Maes, a veces uno lee varas que parecen sacadas de una película de Netflix, pero esta es de terror y pasó aquí nomás, en nuestra pequeña Suiza Centroamericana. Resulta que un hombre de apellido Saborío, oriundo de Escazú, montó un chiringuito que prometía hacer millonaria a la gente y, ¡sorpresa!, parece que el único que se forró fue él. Ahora el mae está desaparecido del mapa, la Fiscalía lo investiga por una supuesta estafa piramidal y aquí quedó un despiche de proporciones épicas, con un montón de gente que vio sus ahorros irse al traste.
La carnada era la de siempre, pero con esteroides 2.0. El discurso era una mezcla de todo lo que suena a futuro y a plata fácil: inteligencia artificial, apuestas deportivas, criptomonedas, forex y hasta piedras preciosas. ¡Qué nivel de cuento! Saborío organizaba reuniones en hoteles de lujo en Chepe, donde le vendía a la gente el sueño de obtener hasta un 240% de ganancias anuales. Diay, para que se hagan una idea, el mismísimo Warren Buffet, que es un carga en el mundo de las inversiones, con custo saca un 20% al año. Si la vara que ofrecía este mae fuera cierta, estaría en Wall Street, no pidiéndole la plata del aguinaldo a la gente en un hotel de La Sabana.
Pero como en toda buena historia de estafa, el protagonista hizo su gran acto de magia: desaparecer. Según Migración y Extranjería, Saborío jaló para Panamá el 13 de abril de 2024 y oficialmente nunca regresó. ¡Qué torta! Justo cuando la gente empezó a mosquearse porque los “retornos de inversión” dejaron de llegar, el mae ya iba volando. El perjuicio económico, solo contando a las 40 personas que se atrevieron a denunciar, ya suma $2.4 millones de dólares. Pero la hablada es que podrían ser hasta 600 víctimas en el país, sin contar las operaciones que tenía en México y Panamá. ¡Imaginen la cantidad de plata! Es para sentarse a llorar.
El abogado penalista Julio Córdoba, que está viendo el caso, lo explica clarito: esto es un esquema Ponzi de manual. La “ganancia” de los primeros inversionistas no sale de ningún negocio legítimo, sino de la plata que meten los nuevos que van cayendo en la trampa. Cuando deja de entrar gente o cuando muchos piden su capital de vuelta, toda la pirámide se derrumba como un castillo de naipes. Córdoba es enfático con las víctimas: hay que romper el silencio. Creerle al estafador que con un “nuevo proyecto” van a recuperar la plata es el peor error. Ese dinero ya se perdió, y lo que toca es poner la denuncia para que, por lo menos, la justicia haga su brete.
Al final, esta historia nos deja un sabor amargo y una lección que como país nos negamos a aprender. La falta de educación financiera nos hace un blanco fácil para estos encantadores de serpientes. Promesas de riqueza rápida y sin esfuerzo casi siempre terminan en un desastre. Por ahora, el medio CRHoy intentó contactar a Saborío y a su supuesto abogado por WhatsApp, pero como era de esperarse, los dejaron en visto. La Fiscalía de Pavas confirmó que la investigación está en curso, pero no pueden soltar más detalles. Mientras tanto, el mago de Escazú probablemente está en una playa tomándose un cóctel con la plata de cientos de ticos. ¡Qué sal! Y ahora les pregunto a ustedes, maes del foro: **¿Qué creen que se debería hacer en el país para evitar que la gente siga cayendo en estas varas? ¿Es un tema de educación, de malicia o simplemente de desesperación?**
La carnada era la de siempre, pero con esteroides 2.0. El discurso era una mezcla de todo lo que suena a futuro y a plata fácil: inteligencia artificial, apuestas deportivas, criptomonedas, forex y hasta piedras preciosas. ¡Qué nivel de cuento! Saborío organizaba reuniones en hoteles de lujo en Chepe, donde le vendía a la gente el sueño de obtener hasta un 240% de ganancias anuales. Diay, para que se hagan una idea, el mismísimo Warren Buffet, que es un carga en el mundo de las inversiones, con custo saca un 20% al año. Si la vara que ofrecía este mae fuera cierta, estaría en Wall Street, no pidiéndole la plata del aguinaldo a la gente en un hotel de La Sabana.
Pero como en toda buena historia de estafa, el protagonista hizo su gran acto de magia: desaparecer. Según Migración y Extranjería, Saborío jaló para Panamá el 13 de abril de 2024 y oficialmente nunca regresó. ¡Qué torta! Justo cuando la gente empezó a mosquearse porque los “retornos de inversión” dejaron de llegar, el mae ya iba volando. El perjuicio económico, solo contando a las 40 personas que se atrevieron a denunciar, ya suma $2.4 millones de dólares. Pero la hablada es que podrían ser hasta 600 víctimas en el país, sin contar las operaciones que tenía en México y Panamá. ¡Imaginen la cantidad de plata! Es para sentarse a llorar.
El abogado penalista Julio Córdoba, que está viendo el caso, lo explica clarito: esto es un esquema Ponzi de manual. La “ganancia” de los primeros inversionistas no sale de ningún negocio legítimo, sino de la plata que meten los nuevos que van cayendo en la trampa. Cuando deja de entrar gente o cuando muchos piden su capital de vuelta, toda la pirámide se derrumba como un castillo de naipes. Córdoba es enfático con las víctimas: hay que romper el silencio. Creerle al estafador que con un “nuevo proyecto” van a recuperar la plata es el peor error. Ese dinero ya se perdió, y lo que toca es poner la denuncia para que, por lo menos, la justicia haga su brete.
Al final, esta historia nos deja un sabor amargo y una lección que como país nos negamos a aprender. La falta de educación financiera nos hace un blanco fácil para estos encantadores de serpientes. Promesas de riqueza rápida y sin esfuerzo casi siempre terminan en un desastre. Por ahora, el medio CRHoy intentó contactar a Saborío y a su supuesto abogado por WhatsApp, pero como era de esperarse, los dejaron en visto. La Fiscalía de Pavas confirmó que la investigación está en curso, pero no pueden soltar más detalles. Mientras tanto, el mago de Escazú probablemente está en una playa tomándose un cóctel con la plata de cientos de ticos. ¡Qué sal! Y ahora les pregunto a ustedes, maes del foro: **¿Qué creen que se debería hacer en el país para evitar que la gente siga cayendo en estas varas? ¿Es un tema de educación, de malicia o simplemente de desesperación?**
