Bueno, pues mijo, aquí estamos otra vez hablando del desempleo en Costa Rica. El INEC soltó sus números de agosto del 2025 y, aparentemente, la cosa no ha cambiado mucho. Un 6% de desempleo, dicen... igual que hace un año. Pero ojo, que ahí hay más detrás de eso, y no solo porque nos quieran vender la moto de que todo está bien.
Si nos metemos a los números, vemos que tenemos alrededor de 137.000 personas buscando chamba, y unos 2.16 millones trabajando. Suena bien a primera vista, pero si le echamos lupa a quiénes son esos trabajadores, la cosa cambia. Tenemos un porcentaje altísimo de informalidad, un 37,4%, que significa que casi cuatro de cada diez personas que trabajan no tienen ningún tipo de seguridad social ni derechos laborales. ¡Una torta!
Lo interesante es que sí hubo una bajada estadística importante en el número de desempleados comparado con el año anterior – unas 25.000 personas menos. Eso da esperanzas, claro, pero también nos obliga a preguntarnos: ¿por qué? ¿Es porque la economía realmente se está recuperando o simplemente porque mucha gente ya se resignó a buscar trabajo en la informalidad?
Y hablando de diferencias, fíjate que el desempleo es más alto entre las mujeres (6.9%) que entre los hombres (5.4%). Ese brete siempre vuelve a aparecer, diay. Se supone que estamos avanzando hacia la igualdad, pero todavía hay mucho camino por recorrer. Hay que preguntarse por qué las oportunidades siguen siendo desiguales, y cómo podemos empoderar económicamente a las mujeres de nuestro país.
Otro dato que me llamó la atención es la tasa de participación laboral: solo el 54% de la población está activa, buscando trabajo o trabajando. En los hombres llega al 66.1%, pero en las mujeres apenas al 41.9%. ¡Qué carga! Algo anda mal si casi la mitad de las mujeres no participa en el mercado laboral. ¿Miedo a salir a buscar trabajo? ¿Falta de opciones? ¿Responsabilidades familiares abrumadoras?
Si miramos dónde se concentran los trabajos, seguimos viendo las mismas ramas de siempre: comercio, reparación, educación y salud, e industria manufacturera. No veo muchas innovaciones, muchas áreas nuevas que estén creando empleos de calidad. Necesitamos que nuestros jóvenes piensen fuera de la caja, busquen oportunidades en sectores emergentes y emprendan proyectos propios. El país necesita nuevos motores económicos, señores.
Ahora, hablemos de la informalidad. Casi el 40% de los trabajadores están en la sombra, sin contrato, sin seguridad social, sin derechos. Esto no solo les afecta a ellos, sino a todos nosotros. Porque al final, menos gente contribuyendo a la Caja Costarricense de Seguro Social significa menos recursos para la salud, la pensión y otras necesidades básicas. Además, fomenta la competencia desleal y perjudica a las empresas formales que cumplen con todas las leyes.
En fin, mijos, parece que el desempleo en Costa Rica se ha estabilizado, pero la informalidad sigue siendo una amenaza latente. Tenemos que seguir trabajando duro, buscando soluciones creativas y apostando por un futuro más justo y equitativo para todos. Pero dime tú, ¿crees que estas cifras reflejan la realidad que vivimos día a día, o simplemente son números fríos que no cuentan toda la historia? ¿Qué medidas crees que deberíamos implementar desde el gobierno y desde la sociedad civil para reducir el desempleo y combatir la informalidad en Costa Rica?
Si nos metemos a los números, vemos que tenemos alrededor de 137.000 personas buscando chamba, y unos 2.16 millones trabajando. Suena bien a primera vista, pero si le echamos lupa a quiénes son esos trabajadores, la cosa cambia. Tenemos un porcentaje altísimo de informalidad, un 37,4%, que significa que casi cuatro de cada diez personas que trabajan no tienen ningún tipo de seguridad social ni derechos laborales. ¡Una torta!
Lo interesante es que sí hubo una bajada estadística importante en el número de desempleados comparado con el año anterior – unas 25.000 personas menos. Eso da esperanzas, claro, pero también nos obliga a preguntarnos: ¿por qué? ¿Es porque la economía realmente se está recuperando o simplemente porque mucha gente ya se resignó a buscar trabajo en la informalidad?
Y hablando de diferencias, fíjate que el desempleo es más alto entre las mujeres (6.9%) que entre los hombres (5.4%). Ese brete siempre vuelve a aparecer, diay. Se supone que estamos avanzando hacia la igualdad, pero todavía hay mucho camino por recorrer. Hay que preguntarse por qué las oportunidades siguen siendo desiguales, y cómo podemos empoderar económicamente a las mujeres de nuestro país.
Otro dato que me llamó la atención es la tasa de participación laboral: solo el 54% de la población está activa, buscando trabajo o trabajando. En los hombres llega al 66.1%, pero en las mujeres apenas al 41.9%. ¡Qué carga! Algo anda mal si casi la mitad de las mujeres no participa en el mercado laboral. ¿Miedo a salir a buscar trabajo? ¿Falta de opciones? ¿Responsabilidades familiares abrumadoras?
Si miramos dónde se concentran los trabajos, seguimos viendo las mismas ramas de siempre: comercio, reparación, educación y salud, e industria manufacturera. No veo muchas innovaciones, muchas áreas nuevas que estén creando empleos de calidad. Necesitamos que nuestros jóvenes piensen fuera de la caja, busquen oportunidades en sectores emergentes y emprendan proyectos propios. El país necesita nuevos motores económicos, señores.
Ahora, hablemos de la informalidad. Casi el 40% de los trabajadores están en la sombra, sin contrato, sin seguridad social, sin derechos. Esto no solo les afecta a ellos, sino a todos nosotros. Porque al final, menos gente contribuyendo a la Caja Costarricense de Seguro Social significa menos recursos para la salud, la pensión y otras necesidades básicas. Además, fomenta la competencia desleal y perjudica a las empresas formales que cumplen con todas las leyes.
En fin, mijos, parece que el desempleo en Costa Rica se ha estabilizado, pero la informalidad sigue siendo una amenaza latente. Tenemos que seguir trabajando duro, buscando soluciones creativas y apostando por un futuro más justo y equitativo para todos. Pero dime tú, ¿crees que estas cifras reflejan la realidad que vivimos día a día, o simplemente son números fríos que no cuentan toda la historia? ¿Qué medidas crees que deberíamos implementar desde el gobierno y desde la sociedad civil para reducir el desempleo y combatir la informalidad en Costa Rica?