitió escaparse y volver para acá, aprovechándose de unos cambiaculos en sus leyes.
Según el OIJ, esta vez sí se aseguró la captura. Randall Zúñiga, el jefe del Organismo, confirmó que la operación fue coordinada con las autoridades panameñas, así que ni modo de esconderse. Ahora Villalobos está en una celda judicial, esperando a ver qué onda con el trámite de extradición. Un brete el que tiene porque ahora sí, la justicia quiere hablar con él.
Y ojo, porque esto no es un caso aislado. Los tribunales costarricenses han tenido que atender cinco solicitudes de extradición contra connacionales en lo que va del año. Esto demuestra que la pesca de peces gordos se intensificó, y que la cooperación entre países para combatir el narcotráfico está dando resultados – aunque a veces tarde demasiado.
Expertos en seguridad dicen que el aumento de estas capturas se debe a varias cosas: más presión internacional contra el narcotráfico, controles fronterizos más estrictos, y también, quizás, a que los capos se les está acabando el chunche. Parece que ya no pueden moverse tan libres como antes. Uno se pregunta, ¿qué tanto dinero habrá movido este señor para estar tanto tiempo escondido?
Este caso sirve para recordarnos que el narcotráfico no discrimina. No importa si eres rico o pobre, abogado o mecánico, si te metes en esas aguas, te vas a meter en un lío tremendo. Y peor aún, estás poniendo en riesgo la seguridad de todos nosotros. ¡Qué pena nacional tener que lidiar con estos tipos!
Mientras tanto, en otros temas, la Asamblea Legislativa acaba de aprobar una ley importantísima sobre la inmunidad presidencial, ¡pero eso es otra vaina! Lo importante ahora es enfocarnos en este caso de Villalobos y esperar a ver qué pasa con la extradición. Si sale libre, seguro vuelven a salir corriendo... ¡una verdadera pesadilla!
Con este nuevo arresto, la lucha contra el narcotráfico se recrudece, y nos deja pensando: ¿Hasta dónde estamos dispuestos a llegar para proteger nuestras fronteras y garantizar la seguridad de nuestros ciudadanos? ¿Creen que la cooperación internacional es suficiente o necesitamos medidas más drásticas para frenar a estos grupos criminales?
Para refrescarle la memoria a algunos, la movida comenzó allá por el 2016. Villalobos resultó ser parte de una embarcación, la “María de Los Ángeles II”, que fue interceptada en aguas panameñas cargada hasta arriba con 500 paqueteritos de la blanca. Ahí lo pillaron, pero los panas panameños, por alguna razón, le dieron unas medidas cautelares blanditas, lo cual le permitió escaparse y volver para acá, aprovechándose de unos cambiaculos en sus leyes.
Según el OIJ, esta vez sí se aseguró la captura. Randall Zúñiga, el jefe del Organismo, confirmó que la operación fue coordinada con las autoridades panameñas, así que ni modo de esconderse. Ahora Villalobos está en una celda judicial, esperando a ver qué onda con el trámite de extradición. Un brete el que tiene porque ahora sí, la justicia quiere hablar con él.
Y ojo, porque esto no es un caso aislado. Los tribunales costarricenses han tenido que atender cinco solicitudes de extradición contra connacionales en lo que va del año. Esto demuestra que la pesca de peces gordos se intensificó, y que la cooperación entre países para combatir el narcotráfico está dando resultados – aunque a veces tarde demasiado.
Expertos en seguridad dicen que el aumento de estas capturas se debe a varias cosas: más presión internacional contra el narcotráfico, controles fronterizos más estrictos, y también, quizás, a que los capos se les está acabando el chunche. Parece que ya no pueden moverse tan libres como antes. Uno se pregunta, ¿qué tanto dinero habrá movido este señor para estar tanto tiempo escondido?
Este caso sirve para recordarnos que el narcotráfico no discrimina. No importa si eres rico o pobre, abogado o mecánico, si te metes en esas aguas, te vas a meter en un lío tremendo. Y peor aún, estás poniendo en riesgo la seguridad de todos nosotros. ¡Qué pena nacional tener que lidiar con estos tipos!
Mientras tanto, en otros temas, la Asamblea Legislativa acaba de aprobar una ley importantísima sobre la inmunidad presidencial, ¡pero eso es otra vaina! Lo importante ahora es enfocarnos en este caso de Villalobos y esperar a ver qué pasa con la extradición. Si sale libre, seguro vuelven a salir corriendo... ¡una verdadera pesadilla!
Con este nuevo arresto, la lucha contra el narcotráfico se recrudece, y nos deja pensando: ¿Hasta dónde estamos dispuestos a llegar para proteger nuestras fronteras y garantizar la seguridad de nuestros ciudadanos? ¿Creen que la cooperación internacional es suficiente o necesitamos medidas más drásticas para frenar a estos grupos criminales?
