¡Ay, Dios mío! La cosa anduvo tensa estos últimos meses, pero al final, parece que las emisoras de radio y televisión de Costa Rica se salvaron del bajón. El Gobierno le dio una extensión a sus concesiones, así que por ahora, seguiremos escuchando nuestras estaciones favoritas y viendo los telediarios. Pero vamos, esto no es más que un parche, un agarrón para posponer la decisión definitiva.
Como ya saben, estas concesiones vencieron el año pasado y desde entonces hemos ido viendo prorrogas y extensiones mientras esperan aprobar una ley que modernice todo este asunto. La idea es actualizar cómo operan las emisoras y cuánto tienen que pagar por usar esas frecuencias tan valiosas. Han sido meses de incertidumbre y de nervios para los dueños de las emisoras, porque honestamente, ¡qué susto!
Hace unos meses, recuerdo que Rodrigo Chaves, el presidente, soltó la bomba diciendo que si no llegaban a un acuerdo rápido, pues se iban a tener que apagar las antenas. ¡Imagínense la bronca! Por otro lado, el Tribunal Supremo de Elecciones (TSE), sin miedo a nadie, salió a decir que no podían hacer eso porque los medios son fundamentales durante las elecciones. Ahí se vio la diferencia de criterio entre el Poder Ejecutivo y el órgano electoral, ¡un verdadero brete!
La verdad, la tensión era palpable. De hecho, se especulaba mucho sobre qué iba a pasar con Teletica, Repretel y las demás emisoras del país. Mucha gente se preguntaba cuánto iba a pretender cobrar el gobierno por el uso de las frecuencias, y si las empresas estarían dispuestas a pagar esos montones. Era como una telenovela, ¡con todo y cliffhanger!
Y justo cuando todos estaban pensando que la cosa se ponía fea, La Gaceta, como siempre puntual, mandó al aire el decreto 45195-MICITT, que básicamente dice que las concesiones van a seguir funcionando. ¡Respiro profundo para todos! Al menos por ahora, podemos continuar disfrutando de nuestros programas favoritos, aunque sabemos que esto no resuelve el problema de fondo.
Lo importante ahora es entender que esta extensión es temporal. El Congreso tiene que ponerse las pilas y discutir seriamente la nueva legislación. No puede ser que sigamos viviendo con parches y soluciones improvisadas. Necesitamos reglas claras y transparentes que beneficien tanto a las emisoras como al público costarricense. Porque al final, nosotros somos los que pagamos la factura, ¿no?
Además, es crucial analizar cómo esta situación afecta la libertad de prensa y la diversidad de voces en nuestro país. ¿Estamos creando un ambiente donde solo pueden operar aquellas emisoras con más recursos económicos? ¿Estamos limitando la posibilidad de que surjan nuevos proyectos periodísticos innovadores? Son preguntas difíciles, pero necesarias para garantizar un medio de comunicación sano y plural.
En fin, la pelota está en la cancha del Congreso. Tenemos que exigirles que hagan bien su trabajo y aprueben una ley que sea justa, equitativa y que proteja el interés público. Ahora me pregunto, ¿creen que el Congreso aprovechará esta oportunidad para realmente modernizar el sector mediático, o simplemente seguirán postergando la decisión, dejándonos en esta cuerda floja?
Como ya saben, estas concesiones vencieron el año pasado y desde entonces hemos ido viendo prorrogas y extensiones mientras esperan aprobar una ley que modernice todo este asunto. La idea es actualizar cómo operan las emisoras y cuánto tienen que pagar por usar esas frecuencias tan valiosas. Han sido meses de incertidumbre y de nervios para los dueños de las emisoras, porque honestamente, ¡qué susto!
Hace unos meses, recuerdo que Rodrigo Chaves, el presidente, soltó la bomba diciendo que si no llegaban a un acuerdo rápido, pues se iban a tener que apagar las antenas. ¡Imagínense la bronca! Por otro lado, el Tribunal Supremo de Elecciones (TSE), sin miedo a nadie, salió a decir que no podían hacer eso porque los medios son fundamentales durante las elecciones. Ahí se vio la diferencia de criterio entre el Poder Ejecutivo y el órgano electoral, ¡un verdadero brete!
La verdad, la tensión era palpable. De hecho, se especulaba mucho sobre qué iba a pasar con Teletica, Repretel y las demás emisoras del país. Mucha gente se preguntaba cuánto iba a pretender cobrar el gobierno por el uso de las frecuencias, y si las empresas estarían dispuestas a pagar esos montones. Era como una telenovela, ¡con todo y cliffhanger!
Y justo cuando todos estaban pensando que la cosa se ponía fea, La Gaceta, como siempre puntual, mandó al aire el decreto 45195-MICITT, que básicamente dice que las concesiones van a seguir funcionando. ¡Respiro profundo para todos! Al menos por ahora, podemos continuar disfrutando de nuestros programas favoritos, aunque sabemos que esto no resuelve el problema de fondo.
Lo importante ahora es entender que esta extensión es temporal. El Congreso tiene que ponerse las pilas y discutir seriamente la nueva legislación. No puede ser que sigamos viviendo con parches y soluciones improvisadas. Necesitamos reglas claras y transparentes que beneficien tanto a las emisoras como al público costarricense. Porque al final, nosotros somos los que pagamos la factura, ¿no?
Además, es crucial analizar cómo esta situación afecta la libertad de prensa y la diversidad de voces en nuestro país. ¿Estamos creando un ambiente donde solo pueden operar aquellas emisoras con más recursos económicos? ¿Estamos limitando la posibilidad de que surjan nuevos proyectos periodísticos innovadores? Son preguntas difíciles, pero necesarias para garantizar un medio de comunicación sano y plural.
En fin, la pelota está en la cancha del Congreso. Tenemos que exigirles que hagan bien su trabajo y aprueben una ley que sea justa, equitativa y que proteja el interés público. Ahora me pregunto, ¿creen que el Congreso aprovechará esta oportunidad para realmente modernizar el sector mediático, o simplemente seguirán postergando la decisión, dejándonos en esta cuerda floja?