¡Ay, Dios mío, qué torta! El país entero está temblando con esta bomba que acaba de explotar. Resulta que Amelia Rueda, ese medio que siempre anda buscando la primicia, liberó la declaración de una señora que denunciona al mismísimo Fabricio Alvarado por abusos sexuales. A ver, fíjate tú, esto está más caliente que gallo en petaca.
La cosa es que la historia es bien turbia. Dicen que los hechos ocurrieron allá por el 2006, cuando la denunciante tenía apenas 13 añitos. Fabricio, pa'ese entonces, era periodista en Repretel, pero también le metía con un grupo de alabanzas en una iglessia evangélica. Trabajaba juntito con la pastora, que resulta ser la madre de la denunciante. Una maraña, díganle. Imagínate el dolor de la señora, tener que sacar esto a la luz pública después de tanto tiempo.
Lo que ha salido a la luz en el expediente – que ya lleva un buen rato corriendo entre bambalinas – es una “Denuncia contra miembro de los Supremos Poderes”. Un nombre serio, ¿verdad? Esto va bajo el expediente 24-000108-0033-PE. Ya ves, esto no es juego de niños, vamos directos a la jugular. El fiscal general, Carlo Díaz, ahora tiene la tarea de investigar todo este brete, y vaya si va a estar complicado.
Y pa' colmo, a Fabricio no lo han podido ubicar. De haber llamado varias veces a su celular y a su encargado de prensa, pero nada. ¡Qué despiche! Parece que se quiere esconder debajo de una piedra, pero con estas acusaciones tan graves, no le va a quedar fácil. Todos estamos esperando una respuesta oficial, pero mientras tanto, el rumor corre como pólvora por toda la capital.
La denuncia es pesada, amigos. La víctima, que ahora tiene 32 años, asegura que Fabricio la abusó sexualmente en al menos 10 ocasiones durante ese año. Además, lo acusa de corrupción agravada de una menor de edad. Dice que se aprovechó de su relación de confianza con la familia, ¡qué poca leche! Y eso que él, por ser político, tiene cierta protección, pero espero que la justicia haga lo suyo.
Según la declaración, todo empezó cuando Fabricio empezó a frecuentar la iglesia de los papás de la denunciante en 2004. Poco a poco se fue haciendo amigo de la familia, y luego se enganchó con la madre, la pastora. Pero la cosa se puso fea cuando empezó a visitar la casa de la denunciante, llegando incluso a almorzar con ellos los domingos. Desde ahí, dicen, todo se torció. ¡Me caigo de espaldas!
Lo más escalofriante de la declaración es cómo describe los momentos de abuso. Cuenta que lo querían besar de una forma violenta, que no como un beso normal. Que lo hacía sentirse asustada, confundida, como si no pudiera creer lo que estaba pasando. Y lo peor de todo es que nunca le pidió permiso, nunca hubo consentimiento. ¡Qué barbaridad! El mae ese se creyó dueño de todo, pero la verdad es que pisoteó la inocencia de una niña.
Ahora, con todas estas revelaciones, la pregunta que queda flotando en el aire es: ¿Cómo reaccionará la opinión pública ante estas terribles acusaciones? ¿Se caerá Fabricio Alvarado de lleno, o logrará salir ileso de esta torta? ¿Y qué implicaciones tendrá esto para el futuro de la política nacional? ¡Dígame usted, qué piensa al respecto?
La cosa es que la historia es bien turbia. Dicen que los hechos ocurrieron allá por el 2006, cuando la denunciante tenía apenas 13 añitos. Fabricio, pa'ese entonces, era periodista en Repretel, pero también le metía con un grupo de alabanzas en una iglessia evangélica. Trabajaba juntito con la pastora, que resulta ser la madre de la denunciante. Una maraña, díganle. Imagínate el dolor de la señora, tener que sacar esto a la luz pública después de tanto tiempo.
Lo que ha salido a la luz en el expediente – que ya lleva un buen rato corriendo entre bambalinas – es una “Denuncia contra miembro de los Supremos Poderes”. Un nombre serio, ¿verdad? Esto va bajo el expediente 24-000108-0033-PE. Ya ves, esto no es juego de niños, vamos directos a la jugular. El fiscal general, Carlo Díaz, ahora tiene la tarea de investigar todo este brete, y vaya si va a estar complicado.
Y pa' colmo, a Fabricio no lo han podido ubicar. De haber llamado varias veces a su celular y a su encargado de prensa, pero nada. ¡Qué despiche! Parece que se quiere esconder debajo de una piedra, pero con estas acusaciones tan graves, no le va a quedar fácil. Todos estamos esperando una respuesta oficial, pero mientras tanto, el rumor corre como pólvora por toda la capital.
La denuncia es pesada, amigos. La víctima, que ahora tiene 32 años, asegura que Fabricio la abusó sexualmente en al menos 10 ocasiones durante ese año. Además, lo acusa de corrupción agravada de una menor de edad. Dice que se aprovechó de su relación de confianza con la familia, ¡qué poca leche! Y eso que él, por ser político, tiene cierta protección, pero espero que la justicia haga lo suyo.
Según la declaración, todo empezó cuando Fabricio empezó a frecuentar la iglesia de los papás de la denunciante en 2004. Poco a poco se fue haciendo amigo de la familia, y luego se enganchó con la madre, la pastora. Pero la cosa se puso fea cuando empezó a visitar la casa de la denunciante, llegando incluso a almorzar con ellos los domingos. Desde ahí, dicen, todo se torció. ¡Me caigo de espaldas!
Lo más escalofriante de la declaración es cómo describe los momentos de abuso. Cuenta que lo querían besar de una forma violenta, que no como un beso normal. Que lo hacía sentirse asustada, confundida, como si no pudiera creer lo que estaba pasando. Y lo peor de todo es que nunca le pidió permiso, nunca hubo consentimiento. ¡Qué barbaridad! El mae ese se creyó dueño de todo, pero la verdad es que pisoteó la inocencia de una niña.
Ahora, con todas estas revelaciones, la pregunta que queda flotando en el aire es: ¿Cómo reaccionará la opinión pública ante estas terribles acusaciones? ¿Se caerá Fabricio Alvarado de lleno, o logrará salir ileso de esta torta? ¿Y qué implicaciones tendrá esto para el futuro de la política nacional? ¡Dígame usted, qué piensa al respecto?