En un esfuerzo por posicionar a Costa Rica como un líder regional en la industria de semiconductores, un reciente estudio encabezado por la Fundación CRUSA, en colaboración con el Tecnológico de Costa Rica (TEC) y otras entidades académicas y empresariales, ha revelado la hoja de ruta para la articulación entre universidades y empresas. Este estudio, que involucró a 55 expertos de nueve universidades y ocho empresas multinacionales, busca identificar las brechas entre la demanda de talento humano por parte de la industria y la oferta de formación académica disponible en el país.
La motivación detrás de este estudio radica en la creciente demanda global de semiconductores y las oportunidades emergentes derivadas de legislaciones como el Chips Act en Estados Unidos y Europa, que buscan diversificar y asegurar las cadenas de suministro de esta tecnología crucial. Costa Rica, con su mano de obra calificada, está bien posicionada para aprovechar estas oportunidades, siempre y cuando pueda ajustar y mejorar su sistema de formación educativa para satisfacer las necesidades específicas de la industria.
El estudio detalla varias áreas críticas donde existen brechas significativas. En el área de ensamble y empaque, por ejemplo, solo se cubre alrededor del 50% de las habilidades técnicas demandadas por las empresas, mientras que en diseño y prueba la cobertura alcanza el 60%. Además, se señala la necesidad de mejorar la accesibilidad a la formación técnica, que actualmente está mayormente disponible solo para estudiantes regulares de carreras de ingeniería. También se destaca la importancia de incrementar la profundidad de la enseñanza en conocimientos complejos y ofrecer más opciones de formación continua.
Para abordar estas brechas, el estudio propone varias líneas de acción. Primero, la creación de colaboraciones estratégicas entre universidades, centros de formación técnica y empresas del sector de semiconductores, para desarrollar programas educativos y de formación continua que respondan a las necesidades del mercado laboral. Esto podría incluir programas de pasantías, formación dual y proyectos conjuntos de investigación y desarrollo. La colaboración internacional también se ve como un factor clave para la transferencia de conocimientos y tecnologías avanzadas.
Otra propuesta significativa es la implementación de especializaciones y certificaciones mediante cursos intensivos, programas de becas y atracción de talento especializado a corto plazo. Esto se complementaría con la creación de un laboratorio compartido de alta tecnología para impulsar la investigación y el desarrollo en el área de semiconductores.
El estudio también destaca la importancia de mejorar las habilidades blandas, como el manejo del inglés, que es fundamental para la integración efectiva de la mano de obra costarricense en la industria global de semiconductores. En este sentido, se propone una serie de iniciativas a nivel país para atraer más estudiantes a las carreras STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas), fortalecer las habilidades blandas y promover el aprendizaje del inglés desde etapas tempranas de la educación.
El resultado de este estudio no solo evidencia las áreas de mejora, sino que también subraya las oportunidades de crecimiento económico y generación de empleos de alta calidad que la industria de semiconductores podría traer a Costa Rica. Los actores involucrados, tanto del sector académico como empresarial, han manifestado su compromiso para trabajar conjuntamente y realizar los ajustes necesarios para cerrar las brechas identificadas y avanzar en la consolidación de Costa Rica como un hub regional de semiconductores.
Este esfuerzo colaborativo entre la academia y la industria refleja una visión compartida para el desarrollo del país, apostando por la innovación y la adaptación continua a las demandas del mercado global.
Con estas acciones, Costa Rica está en camino de fortalecer su posición en la cadena global de suministros de semiconductores, aprovechando su capital humano y sus capacidades tecnológicas para generar un impacto significativo en el crecimiento económico y la competitividad del país en esta industria estratégica.
La motivación detrás de este estudio radica en la creciente demanda global de semiconductores y las oportunidades emergentes derivadas de legislaciones como el Chips Act en Estados Unidos y Europa, que buscan diversificar y asegurar las cadenas de suministro de esta tecnología crucial. Costa Rica, con su mano de obra calificada, está bien posicionada para aprovechar estas oportunidades, siempre y cuando pueda ajustar y mejorar su sistema de formación educativa para satisfacer las necesidades específicas de la industria.
El estudio detalla varias áreas críticas donde existen brechas significativas. En el área de ensamble y empaque, por ejemplo, solo se cubre alrededor del 50% de las habilidades técnicas demandadas por las empresas, mientras que en diseño y prueba la cobertura alcanza el 60%. Además, se señala la necesidad de mejorar la accesibilidad a la formación técnica, que actualmente está mayormente disponible solo para estudiantes regulares de carreras de ingeniería. También se destaca la importancia de incrementar la profundidad de la enseñanza en conocimientos complejos y ofrecer más opciones de formación continua.
Para abordar estas brechas, el estudio propone varias líneas de acción. Primero, la creación de colaboraciones estratégicas entre universidades, centros de formación técnica y empresas del sector de semiconductores, para desarrollar programas educativos y de formación continua que respondan a las necesidades del mercado laboral. Esto podría incluir programas de pasantías, formación dual y proyectos conjuntos de investigación y desarrollo. La colaboración internacional también se ve como un factor clave para la transferencia de conocimientos y tecnologías avanzadas.
Otra propuesta significativa es la implementación de especializaciones y certificaciones mediante cursos intensivos, programas de becas y atracción de talento especializado a corto plazo. Esto se complementaría con la creación de un laboratorio compartido de alta tecnología para impulsar la investigación y el desarrollo en el área de semiconductores.
El estudio también destaca la importancia de mejorar las habilidades blandas, como el manejo del inglés, que es fundamental para la integración efectiva de la mano de obra costarricense en la industria global de semiconductores. En este sentido, se propone una serie de iniciativas a nivel país para atraer más estudiantes a las carreras STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas), fortalecer las habilidades blandas y promover el aprendizaje del inglés desde etapas tempranas de la educación.
El resultado de este estudio no solo evidencia las áreas de mejora, sino que también subraya las oportunidades de crecimiento económico y generación de empleos de alta calidad que la industria de semiconductores podría traer a Costa Rica. Los actores involucrados, tanto del sector académico como empresarial, han manifestado su compromiso para trabajar conjuntamente y realizar los ajustes necesarios para cerrar las brechas identificadas y avanzar en la consolidación de Costa Rica como un hub regional de semiconductores.
Este esfuerzo colaborativo entre la academia y la industria refleja una visión compartida para el desarrollo del país, apostando por la innovación y la adaptación continua a las demandas del mercado global.
Con estas acciones, Costa Rica está en camino de fortalecer su posición en la cadena global de suministros de semiconductores, aprovechando su capital humano y sus capacidades tecnológicas para generar un impacto significativo en el crecimiento económico y la competitividad del país en esta industria estratégica.
