¡Ay, Dios mío! Qué bronca, mis panas. El Conassif, pa’lante con los secretos, anda guardándose todos los papeles sobre la movida de los exdirectores del Banco Nacional. Resulta que le pidieron a la Sugef un informe sobre cómo manejaron la situación cuando sacaron a la gente del BN, pero ahora dicen que eso es “confidencial”. ¿Confidencial qué, eh? Parece novela de tele.
La presidenta del Conassif, Yin Leng Hong Monteverde, tuvo que ir a dar explicaciones a unos diputas de la Comisión de Control del Congreso, esos que andan buscando entender qué pasó. Ahí le preguntaron por el informe y ella, con toda la calma del mundo, les dijo que no podía hablar del asunto porque… ¡sorpresa!, es confidencial. Más allá de lo que pueda parecer, esto genera mucha sospecha entre la población. ¿Será que hay algo turbio ahí?
La verdad es que la jugada del Conassif ha levantado ampayas. Las diputadas Dinorah Barquero y Kattia Cambronero, que no se quedan con los brazos cruzados, dijeron que las respuestas de Hong Monteverde eran más bien evasivas. Según ellas, el Conassif parece que está escondiendo la pelota y eso no le gusta ni un poquito a la gente. Imaginen la frustración de querer saber qué está pasando y que te digan 'shhh, es secreto'.
Pa' ponerles un poco de contexto, recuerden que la Junta Directiva salió volando del Banco Nacional el 28 de mayo pasado. Después, Rosaysella Ulloa llegó como gerente general el 3 de septiembre, y desde entonces han salido muchos rumores y especulaciones. Algunos dicen que hubo presión política, otros hablan de malas decisiones financieras... ¡Una vaina! La cosa es que la gente quiere saber la verdad detrás de todo este brete.
Lo que más fastidia es que parece que siempre pasa lo mismo. Uno espera transparencia y honestidad de los funcionarios públicos, pero a veces uno siente que nos toman por tontos. ¿Hasta cuándo vamos a aguantar estas cosas? Esta falta de claridad alimenta la desconfianza en las instituciones y eso no es bueno para nadie. Un país necesita confianza para poder avanzar, diay.
El tema es que esta situación podría complicar aún más las investigaciones que ya están llevando a cabo algunos diputados. Quieren llegar al fondo del asunto y saber si alguien hizo algo indebido. Pero si el Conassif sigue negándose a mostrar la información, será difícil llegar a alguna conclusión clara. Esto se pone más complicado que resolver un acertijo chino, muchachos.
Ahora, entiendan que esto no es solamente un problema del Conassif o del Banco Nacional. Este caso plantea preguntas fundamentales sobre cómo funciona la supervisión financiera en Costa Rica y si realmente estamos protegiendo los intereses de los ahorradores. ¿Es suficiente lo que hace la Sugef? ¿Deberíamos fortalecer los mecanismos de control? Son temas que ameritan una reflexión profunda y una acción contundente, chunches.
En fin, qué pena que así están las cosas. Parece que la transparencia es un lujo que todavía tenemos que conquistar en nuestro país. Ahora, díganme ustedes, ¿creen que el Conassif tiene razón en mantener este informe en secreto o debería hacerlo público para aclarar todas las dudas? ¡Vamos a debatirlo!
La presidenta del Conassif, Yin Leng Hong Monteverde, tuvo que ir a dar explicaciones a unos diputas de la Comisión de Control del Congreso, esos que andan buscando entender qué pasó. Ahí le preguntaron por el informe y ella, con toda la calma del mundo, les dijo que no podía hablar del asunto porque… ¡sorpresa!, es confidencial. Más allá de lo que pueda parecer, esto genera mucha sospecha entre la población. ¿Será que hay algo turbio ahí?
La verdad es que la jugada del Conassif ha levantado ampayas. Las diputadas Dinorah Barquero y Kattia Cambronero, que no se quedan con los brazos cruzados, dijeron que las respuestas de Hong Monteverde eran más bien evasivas. Según ellas, el Conassif parece que está escondiendo la pelota y eso no le gusta ni un poquito a la gente. Imaginen la frustración de querer saber qué está pasando y que te digan 'shhh, es secreto'.
Pa' ponerles un poco de contexto, recuerden que la Junta Directiva salió volando del Banco Nacional el 28 de mayo pasado. Después, Rosaysella Ulloa llegó como gerente general el 3 de septiembre, y desde entonces han salido muchos rumores y especulaciones. Algunos dicen que hubo presión política, otros hablan de malas decisiones financieras... ¡Una vaina! La cosa es que la gente quiere saber la verdad detrás de todo este brete.
Lo que más fastidia es que parece que siempre pasa lo mismo. Uno espera transparencia y honestidad de los funcionarios públicos, pero a veces uno siente que nos toman por tontos. ¿Hasta cuándo vamos a aguantar estas cosas? Esta falta de claridad alimenta la desconfianza en las instituciones y eso no es bueno para nadie. Un país necesita confianza para poder avanzar, diay.
El tema es que esta situación podría complicar aún más las investigaciones que ya están llevando a cabo algunos diputados. Quieren llegar al fondo del asunto y saber si alguien hizo algo indebido. Pero si el Conassif sigue negándose a mostrar la información, será difícil llegar a alguna conclusión clara. Esto se pone más complicado que resolver un acertijo chino, muchachos.
Ahora, entiendan que esto no es solamente un problema del Conassif o del Banco Nacional. Este caso plantea preguntas fundamentales sobre cómo funciona la supervisión financiera en Costa Rica y si realmente estamos protegiendo los intereses de los ahorradores. ¿Es suficiente lo que hace la Sugef? ¿Deberíamos fortalecer los mecanismos de control? Son temas que ameritan una reflexión profunda y una acción contundente, chunches.
En fin, qué pena que así están las cosas. Parece que la transparencia es un lujo que todavía tenemos que conquistar en nuestro país. Ahora, díganme ustedes, ¿creen que el Conassif tiene razón en mantener este informe en secreto o debería hacerlo público para aclarar todas las dudas? ¡Vamos a debatirlo!
