El lavado de manos, una tarea tan simple que hasta un niño podría hacerlo. Y, de hecho, los niños lo hacen. Pero parece que para algunos adultos, especialmente aquellos que no se lavan ni después de ir a hacer sus necesidades, esta acción sigue siendo un misterio incomprensible.
Vamos, ¿qué más hace falta?
¿Una sirena que grite "¡Lávate las manos, cochino!" cada vez que sale del baño con los dedos cargados de gérmenes?
La verdad es que, si no le importa tener las manos llenas de bacterias después de usar el baño, entonces tal vez el problema es más profundo de lo que parece.
El lavado de manos con agua y jabón es una de las maneras más simples y efectivas de prevenir enfermedades. Así lo dicen los expertos y hasta las abuelitas. En el marco del Día Mundial del Lavado de Manos, los especialistas nos recuerdan una vez más, como un disco rayado, que el lavado de manos es esencial para proteger la salud propia y la de quienes nos rodean.
La Dra. Elenita Ramírez Salas, experta en epidemiología, subraya que el lavado de manos es la defensa básica contra virus y bacterias. Es el verdadero superhéroe del día a día, capaz de reducir significativamente el riesgo de infecciones respiratorias y enfermedades diarreicas, esas que nos tienen corriendo al médico cada dos por tres. ¿Y sabe qué? Los más afectados siempre son los más vulnerables: los niños, los adultos mayores y las personas con condiciones de riesgo. Pero claro, para los que no se lavan las manos, la lógica parece ser: "que se preocupen otros".
El lavado de manos es una de las acciones más simples, pero también de las más ignoradas. Hay gente que parece creer que los gérmenes son una leyenda urbana, algo digno de una película de ciencia ficción. Pues no, señores, los microbios están ahí, invisibles pero poderosos, listos para meterse en su organismo y hacer de las suyas. Si usted es de los que sale del baño directo a la mesa sin pasar por el lavabo, le sugiero que replantee sus decisiones de vida. Al menos tenga la decencia de no compartir comida con nadie más.
No se trata solo de enjabonarse y seguir con el día. No, el lavado de manos correcto es un acto de humanidad, una muestra de consideración por el prójimo. Además, ¿quién quiere andar por ahí tocando picaportes y comidas con las manos llenas de microbios? ¡Qué asco! Si aún no se convence de ser un poco más limpio, tal vez necesite reflexionar sobre el hecho de que cada superficie que toque se convierte en un arma bacteriológica.
¿Cuándo es esencial el lavado de manos?
Pasos para un correcto lavado de manos:
¿De verdad es tan difícil?
Antes de meterse un bocado a la boca o preparar alimentos, las manos deben estar limpias. Y no hablamos de una limpieza superficial, hablamos de al menos 30 segundos de frotado entre dedos, palmas, dorso, uñas y muñecas. Claro, para algunos, esos 30 segundos son un sacrificio enorme. Pero, sinceramente, si no puede dedicarle 30 segundos a evitar que los gérmenes campen a sus anchas, tal vez debería replantearse sus prioridades.
Situaciones donde el lavado de manos es imprescindible sobran. Después de ir al baño, cambiar pañales o estar en contacto con animales, el lavado es obligado. Sin embargo, mucha gente olvida hacerlo tras manejar dinero, regresar a casa luego de haber estado en la calle o después de estornudar. Todos estos momentos son críticos, pero suelen ser ignorados. ¿De verdad quiere invitar a todos esos microbios a su organismo? ¿Es tan complicado ser limpio?
Además de prevenir enfermedades diarreicas, esta práctica es clave para proteger las vías respiratorias. ¡Increíblemente simple y efectivo! Pero parece que mucha gente prefiere jugársela. Según la Organización Mundial de la Salud, un correcto lavado de manos podría prevenir una de cada cinco infecciones respiratorias y una de cada tres enfermedades diarreicas. ¿Le gustaría reducir sus visitas al médico? Tal vez el lavado de manos sea la respuesta. ¡Un sueño hecho realidad!
Pero no basta con enjuagar las manos rápidamente y salir del paso. El proceso correcto de lavado implica mojarse las manos, aplicar jabón, frotar todas las áreas durante al menos 20 a 30 segundos y enjuagar con abundante agua. Y secarse bien, que no se le olvide. Porque las manos húmedas son un imán para los gérmenes. Y no, no vale simplemente echar un poco de alcohol en gel cuando las manos están visiblemente sucias. Agua y jabón, siempre.
Así que, antes de seguir poniendo en riesgo su salud y la de los demás, reflexione: ¿realmente el lavado de manos es tan difícil? A veces lo más básico es lo más poderoso. Tal vez el verdadero problema es que somos demasiado cochinos para admitirlo.
El lavado de manos no es opcional, ni debe tomarse a la ligera. Este pequeño hábito, practicado en los momentos adecuados, podría marcar la diferencia entre una vida saludable y una enfermedad innecesaria. Y si aún no lo hace, quizá es momento de preguntarse: ¿qué tan difícil es realmente ser limpio?
Vamos, ¿qué más hace falta?
¿Una sirena que grite "¡Lávate las manos, cochino!" cada vez que sale del baño con los dedos cargados de gérmenes?
La verdad es que, si no le importa tener las manos llenas de bacterias después de usar el baño, entonces tal vez el problema es más profundo de lo que parece.
El lavado de manos con agua y jabón es una de las maneras más simples y efectivas de prevenir enfermedades. Así lo dicen los expertos y hasta las abuelitas. En el marco del Día Mundial del Lavado de Manos, los especialistas nos recuerdan una vez más, como un disco rayado, que el lavado de manos es esencial para proteger la salud propia y la de quienes nos rodean.
La Dra. Elenita Ramírez Salas, experta en epidemiología, subraya que el lavado de manos es la defensa básica contra virus y bacterias. Es el verdadero superhéroe del día a día, capaz de reducir significativamente el riesgo de infecciones respiratorias y enfermedades diarreicas, esas que nos tienen corriendo al médico cada dos por tres. ¿Y sabe qué? Los más afectados siempre son los más vulnerables: los niños, los adultos mayores y las personas con condiciones de riesgo. Pero claro, para los que no se lavan las manos, la lógica parece ser: "que se preocupen otros".
El lavado de manos es una de las acciones más simples, pero también de las más ignoradas. Hay gente que parece creer que los gérmenes son una leyenda urbana, algo digno de una película de ciencia ficción. Pues no, señores, los microbios están ahí, invisibles pero poderosos, listos para meterse en su organismo y hacer de las suyas. Si usted es de los que sale del baño directo a la mesa sin pasar por el lavabo, le sugiero que replantee sus decisiones de vida. Al menos tenga la decencia de no compartir comida con nadie más.
No se trata solo de enjabonarse y seguir con el día. No, el lavado de manos correcto es un acto de humanidad, una muestra de consideración por el prójimo. Además, ¿quién quiere andar por ahí tocando picaportes y comidas con las manos llenas de microbios? ¡Qué asco! Si aún no se convence de ser un poco más limpio, tal vez necesite reflexionar sobre el hecho de que cada superficie que toque se convierte en un arma bacteriológica.
¿Cuándo es esencial el lavado de manos?
- Antes de preparar o consumir alimentos (sí, eso incluye picar una fruta, cochino).
- Después de ir al baño (obvio, ¿o no?).
- Antes y después de cambiar pañales (no solo por el bebé, sino por usted también).
- Al llegar a casa o tras diversas actividades (¿quién sabe qué agarró en el bus?).
- Antes y después de tocarse los ojos, nariz o boca (evite que los microbios hagan fiesta).
- Después de manejar dinero (sí, los billetes también son un foco infeccioso).
- ¡Antes y después de introducir sus dedos en una vagina o en un ano!
Pasos para un correcto lavado de manos:
- Retire anillos y accesorios (esos son escondites de bacterias).
- Moje las manos y aplique jabón (sin miedo, el jabón no muerde).
- Frote durante 30 segundos, cubriendo todas las áreas (sí, todas, nada de lavarse a medias).
- Enjuague bien con agua (y asegúrese de que no quede jabón).
- Seque con una toalla desechable (porque dejar las manos húmedas es casi tan malo como no lavarlas).
¿De verdad es tan difícil?
Antes de meterse un bocado a la boca o preparar alimentos, las manos deben estar limpias. Y no hablamos de una limpieza superficial, hablamos de al menos 30 segundos de frotado entre dedos, palmas, dorso, uñas y muñecas. Claro, para algunos, esos 30 segundos son un sacrificio enorme. Pero, sinceramente, si no puede dedicarle 30 segundos a evitar que los gérmenes campen a sus anchas, tal vez debería replantearse sus prioridades.
Situaciones donde el lavado de manos es imprescindible sobran. Después de ir al baño, cambiar pañales o estar en contacto con animales, el lavado es obligado. Sin embargo, mucha gente olvida hacerlo tras manejar dinero, regresar a casa luego de haber estado en la calle o después de estornudar. Todos estos momentos son críticos, pero suelen ser ignorados. ¿De verdad quiere invitar a todos esos microbios a su organismo? ¿Es tan complicado ser limpio?
Además de prevenir enfermedades diarreicas, esta práctica es clave para proteger las vías respiratorias. ¡Increíblemente simple y efectivo! Pero parece que mucha gente prefiere jugársela. Según la Organización Mundial de la Salud, un correcto lavado de manos podría prevenir una de cada cinco infecciones respiratorias y una de cada tres enfermedades diarreicas. ¿Le gustaría reducir sus visitas al médico? Tal vez el lavado de manos sea la respuesta. ¡Un sueño hecho realidad!
Pero no basta con enjuagar las manos rápidamente y salir del paso. El proceso correcto de lavado implica mojarse las manos, aplicar jabón, frotar todas las áreas durante al menos 20 a 30 segundos y enjuagar con abundante agua. Y secarse bien, que no se le olvide. Porque las manos húmedas son un imán para los gérmenes. Y no, no vale simplemente echar un poco de alcohol en gel cuando las manos están visiblemente sucias. Agua y jabón, siempre.
Así que, antes de seguir poniendo en riesgo su salud y la de los demás, reflexione: ¿realmente el lavado de manos es tan difícil? A veces lo más básico es lo más poderoso. Tal vez el verdadero problema es que somos demasiado cochinos para admitirlo.
El lavado de manos no es opcional, ni debe tomarse a la ligera. Este pequeño hábito, practicado en los momentos adecuados, podría marcar la diferencia entre una vida saludable y una enfermedad innecesaria. Y si aún no lo hace, quizá es momento de preguntarse: ¿qué tan difícil es realmente ser limpio?